Buscando el mar (Relato rimado)
BUSCANDO EL MAR
Nos convertimos en pasajeros
sin equipaje ni dinero
y enfrentamos como guerreros
los golpes que ofrecía el miedo.
No fue fácil tener que viajar
por tantos lugares remotos:
tan lejos de la calma del mar
y tan cerca de paisajes rotos.
Pero ella era gitana
y yo un mochilero,
así que nos arriesgamos
a ser los primeros
en lograr aquella hazaña
que nadie había intentado:
éramos fugitivos
huyendo del pasado.
Ningún ser vivo nos perseguía
y aún así nos escapamos.
Como nadie nos conocía
nos apodaron "esos fulanos".
Ya que el calor era insoportable
en medio de aquella tierra,
elegimos obviar lo lamentable
porque a veces el clima aterra.
Después de tanto caminar
sin tener mapa ni brújula
logramos, a lo lejos, visualizar
a alguien que vestía una túnica;
aquella escena fue impactante,
pero nosotros, muy hábilmente,
concluimos que, o era un farsante
o era obra de nuestras mentes.
Así que ignoramos lo ilógico
y continuamos nuestro camino,
sabiendo que el inmenso mar
era nuestro único destino.
El atardecer se presentó
sin sombrero ni corbata:
solamente nos señaló
al mar sin su dulce plata,
pero al fin y al cabo
llegamos a un buen lugar
sin gente ni taparrabos
para así poder descansar.
Tanto lo deseamos
que nos dejamos llevar
y luego despertamos
en el fondo del mar.
Medinowski: