Gotas de lluvia
Llegando a mi casa el martes por la tarde, había empezado a llover. Era el «palo de agua» qué de sólo verlo provoca bañarse o quedarse envuelto en una manta durmiendo.
Bañarse con la lluvia es una de esas sensaciones maravillosas que experimentamos en la niñez, y que no deberíamos dejar de disfrutar, siendo ya, adultos.
Con ése pensamiento en mente le dije a mi madre "¿Sabes qué? Me voy a bañar bajo la lluvia."
Me cambié de ropa y salí al patio trasero de mi casa para disfrutar las gotas de lluvia y vaya que se sintió bien.
Estando sentada, con las gotas frías, cayendo sobre mí, me dejé llevar por mis pensamientos, uno de ellos y bastante tonto debo aclarar, fue "Por favor que NO me caiga un Rayo".
Los otros pensamientos que revoloteaban en mi cabeza, eran acerca de lo que soy, a dónde quiero llegar, que quiero mejorar, que personas debo mantener en mi vida, cuales son las emociones que me hacen bien y cuáles son las que debo desechar. Mientras veía las gotas de lluvia caer, con todos esos pensamientos rondando, decidí relajarme totalmente y sólo disfrutar de ése momento. Me prometí a mí misma que, al siguiente día, le buscaría las respuestas y soluciones a cada pensamiento que se había presentado.
Todos necesitamos en algún momento un escape. Sentarme bajo la lluvia y contemplar las gotas caer me dio una sensación de paz. De hecho puedo decir que fue mi pausa personal para olvidarme de mis problemas un rato. En ese instante era una pequeña niña de 8 años de edad disfrutando la lluvia, sin preocupaciones, sin lamentos, sin dolor, sólo un pequeño escape de todo.
¿Y tú mi querido Steemian, qué esperas para disfrutar las gotas de lluvia?
¿Qué esperas para –aunque sea por un momento- olvidarte de los problemas?
Disfruta los pequeños momentos que te regala la vida.