Crónica de una madre venezolana.

Hola a todos los steemiants del mundo, en especial a los de Venezuela. Mi nombre es Milagros, tengo 46 años, soy madre de tres hijos: Andrés, Andrea y Andreina, los nombres casi repetidos, obedece a que mis primeros hijos fueron gemelos, y cuando nació la última, solo seguí la tradición.

Mis hijos (foto propia)

Ya han pasado casi 23 años, desde que me hice madre, y cada día he agradecido a la vida su presencia, me han forjado a hierro y fuego.

Siempre juntos

Lo que vengo a contarles hoy, quizás no sea una novedad, para muchos, pero es la historia de mi nuevo parto: Mis hijos emigraron, y aunque me embarga un profundo dolor, con éstas palabras me libero de la tristeza, para que de mí les llegue solo vibración positiva.

Primero se marchó Nina, así le decimos a Andreina, en septiembre de 2017, salió de Barquisimeto, en el estado Lara, faltando 5 días para su cumpleaños, rumbo a Ecuador, con su vida reducida a dos maletas, una con ropa y otra con sueños. Era mi pequeña, mi inseparable, lloré a montones, no podía creer que me estaba ocurriendo.

Así llegó, ahora está bien, trabajando en lo que le gusta: la cocina, es chef profesional, estudió desde los 13 años cocina, y lo hace con amor.

El jueves 18 de enero, desde el pueblo de Nirgua, en el estado Yaracuy, partieron rumbo a Perú mis morochos, aún van en camino, los voy acompañando con mi corazón.

Andrés y Andrea.

Ese día mucha gente del pueblo lloró, se fueron con esperanza de una vida mejor, emigrar es un derecho, aunque duela hay que animarlos a luchar, lo que estamos viviendo no es digno.

45 jovenes saliendo a buscar un mejor futuro, todo un pueblo llorando.

Un bus expreso a un mejor futuro.

Mis hijos embarcaron también, juntos como llegaron al mundo.

Por los momentos siguen en camino, van cansados por el viaje y me han enviado muchos mensajes de amor, para que tranquilice mi corazón de madre, junto con algunas fotos que les compartiré.

Andrea y Kris, su novio.

Andrés y una amiga del pueblo, en la cola para sellar en la frontera.

Andrés y su guitarrra.

Voy retomando la tranquilidad, me queda el dolor, me quedé sola, toca organizar mi vida, encontrar un nuevo rumbo, enfocar de nuevo el lente, espero steemit me ayude.

No sé si estas palabras las leerá alguién, ojalá puedan leer el sentimiento con el que fueron escritas.

Todas las fotos son de nuestra propiedad.

Gracias por leer..