La noche que vi morir a mi madre

Vi morir a mi madre hace un par de semanas, fue repentino, y no pensé que iba a doler tanto.

Hasta ahora, todos mis familiares habían fallecido a causa de alguna enfermedad lenta, y casi todos sabíamos que iban a morir, tuvimos tiempo de prepararnos. Pero mi madre estaba bien, gozaba de buena salud, y nunca presentó ningún síntoma que vaticinara su muerte.

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¿Qué como murió?

Esa noche, estuvimos conversando, no recuerdo el tema, posiblemente sería sobre algún proyecto relacionado con los chocolates, de momento, la vi tendida en el sofá, perdió el color del rostro, y sus labios se tornaron verdes Y justo allí, dejó de respirar, en mis brazos.

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No sé si en ese momento lloré, creo que no. No puedo asegurar nada, porque todo fue muy rápido, lo único que recuerdo es que parado frente a ella, la vida la abandonó después de un corto suspiro.
Hoy, día de las madres, le regalé una escultura y un chocolate, que para ella, me dio un amigo que es artista plástico.

[El regalo para mi madre]

La noche que vi morir a mi madre, dormía a su lado, con el corazón en la garganta abrí los ojos, puse una mano en su hombro, la desperté, saltó, le di un beso, y me dormí de nuevo.

Cerré los ojos con el corazón cabalgando en mi pecho, sonreí (tenía tiempo que no soñaba y creo que no he vuelto a soñar nada desde aquel día) y volví a dormir.

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Cuando desperté, aún tenía el dolor que deja la muerte, sentía que estaba de luto, y lloré un poco, pero esta vez fue cuando la vi, de alegría, de amor.
Desde hace algún tiempo procuro, agradecer a esa fuerza que rige el universo, el poder tenerla a mi lado, el poder poner su frente en mi pecho después de besarla, y darle un abrazo, el poder decirle a ella y no a una foto cada vez que salgo de mi casa en la mañana: “Gracias mamá, nos vemos en la noche”