La cama de hospital vacía...
Fuente, editada por mi.
Hola amigos, hoy les voy a contar una historia de la vida real, historia que posee muchos matices y nos demuestran el cómo nuestras acciones pueden cambiarle de manera drástica la vida a las demás personas.
Trabajo desde hace 14 años en un hospital universitario de mi localidad, donde formamos un equipo para brindarle mejoría y apoyo a los pacientes que acuden al mismo. Desde que entré a trabajar conocí a un hombre muy peculiar llamado Rocko, o como le decíamos “el señor de los mil usos” porque cuando teníamos una duda respecto al hospital o algún problema sobre el mismo se lo preguntábamos, y él solucionaba.
Rocko era un señor muy amable que paso casi toda su vida en el hospital, pero no enfermo, sino que literalmente vivía allí.
Varios compañeros de trabajo que tenían más tiempo que yo allí me contaron que cuando él nació, su madre lo abandonó en una habitación del hospital y desapareció, nunca pudieron localizarla; debido a que era solo un bebe indefenso los médicos y las enfermeras lo criaron y velaron por él. Rocko tenía una habitación exclusivamente para él en el cuarto piso. Trataron de darle una buena educación, pero él nunca quiso estudiar, por lo tanto se dedicó a recorrer y hacer su mundo en el hospital, por lo cual sabía todas las cosas que pasaban allí.
Cuando lo conocí, llamó mi atención, tenía curiosidad de saber qué le había pasado, el por qué no buscó nunca a su familia; luego de un tiempo de compartir con él y crear algo de confianza, se lo pregunté a lo cual me respondió que se sentía bien y feliz allí ya que él sentía que todos éramos su familia, se sentía a gusto viviendo allí desde niño y por eso no sentía la necesidad de conocer a su familia biológica.
Después de que lo acogieran en el hospital, le consiguieron una beca con la cual se ayudó económicamente hasta cumplir la mayoría de edad, luego le consiguieron un cargo de vigilante en el mismo hospital, cargo que cumplía justamente en el piso donde vivía.
Rocko muy joven perdió una pierna y quedo parapléjico a raíz de un accidente automovilístico, por lo cual andaba en silla de ruedas, pero para él eso no era limitante, de hecho desarrolló su manera de ser independiente y trabajaba, siempre andaba con una sonrisa de oreja a oreja, saludando a todo el mundo y cualquier favor que se le pedía lo cumplía a cabalidad.
Era increíble cuando subíamos al 4 piso y le decíamos “Rocko se me rompió la blusa o el pantalón” a lo cual él nos respondía: “tranquila vale en mi cuarto tengo hilo y la máquina de coser disponible, vamos a arreglarla”. “Rocko se me olvidó la llave de la oficina” y su respuesta era “no se preocupen, yo tengo la copia”, y sacaba un manojo de llaves que siempre llevaba y cuidaba celosamente colgadas de su silla.
Esta gran persona permanecía en la entrada del servicio de traumatología donde realizaba su trabajo de vigilancia de 6:00am hasta la 1:00pm, mientras él estaba allí no pasaba nadie si no era personal que laboraba en ese sitio. Rocko era cómico, juguetón pero también muy estricto en su trabajo; cuando terminaba su horario iba a sus habitación a darle comida a los pajaritos que se paraban en su ventana, luego él comía, pegaba un cartelito en la puerta que decía “estoy descansando, no me molesten que me cuesta pararme de la cama”, y procedía a descansar, cuando ese cartelito estaba pegado allí nadie lo molestaba.
Cuando él cumplía años, el que quería colaboraba con algo de dinero y le comprábamos una torta, refrescos, algunos pasapalos y compartíamos con él, era una forma de mostrarle nuestro aprecio y le agradecíamos a nuestro amigo lo bueno que era con todos nosotros.
Hace unos cuantos años, un día llegó un nuevo director al hospital, un militar, el cual con muy mala actitud ordenó que desalojaran a Rocko, recuerdo que el militar vociferaba que Rocko se buscara una casa donde vivir, que cómo habían permitido tantos años que una persona viviera allí, que eso no era un hotel ni una casa de beneficencia, que tenía que irse porque ese cuarto servía para colocar pacientes que de verdad lo necesitaran. Cuando supimos que el militar llegó con tantas ínfulas y ordenando tanto le pedimos una reunión para interceder por nuestro amigo, pero no nos dio resultado ya que el militar tenía sus razones y pues era el jefe máximo (ya sabemos cómo son las cosas en Venezuela), lo cual es irónico porque a pesar de los muchos directores que ya habían pasado por allí jamás lo habían sacado del hospital.
Lo cierto es que una paciente que se hizo muy amiga de Rocko se lo llevo para su casa; la habitación del hospital donde él vivía la limpiaron, y la acondicionaron con varias camas para recibir pacientes.
Después de un tiempo Rocko se enferma y acude a dicho hospital, deciden hospitalizarlo, y nuestro amigo enfermo le pidió a sus amigos los médicos del servicio donde antes vivía que como ellos conocían su caso lo hospitalizaran allí, y por casualidad de la vida el único cuarto que tenía disponibilidad era el que justamente él tenía como residencia y allí lo colocaron. Al cabo de unos días Rocko contrajo una bacteria resistente lo cual le causó una infección muy severa, se complicó y murió en su mismo cuarto.
Desde entonces y en honor a él, en esa habitación siempre permanece vestida y sin paciente una cama vacía…
Este mundo se basa en reglas ya sean cumplidas o no, es bien sabido que por lo general las reglas son las que mantienen el orden y evitan el caos, pero existen momentos de la vida en los que las reglas no se acoplan a la situación e irremediablemente hay que romperlas; fue muy triste observar cuando Rocko se tuvo que ir de la institución, considero que no fue la manera correcta de hacer las cosas, pero lastimosamente así es la vida, al menos nuestro amigo a pesar de todo estuvo con nosotros hasta el final.
Espero esta historia les haga reflexionar un poco, no todo es blanco y negro, también existen grises independientemente de la situación en la que estemos, "hagamos el bien sin mirar a quién", cada persona es importante y debemos ayudarnos mutuamente, seamos más empáticos, multipliquemos el amor.
Hasta una nueva oportunidad, nos estamos leyendo steemians.
wow!! que historia... Muy buen post para reflexionar.
SI amiga una historia de la vida real ,gracias por leer mi publicación saludos.
Un cordial saludo. Excelente tu historia y por lo visto se repite y en cada hospital hay un Rocko. Así como hay historias llenas de vida, hay historias que duelen mucho y no por la muerte, porque es inevitable, sino por lo cruel que puede llegar a ser un ser humano (desde el que abandona a un bebé, hasta el que abandona a una persona en necesidad).