Sol opaco.
Amanece y no es la luz del sol quien me ha despertado; es el frío que se inyecta en mis venas.
Frio desesperanzado, frío de realidad que no cambió. (Que nunca cambiará)
Creí conocer lo que era ser respetado, ser valorado, ser apreciado: Me proporcionaba un fuego excitante dentro de mis entrañas. Más ahora se que ni siquiera para la felicidad puedo ser especial.
¿Qué es lo que pasa por su cabeza? ¿Tan diferente es a la mía?
Como un niño, cuyo juguete favorito no puede soltar aunque esté tan roto que las agrietaciones y estillas le corten. Yo necio fui alcohol y gasa, y usted seguia cortandose.
"Aprecio ser sanado, aprecio tu atención." ¿Son validad estas palabras si no es capaz de soltar aquello que tanto daño le hace?
Sin darme cuenta, yo no le sanaba, el no se hería; yo intentaba sanarme yo mismo, al sanarlo a él, pues él me hería por no querer soltar su juguete.