LA DURA ECONOMIA DEL ESTUDIANTE - 2/2

Muy buenas tardes comunidad, a continuación concluiré a la historia que comencé hace algunos días, tristemente no tuvo tanta aceptación como esperaría, pero quiero que igualmente la conozcan, como logré pasar por algo difícil y superarlo, me sentiré feliz si mi experiencia le da ayuda a alguien que pase por algo similar.

Si gustan leer la primera parte, en el siguiente enlace la encontrarán:
https://steemit.com/spanish/@marram/la-dura-economia-del-estudiante-1-2

Antes de continuar quiero aclarar nuevamente que doy valores en pesos colombianos por comodidad para mí al momento de escribir mi relato. Ya una vez hecho ésto, vamos a la segunda parte de la historia.

LA PRIMERA SOLUCIÓN DE LA NECESIDAD

Mi padre al ver lo mucho que me sacrificaba para hacer rendir el poco dinero me ofreció una pequeña idea, vender un producto.

Él me llevó un fin de semana a una zona comercial en mi ciudad, compramos algo de maní al por mayor (con mis poco ahorros) y bolsitas para empacarlo.

Gracias a eso ofrecía paquetes de maní a las personas en la universidad, muchos pasaron lo mismo que yo así que el hecho de tener a la mano un alimento económico era útil y todos nos beneficiamos. Y aunque los ingresos eran mínimos me ayudó demasiado, si antes lograba al día ahorrar $1000, ahora al terminar el día tenía $3000, sin mencionar que no necesitaba ir a comer la comida chatarra que vendían cerca de mi universidad todo el tiempo, ya que a la mano tenía mi propio producto (ya sé que no es una idea de negocio muy rentable de esta manera, pero no tenía muchas opciones, a demás adoro el maní).

Después de varias semanas muchos de mis conocidos me llamaban "maní", no me molestaba ya que siempre sentí que me llamaban así de forma amigable.

Una gran ventaja de ésto era que por fin podía salir algunas veces con mis amigos a planes económicos y sencillos, como ir a jugar videojuegos, billar, ping pong, etc... Y de hecho en esos momentos mi pequeño negocio no se detenía porque el hambre les atacaba a mis amigos en cualquier momento.

Y así continué cerca de un año.

Fuente de la imagen

MI PROYECTO VACACIONAL

Gracias a ésto comencé a notar que no era mala idea vender productos, y con la experiencia que adquirí investigando por Internet (principalmente para conseguir los documentos que no tenia la capacidad de comprar), empecé a notar páginas chinas y norteamericanas de venta de productos (como ebay, aliexpress, amazon, etc...), y con mi afición a el anime, manga y videojuegos sentí que tenía conocimientos suficientes para saber qué es lo que muchos querían y así inicié mi siguiente pequeño proyecto en unas vacaciones a mediados de año, comprar e importar productos pequeños, económicos y sencillos para luego venderlos por páginas como mercadolibre y ganar un dinero extra sin tener que cargar una caja con comida todo el tiempo. Aún hoy lo llamo mi "proyecto vacacional".

Iniciarlo no fue fácil, porque requería dos cosas: Una forma de traerlos a Colombia y una tarjeta que me permitiera hacer pagos internacionales.

La primera fue casi sencilla de solucionar, porque navegando en las páginas mencionadas descubrí que ofrecían entrega de productos gratis a mi país sin tener que hacer un pago excesivo, pero con la restricción de no tener seguridad de que llegaría. Por supuesto no arriesgué tanto al llegar a Ebay, que ofrecen un pequeño seguro en caso de no recibir el producto, por lo que si no llegaba, recibiría mi dinero de regreso.

El segundo requerimiento fue realmente difícil, y era el que me causaba un poco de temor, ya que hasta donde tenía entendido la única forma de realizar pagos así era con tarjetas de crédito, y a demás de cobrar intereses sobre la deuda, me cobrarían una cuota básica mensual por tenerla.

Desde que tengo memoria cuento con una tarjeta de ahorros en un banco llamado Bancolombia, lo más fácil sería adquirir la tarjeta de crédito con ellos, ya que tenia historial, pero esa cuota básica de "manejo" era de $20.000 mensuales, lo cual era casi lo que ganaba con mi maní, si no resultaba perdería lo que había logrado vendiendo éste producto, sin mencionar que al estar en vacaciones no podía vender a mis compañeros de universidad.

Decidí correr el riesgo y solicitar la tarjeta de crédito, tristemente me fue negada al no tener historial crediticio.

