[VIAJES] Pequeñas notas sobre un enamoramiento en Boston

Geográficamente hablando, yo me enamoro fácil. Para que a mí no me guste un sitio, tiene que pasar -o ser- algo horrendo. Y ni siquiera, porque cuando un tipo que decidió acosarme en Atenas, por ejemplo, no logró empañar ni un poquito mi amor por esa ciudad. Quizás algún sitio tarda en gustarme, pero siempre le encuentro algo bonito; incluso con Caracas, que tiene todos sus problemas y genera reacciones de amor-odio, tengo una relación de más amor que otra cosa. Pero de vez en cuando, el enamoramiento es inmediato, total, y sabes que siempre vas a tener ese calorcito interno cuando lo recuerdas, así como tu primer noviecito.

Eso me pasó con Boston.

¿Saben esos viajes que son y que “pequeños”, porque duran menos de una semana, pero que terminan conquistándote sin remedio? Yo pisé Boston y el primer día ya sabia que el top 5 de ciudades tenía inquilina nueva. Aún no se si es la luz del invierno que me gusta mucho o la sensación de estar en una de las ciudades más sofisticadas que has conocido, pero les digo que todavía me acuerdo y me dan ganas de mudarme.

En invierno todo se ve más bonito

Yo llegué un 21 de diciembre, el primer día de la temporada. Fuimos buscando nieve, convenciendo a mi mamá de que iba a aguantar el frío. Fue un viaje de novedades: hasta agarramos un autobús desde el aeropuerto en vez de un taxi por aquello de ser ahorrativos, cosa que había hecho yo viajando sola pero nunca con mi familia. Terminó siendo super agradable,el chofer era de República Dominicana y nos recibió con una sonrisa, y además éramos los únicos en el carro. Servicio VIP.

Llegamos a la Copley Square, el centro de todo, y todo era bello hasta los momentos. Habíamos decidido quedarnos en Back Bay porque parecía ser la localización más estratégica. Es obvio que por más céntrico que esté todo lo mío no es la orientación, así que después de dar tres vueltas alrededor de una manzana nos dimos cuenta de que el hotel estaba en la esquina contraria a la que habíamos caminado. El hotel muy bueno, con ubicación perfecta (con una estación de metro al lado y todo) a buen precio. El staff fue espectacular, la habitación era hermosa y había una maquina de café gratis.

No quiero exagerar, pero es que este sitio me hizo click en el corazoncito. Hacía frío, pero era manejable (el verdadero problema es el viento, pero después les pongo un post sobre eso). La luz para las fotos era tan perfecta que no se notaba que no había dormido nada en dos días. El lago del primer parque que encontramos estaba congelado y pude caminar hasta la mitad de un lugar al que en otro momento no hubiese llegado, porque ese milagro de andar sobre el agua todavía no se me da. Las ardillas se te acercan, la gente saluda, si te ven perdido se paran a ayudarte. (Sí, también hay gente que se pelea por puestos de estacionamiento y no sostiene la puerta, pero bueno… tampoco es Narnia)

Cuando me preguntan que cómo es Boston digo que es como New York, pero menos apabullante. Sientes que es pequeña y manejable, y no que te van a faltar años para conocerla entera. Me tengo que permitir el símil, porque ninguna ciudad es comparable con otra, pero solo se me ocurre eso para explicarles porque las visité una atrás de otra y el cambio de ritmo fue evidente. Digo que no es comparable porque siempre tienes experiencias distintas, pero creo que es un buen punto de partida para entenderla.

Si han leído el blog antes saben que me gusta ponerle personalidad a los sitios a los que voy. Primero pensé que Boston es como la prima bailarina clásica de la chama que hace danza contemporánea y hip hop, pero es más compleja que eso. Es una familia, con una doña glamorosa, que hasta pestañeando derrocha elegancia, que toma el té y vive en una casa de esas de ladrillos y escaleras (foto referencial abajo).

Probablemente ella y su esposo son médicos del Massachusetts General, o a lo mejor músicos clásicos. Su hijo se parece a John Kennedy Jr, y es obvio que va a estudiar en Harvard. Obvio que son algo estirados, pero también son buena gente. Así es la ciudad. Te hace sentir elegante a ti también, y enamora, en verdad enamora.

Lista de cosas buenas que pasaron en Boston

Esto que les pongo abajo son pequeñas perlas que completaron la picada de ojo que me regaló la ciudad. Es como ese proceso en que te miran bonito, te agarran la manito, te invitan a cenar. Son la justificación de la historia de amor, y me gustó tanto hacer esta lista que creo que la voy a hacer en todos los sitios que vaya.

• Empiezo con que mi familia conoció la nieve, aunque haya sido como un spray ligero, no una nevada fuerte (bueno, no en Boston propiamente, fue en las afueras, pero fue el mismo viaje).
• Al llegar al hotel, una señora que estaba haciendo el checkout nos regaló dos pases de metro para 4 días, porque ella ya se iba y no los iba a usar.
• Caminamos tanto que compensamos todo lo que comimos, pero todo está tan concentrado que no sentimos cansancio.
  Vi a muchos amigos que tenia tiempo sin ver, y fuimos a comer comida venezolana recordando viajes y cosas chéveres.
• Todo lo que queríamos ver lo vimos, incluso aunque hayamos llegado por error jaja
• Aprendimos a vestirnos para el frío y por ende, lo sobrevivimos. Nuestro problema sigue siendo el viento.

• Hicimos por casualidad el tour de la biblioteca, y fue increíble. Tienen que ir.
• Descubrí lo importante y conveniente de comprarle un chip local al teléfono. Más detalles sobre eso luego.
• Patinamos todos sobre hielo y fue de las mejores experiencias del viaje, y más barato que si lo hubiésemos hecho en otra ciudad.
• Vimos la ciudad decorada de navidad. Las luces y el arbolito del Quincy Market son espectaculares.

• Por primera vez en mucho tiempo, comí pasta en un restaurant. Yo necesito comer pasta sin gluten y encontrar un sitio italiano donde todo sabía igual de bien pero me daban la opción, me alegró infinitamente el viaje.
• Conocí el Mass General Hospital, y estuve en la sala donde usaron la anestesia por primera vez en la historia. A mi corazoncito médico-histórico le emocionó bastante.

¿Sí me entienden? Es que todo fue increíble. Claro, este es el cuento romanticón, pero el próximo post es del itinerario puntual. Si conocen cosas sobre Boston y les encantaron, ¡compártanlas! ¿A ustedes también les ha pasado esto con alguna ciudad?