HISTORIA DE UNA ADICTA...
En mi sueño todo es tan distinto, nada se parece a esto, en mi sueño todos soñamos y despertamos siendo libres, en estos momentos despierto y me siento atada, en mi sueño no nos atan las alas, ni mucho menos no las quieren cortar, en mi sueño cada pensamiento, palabra y acción es válida, en mi sueño todo es tan bello y puro que nadie quisiera despertar, pero me volví a despertar y esta vez no se por qué, lo que sí sé es que esta vez fue mucho más dificil que las otras veces porque no encuentro mi musa para seguir inspirándome, no encuentro esa motivación que me impulse y me haga volar más allá de mis sueños, me haga traspasar barreras y no encuentre límites en donde parar.
Ese día me encontraba de nuevo en esa habitación blanca, llena de personas y a la vez tan vacía, tan fría, tan amarga como la primera vez que estuve allí, recuerdo las lágrimas en los ojos de mi madre y al doctor indicándole el diagnóstico, todos dicen que soy una adicta y que me hundí en la perdición. Mi adición crece y no la puedo parar en ella encuentro paz y aunque me esté llevando a la perdición no la quiero parar, solo quiero volar y sentirme libre, sumergirme de nuevo en mis sueños y elevar mi imaginación pero eso sólo me lo da ella. Necesito pararla, ya no soporto despertar en esta camilla y ver el rostro de mamá inundado en lágrimas, pero quiero seguir soñando y seguir volando, seguir imaginando mi mundo y vida en sueños. Pero ya es momento que despierte, mi cuerpo y mi alma necesitan sanación, los llevé a la perdición y ahora están muy maltratados, pero decidí dejar mi mente volando e imaginando sueños para así cuando mi cuerpo sane poder hacerlos realidad mientras habite por este mundo terrenal.
Feliz noche, queridos lectores.