Se dice que es un árbol originario de la lejana Tasmania. En Venezuela se le observa en plazas y parques; en zonas residenciales los hay por doquier. Quizá sea porque no es una planta exigente en cuanto a riego, ni abono, ni poda. Nos provee de buena sombra, atractivo follaje e incomparable color amarillo. Sus nutridos ramilletes de flores nos obligan a admirar la grandeza de la naturaleza. Bellas fotos.