LA VIDA PUEDE PROSEGUIR
Tras la intensidad y el largo contenido del artículo anterior, he aquí un texto más breve y relajado. Al principio del blog se expuso la idea de la muerte como motor de la vida, pero en la última entrada descubrimos que en el centro de la cuestión del sentido de la vida está el amor.
Por regla general al hablar del amor se suele pensar en la familia (marido, esposa, hijos, padres), en los amigos… pero no es lo único que podemos amar. Podemos amar proyectos, ideologías, libros, lugares, países, animales o, incluso, el dinero. Lo importante es sentir el amor y, después, vivirlo (creo que se puede amar el dinero o las ideologías de forma sana, siempre que no se retire el mínimo afecto humano por el resto de los congéneres).
Son demasiadas las personas en el mundo que no hacen lo que quieren. Obviamente me refiero a todo aquello que está dentro de la legalidad: vestirse como quieren, estudiar lo que quieren, viajar a donde quieren, realizar los proyectos que quieren… Y es cierto, no podemos hacerlo todo en esta vida, pero algo hay que hacer. Como Odiseo, debemos perseguir lo que amamos, algunos lo encontraremos, otros no, pero el simple hecho de ponerte en camino ya te hace superior a todas aquellas personas que no han reunido la suficiente voluntad para hacerlo.
A veces pienso que estos mensajes son una idiotez, que se son el típico post que la gente comparte con los amigos para que el mensaje de ánimo llegue al máximo de personas posible. Quizá todo esto no lo esté escribiendo para animaros a vosotros, sino para animarme a mí mismo, y que sea justamente eso lo que hacen todos los que se dedican a escribir cosas semejantes y que, en realidad, en lo más profundo de sus corazones se esconda un oscuro océano regado por las lágrimas que esconden a los demás.
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Pero más allá de todos estos desvaríos de una mente ociosa que le da por ir hoy por aquí, mañana por allá, la vida sigue, y tú, como yo, estamos aún en ella.
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