1. De acuerdo a la fuerza del arquero, la cuerda tiene una tensión inicial que hay que vencer para poder ‘‘abrir el arco’’. Como cada arquero tiene una medida de abertura máxima que depende de la longitud de sus brazos, la cantidad de energía potencial que puede alcanzar al estirar la cuerda, tiene un límite. A menos que se nos estiren los brazos un par de metros, no podríamos aumentar la energía potencial que produce nuestra ‘‘halada’’ o ‘‘abertura’’ si no es con dicha tensión inicial.

2. Las palas son capaces de almacenar grandes cantidades de energía de deformación porque están hechas de madera y recubiertas con fibra de carbono o fibra de vidrio.

Con respecto a las flechas, éstas pueden ser de carbón o de aluminio según las preferencias del arquero. Debido a las características del aluminio, estas flechas se hacen con diámetros grandes para lograr una resistencia decente, pero un diámetro grande conlleva a una resistencia aerodinámica grande también, por lo que no se recomienda usarlas para largas distancias. De hecho, siempre he sospechado que solo se utilizan en competencias indoor porque su diámetro considerablemente grande te puede sacar de apuros, ya que por ejemplo, si la flecha toca la línea que separa el 8 del 7, cuenta como 8.

Todo lo contrario sucede con las flechas de fibra de carbón, que gracias a su resistencia, flexibilidad y ligereza, pueden ser elaboradas con diámetros pequeños que en términos de aerodinámica resultan muy convenientes.

¡Y esto es todo por hoy steemer!, pero mantente atento porque en mi próximo post estaré hablando sobre la biomecánica de un disparo, y de cómo lograr un buen disparo no es solo cuestión de apuntar… Para que te hagas una idea, Im Dong-Hyun, uno de los mejores arqueros del mundo es clínicamente ciego.