Gracias por este comentario que no pierde detalles, @isamaroon :-)

Romeo era, pues, todo un romeo, ¡ja, ja, ja! Y Bella, pues, era así de bella para caer.

Siempre me ha llamado la atención la sutil ironía que se esconde detrás del romance shakesperiano, sobre todo en Romeo y Julieta y La fierecilla domada; en la primera por la paradoja superficialidad/profundidad del amor adolescente y en la segunda por quien es, para mí, la verdadera fierecilla domada ;)

Por otro lado, la lección en La Bella y la Bestia no es solo la que recibe el príncipe encantado, quien debe ganar el amor (predestinado) de su amada solo por su "virtud" (en el sentido clásico ético), sino Bella, quien debe aprender a valorar las buenas cualidades de un esposo (las cuales creo que hasta cierto punto no han perdido vigencia). Habiendo sido obligado a ocultar su inteligencia, Bestia tuvo que jugársela a fuerza de pura devoción por Bella (un precepto empalagosamente romántico, en efecto).

Me encanta que hayas pasado por aquí. ¡Saludos y suerte a ti también! :D