EL QUE SE ENOJA ¿PIERDE?
Como toda emoción, el enojo no puede calificarse como bueno o malo, es simplemente una reacción instintiva de autoprotección. Lo importante es reconocerlo y manejarlo para que cumpla su función defensiva y no se transforme en un elemento de crisis en la relación de pareja.
El enojo es uno de los principales ingredientes en los conflictos de pareja. Gran cantidad de matrimonios llega al divorcio porque no es capaz de hacer un alto en la espiral del enojo y violencia en que está inmersa.
El enojo es una reacción fisiológica interna cuando interpretamos un hecho externo: es la respuesta emotiva ante la percepción de una injusticia.
El enojo es una de las muchas emociones del ser humano, quien así se protege al emplearlo como escudo de su integridad y de su identidad. Es decir, su autoestima. Nos enojamos cuando sentimos que nos devalúan, ignoran o ridiculizan.
Podemos decir que es nuestra capacidad moral y biológica de defensa ante lo que percibimos como un ataque y nos protege de ser víctimas de una estafa o abuso, de cualquier acto que nos lastime emocionalmente. El enojo nos proporciona información para que en el futuro busquemos la forma de protegernos de ataques similares.
No buscar culpables
Para que el enojo cumpla con su función de protegernos contra lo que amenaza nuestro bienestar, ess necesario primero aceptarlo y buscar la causa que lo provocó. Es importante aprender a no culpar al otro de nuestro malestar y no atribuir a los demás la causa de nuestros sentimientos.
No se trata de desconocer la conducta o los eventos externos como causantes de los estímulos que desencadenan nuestra respuesta, sino de poder distinguir entre ellos y nuestro sentir. Por ejemplo, en vez de decir “me hiciste enojar al ignorarme”, hay que expresar “me siento molesta cuando me ignoras”.
La función del enojo, entre otras de las emociones, es satisfacer algunas necesidades o hacernos conscientes de alguna carencia en nuestra vida. Las emociones no son “buenas” o “malas”, “positivas” o “negativas”. La realidad es que cumplen con una función utilitaria muy importante, pero dejan de ser funcionales cuando no podemos distinguir entre el enojo, que es un cambio fisiológico, y la violencia, que es una respuesta conductual.
Es fácil suponer que ambos van de la mano, que todo disgusto implica la violencia, pero esto no es real. La manifestación externa del enojo tiene que ver con lo que aprendemos del medio social, con lo que es permitido socialmente y con los hábitos.
Por eso hay quien actúa su enojo con un silencio hostil y otros recurren a una actitud de agresividad verbal o física.
Cómo hacer útil el enojo
los sere humanos nacemos con la capacidad natural de sentir emociones, entre ellas el enojo. Cuando este interviene en una relación de pareja, su potencial destructivo es tal que puede acabar con ella. Pero también se puede convertir en un aliado si aprendemos a reconocerlo y manejarlo, de tal manera que cumpla como protector.
Para que la relación de pareja no se vea aniquilada por este motivo, hay que seguir estas reglas:
Debemos tratar de reinterpretar el suceso que provocó el enojo, ya que el factor importante del disgusto es cómo lo interpretamos. En muchas ocasiones actuamos con prejuicio y creemos hallar malas intenciones donde no existen.
Es frecuente que pensemos que el otro hizo algo a propósito únicamente para molestar o hacernos daño. Esto puede no ser real, quizá su conducta tenga otro origen, como sus propios problemas.
Cuando estemos enojados, debemos averiguar las verdaderas fuentes que provocaron ese estado. Preguntarnos: ¿cuál es el verdadero origen de mi molestia?, ¿realmente mis expectativa eran reales?, ¿qué es lo que realmente me enoja de esta situación?, ¿quién es responsable y de qué?, ¿¿me siento forzado (a) a hacer cosas que no quiero?
Lo más importante es aclarar nuestra posición y alternativas, ya que es frecuente que desperdiciemos mucha energía queriendo cambiar la conducta ajena.
Una forma equivocada de emplear el enojo es cuando lo usamos como arma para castigar, controlar, manipular o ambas, porque finalmente crea un vacío a nuestro alrededor, entre aquellos a quienes hacemos víctimas de esta acción.
Controlar nuestro enojo, va de la mano del autoconocimiento y en la pareja, su manejo adecuado es fundamento de una relación permanente y feliz.
Si requieres orientación sobre temas de pareja, lo mejor es el Tarot del Amor que revela la intimidad del corazón.
Su lectura permite conocer los eventos que se presentarán en la relación de pareja, del presente a 6 meses. Responde preguntas como: puntos afines, reales intenciones del otro y hasta sus más profundos pensamientos o verdaderos sentimientos. Permite modificar las situaciones, ya que advierte cómo manejarlas para que el resultado sea positivo para ambos.
También puedes recurrir a la Astrología (Sinastría)
Foto: diariofemenino.com
Buen post y de mucha ayuda. Sobretodo hoy en dia, con este ritmo de vida agitado es bueno saber como manejar el enojo y saber relajarnos, y aprender como llevar la situacion y no ir a un nivel mayor de alteracion
Gracias Valeria, tu comentario me anima a seguir tratando estos temas humanos que nos afectan a todos reaccionamos.
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