Fuente de la imagen

Sentí una gran decepción por eso, ya que lo que vi como una luz de esperanza había fracasado. Bien lo dicen muchos, dios no cierra una puerta sin abrir una ventana. Justo por esos días me encontré con un amigo y le conté lo que me sucedió a lo que él me dijo "Bancolombia tiene un servicio de tarjeta virtual junto a la cuenta de ahorros". No podía creerlo, de todas las personas que pude haberle contado, él conocía ese servicio justo en el mismo banco que yo, y no muchos en esos días sabían que eso existía, las coincidencias a veces son extraordinarias.

Descubrí que ese servicio lo podía activar con mí ya adquirida cuenta, una tarjeta virtual que tenía el servicio de pagos al extranjero y sin cobrar de más por lo que ya poseía el servicio básico en primer lugar. La única restricción es que debía tener dinero para pagar (en el caso de la tarjeta de crédito adquiría una deuda), y como tenía lo que había separado para pagar la cuota de manejo de la tarjeta de crédito que me fue negada, contaba con $20.000, muy poco para iniciar un negocio, pero decidí llevarlo con calma.

Con esos $20.000 compré cosas muy simples y económicas como collares y llaveros, cada uno logré comprarlo en cerca de $1.000, por lo que tuve casi 20 de diseños variados. Para que llegaran a mí les tomó dos meses y me tomó otros dos meses venderlos por páginas de ventas online en mi país. Recuerdo que cada uno de ellos logré venderlo en $5.000, por lo que en 4 meses que me tomó hacerlo, convertí $20.000 en $100.000, mucho más de lo que normalmente conseguía con mi maní y con mucho menos esfuerzo.

Curiosamente poco después recibí una llamada de mi banco, para comentarme que "habían cometido una equivocación" y que sí podía adquirir una tarjeta de crédito con ellos. Me negué a recibirla, ya que la solución que el destino puso en mis manos era mucho mejor, de haber recibido esa tarjeta de crédito en primer lugar habría pagado $80.000 en solo su cuota básica, por lo que no habría tenido ganancia alguna.

Para mis problemas en ese entonces eso fue una ayuda tan grande que no puedo más que sentirme agradecido con dios y el destino por darme esa oportunidad. Incluso llegué a poder pagar un semestre de mi carrera con lo que ahorraba (también es debido a que los pagos semestrales en una universidad del estado son económicos). La mayor felicidad que tuve fue que de vez en cuando podía aportar en casa, aunque fuera con algo de comida, sentía que le aliviaba un poco la carga a mi padre.

Mi proyecto vacacional fue un éxito, debo admitir que dejé la venta de maní por él, pero también era un poco incómodo de llevar siempre conmigo el tarro con empaques a todo lado en mis manos. Por supuesto también trataba de importar cosas que me gustaran, así si no las lograba vender, no tenía ningún problema en conservarlas, cosa que aprendí de la venta de maní, que si no vendía me lo comía.

Fuente de la imagen

COMENZANDO A TRABAJAR

Mi padre realmente no me permitía trabajar en época de estudios, pero en temporadas de vacaciones si me era posible, pero al ser trabajos de apenas uno o dos meses, eran trabajos muy variados, pesados y difíciles de conseguir.

Unas vacaciones ayudé a un maestro de construcción en colocar el suelo de una casa un poco grande, por un mes completo en un horario que tomaba más de 10 horas el día y una paga (libre) de menos de la mitad del salario mínimo... Ganaba casi el cuádruple que con mi proyecto vacacional pero llevando el agotamiento al extremo.

No se imaginan cuánto aprecio mi carrera después de eso, ya que no involucra trabajo físico tan pesado como ese, que espero no tener que repetir.

Fuente de la imagen

En otras vacaciones fui mensajero, aunque en teoría me contrataron para ayudar a configurar unos equipos ya que su creador no se encontraba en la ciudad y necesitaba alguien que lo hiciera por él. El problema era que no era usual realizar ese trabajo, y mi labor principal consistía en viajar por toda la ciudad llevando facturas, cartas y documentos de mi jefe directo. Ni siquiera el trabajo de ayudante de construcción me pareció tan pesado, especialmente porque la paga era mucho menor y no contaba con algo que me guiara por la ciudad (como GPS), debía ingeniarme la forma de llegar a cada lugar.

