Tengo una mascota de cuatro años, un perro cacri (criollo con callejero), el cual, lejos de la popular consigna: perro que ladra no muerde , ha demostrado que puede hacer ambas cosas , sin preámbulos.
Era un perro dulce, amistoso, movía su colita cuando llegábamos a la casa, le encantaba jugar atrapando los objetos que le lanzaban, su favorito: un hueso plástico. No se cansaba de correr a atraparlo, pero ayer, cuando le lancé el hueso para aplacarlo, se echó en el piso y dejó escapar un gruñido, fácilmente traducido por: A otro perro con ese hueso.
Puede decirse que el fulano perro se ha declarado en franca rebeldía, cual típico adolescente, rechaza las normas. No cumple las reglas. Se ha vuelto muy agresivo y protesta por todo. Tuve que decirle a la familia: a ponerse las alpargatas que lo que viene es joropo, pues sin aviso ni protesto, Aníbal, el perro, clavó los dientes en el panadero. Y éste quien reparte el pan a domicilio para redondear la arepa, manifestó rebelde: Para aquí el pan, no viene más. Arepitas, cuando consigan harina, es lo que les queda.
Así que todos avergonzados, por el atropello canino, debimos llevar a una escuela al muy ladino, para que en el internado el rebelde sin causa, fuese domesticado.

**Tema:rebeldía.
**Personaje: el perro.
**Refranes:
Perro que ladra no muerde.
A otro perro con ese hueso.
A ponerse las alpargatas que viene es joropo.
Redondear la arepa.