Familia

La familia, de forma singular, se contempla principalmente como la unión por acuerdo de dos personas que bajo una emoción y un sentimiento de alegría y amor crean un proyecto de vida juntos para crecer individual y en conjunto a lo largo del tiempo, bajo los principios de la sociedad y sus creencias.

Por lo cual, hago referencia a los siguientes autores, Rodrigo y Palacios, que definen el concepto de familia a nivel estructural como la “unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se quiere duradero, en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros y, se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad y dependencia”.

Por otra parte, por carácter sistémico, la familia es considerada como un sistema dinámico de relaciones interpersonales recíprocas, enmarcado en múltiples contextos de influencia que sufren procesos sociales e históricos de cambio.

Por lo que se entiende que, cada familia se construye o se mantiene a partir de consideraciones sociales que son transmisibles por generaciones, lo cual, cada unión que se forme poseerá caracteres y características que juegan un rol positivo o negativo dentro de la misma, dependiendo de la perspectiva de cada una de sus partes, es decir, hay familias que se rigen por prejuicios, creencias irracionales, o patrones sociales estrictos o rígidos, otras familia guiadas por valores, independencia, principios entre otros…, o simplemente son una mezcla de “lo que ya conozco de mi familia” con “la familia que yo quiero tener” o bien “la familia que mi pareja y yo queremos formar”.

En este punto, entendemos entonces que, la familia es el marco que contiene a los miembros que crecen en ella, en un espacio en común y especifico, donde cada uno de los miembros está íntimamente relacionado y, por lo tanto, la conducta, el pensamiento, las emociones, los ideales, las expectativas, las creencias e incluso la cultura de cada uno influirá en los demás y que por defecto, en alguna ocasión puede generar un conflicto o desacuerdos.

Por tanto, desde una perspectiva más humana, me resulta importante señalar una serie de característica que se pueden tener presentes, para hacer un poco más agradable la permanencia o la formación de una familia, a lo que yo prefiero llamar pilares de este proceso como lo son la disposición, el amor, la empatía, el aprendizaje, la comunicación, el establecimiento de metas a corto, mediano y largo plazo, que al final de todas las circunstancias, por efecto de la motivación y los deseos de autorrealización individuales, los objetivos se vean alcanzados y se esté satisfecho.

Hoy te invito, a reflexionar, sobre tu rol dentro de tu familia y sobre lo que tú imaginas, lo que quieres ser y hacer para formar tu propia familia si así lo deseas. Esto te servirá para cuestionar qué características tienes dentro de tu núcleo, del dinamismo que practican o cuáles te gustaría agregar a él o simplemente integrar a planes a futuro. Podrías darte cuenta que quizás con un poquito más de amor y comunicación, el conflicto que hoy presentas podría ser diferente. ¡Anímate!

Para finalizar, me gustaría agregar que este tema es complejo, principalmente porque todos vivimos realidades distintas y, que hay muchos puntos, de forma general, que aún no toco en este post, por eso te invito a que sigas el hilo de esta semana.

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