Prosa: Eml.
En su mirada me asomo, era familiar, lo reconozco. Igual a mi en algún tiempo, es curioso que ya mi mente no exista tal recuerdo.
Una mirada abatida, por el cruel tiempo, de batallas perdidas, perdidas y desconsuelos.
Pobre, niño pequeño, víctima es de un ambiente poco ameno, cruel y e indistinto en todos los aspectos.
Soportar en silencio, tan pesadas cargas de una vida sin piedad, la impotencia e insignificancia que se experimenta es tal, que mata cualquier espíritu de esperanza que pueda albergar, en lo mas profundo de si, en lo mas pequeño de su sentir.
El odio, como arena caliente, se desborda de sus manos, altera su espíritu, calienta su interior, estrangula; toda terminará y trasforma el alma, hasta hacerla tan áspera como las hojas de
Mas no debes temer, te he visto y dispuesto estoy a ayudarte en este viaje,de la soledad no debes preocuparte, estaré contigo y te guiare de ese modo no pasaras por lo que yo pase.
Sé que puede resultante extraño que alguien te ayude, mas debes de entender que la buena voluntad aun surge. Es pequeña y desconocida pero ¡cuanto alivia!.
Mi deber lo he determinado, pues no hay propósito mas noble que el ser de ayuda. Estaré contigo así no te guste pues pronto entenderás que mi intención no es molestarte o ser grosero, ante todo mi intención es ser sincero.
En tu bienestar me regocijo, y testigo de tus risas, aprecio ser testigo. En su momento has de entender todo lo que hice aunque de mis labios razones nunca dicen, pero cuando tu mirada sea tierna y sencilla podre feliz sentir la dicha.