Aún recuerdo una tarde que mi jefe me envió a llevar un documento a una persona de una empresa, pero que no sabía a qué hora estaría allí, la empresa no tenía lugar para visitantes y el hombre no se quedaría mucho tiempo después de llegar. Me tuve que quedar en la calle ante las inclemencias del clima cerca de 4 horas de pie, hasta que el hombre llegó, no se tardó 5 minutos y volvió a irse. Fue bueno que no me retirara, pero estaba extremadamente molesto y cansado.

Otro día mi jefe me envió a ayudar a sacar el aceite de unas máquinas industriales, estaban demasiado calientes y era una tarea muy difícil, en ese punto decidí que no iba a continuar más con él, me sentía explotado, infravalorado, el trabajo que se suponía que haría solo lo hice una vez y a demás el hombre no me pagaba completamente los pasajes, por lo que después de 20 días de trabajo duro me quedaron solo $50.000, incluso vendiendo maní ganaba más que eso.

Al decirle al que fue mi jefe, se enojó demasiado y me aseguró que por creer que le ayudaría más tiempo rechazó a otros candidatos y no tenía a quien más le ayudara, diciéndome que debía seguir si o si con él. Pero mi decisión ya no tenía pie atrás, no dudé ni un instante en irme y dejar el trabajo hasta ahí, y con el último trato que recibí, no sentí en ningún momento lástima por él, era un mal jefe. Aprendí a respetar mucho a los mensajeros y sobre algunas malas personas que existen en el mundo.

Fuente de la imagen

Otro trabajo que conseguí fue con un amigo de la familia, casualmente también ingeniero electrónico pero se dedicó más a la labor de técnico ya que no es de esas personas que pueden estar siempre en un escritorio todo el tiempo. Le ayudé por más de un mes a hacer mantenimiento a una imprenta muy grande, el pago tampoco fue la gran cosa y siempre me ensuciaba de aceite, pero tenía sus puntos buenos como que él me llevaba en su auto siempre, me pagaba alimentos y cualquier antojo que tuviera, a demás que me enseñó muchas cosas relacionadas a mi carrera. También, aunque siempre era la misma máquina, tenía tantas cosas tan diferentes por hacer que no fue monótono. Fue el mejor trabajo vacacional que tuve y pude pagar un semestre de mi carrera con eso, a demás que los conocimientos que me quedaron he podido aplicarlos muchas veces dentro de mi carrera.

Fuente de la imagen

Mi último trabajo no fue realmente algo vacacional, durante temporada de clases se necesitaban personas que se encargaran de los laboratorios que los mismos estudiantes utilizábamos, fue un poco pesado pero al ser dentro de la misma universidad me fue posible hacerlo, a demás que el horario se adaptaba al de mis clases. Ese semestre debía correr mucho ya que tenía que cumplir con un horario bastante estricto, pero al final me agradó bastante. Pude ayudar a estudiantes de semestres inferiores en sus estudios y prácticas, por lo que aplicar de ésa manera mi previo aprendizaje fue muy agradable. La paga fue excelente, no tuve que molestar a mi papá económicamente por casi un año, ni para transportes ni para el pago de esos dos semestres. Valió la pena cada momento, a demás que fui empleado de mi propia universidad por un semestre, aún hoy me reconocen algunos empleados de las salas de laboratorios por eso mismo.

Fuente de la imagen

CONCLUSIÓN DE LA TRAVESÍA

Como pudieron observar, la parte económica mía y de mi padre no fue la mejor por cerca de 7 años, pero con mucho esfuerzo la logramos superar, mi padre trabajando arduamente como vendedor independiente de publicidad y yo reduciendo los gastos al mínimo, e incluso algunas veces aportando para los gastos de casa.

No fue sencillo, y tuve que privarme de muchas cosas, amigos y experiencias, pero al final valió la pena y tengo un título de ingeniero que me recuerda día a día como la vida dio tantas vueltas en el tiempo que estudiaba y cómo lo superamos.

También cada experiencia que tuve por eso mismo me permitió ser una mejor persona, conocer más del mundo que me rodea y tener nuevas habilidades muy variadas que me han servido en gran parte de mi vida. Aunque no la pasé muy bien no cambiaría nada de eso, ya que es parte d quien soy ahora.

Espero esta historia les gustara y a aquellos que pasen cualquier cosa les inspire a explorar nuevas alternativas.

Realmente me animó bastante recordar tantas experiencias que viví.

Por cierto, aún después de tantos años sigo con mi proyecto vacacional, no me dedico a él tanto como antes debido a mis obligaciones como ingeniero, pero me sigue gustando recibir un aporte extra y comprar cosas nuevas y muy variadas del extranjero me emociona.

Muchas gracias por leer, recuerden que les ha hablado Marram.