El día que me toco morir
Ese día fue domingo en la tarde y estaba con mi hermano, tuve que trabajar, porque el día viernes me avisaron que habría operaciones de despacho el fin de semana, quería trabajar solo el sábado y me fui muy temprano al puerto a buscar mi orden de carga, yo era conductor de unidad de carga pesada, para más señas de una gandola que transporta granos, comencé en ese oficio hace relativamente poco tiempo con el esposo de una de mis tías que maneja una de esas gandolas viejas y me enseñó a manejar esos carros y cuando tenía chance me dejaba ayudarle en sus viajes y me pagaba algo. Así comencé en esto del manejo, pero necesitaba un trabajo en el pudiera ganar más dinero para mantener a mi mujer y a mi hija que viven conmigo en casa de mi mama en Puerto Cabello, luego de un tiempo conocí a alguien que trabajaba en una empresa que hace servicio de trasporte y me recomendó y comencé a trabajar con ellos.
Casi siempre me tocaba viajar hacia Acarigua y Barinas a llevar maíz, desde que trabajaba con esa gente, aunque esos viajes no son tan largos es fastidioso ir solo, porque si te accidentas es bueno tener alguien que te ayude a solventar o en todo caso que te acompañe mientras llega el auxilio vial, pero en la empresa no me permitían llevar ayudantes aun así yo iba a cargar al puerto y antes de salir al viaje pasaba buscando a mi hermano que también quiere aprender el oficio, así que se iba conmigo en algunos de mis viajes.
Ese sábado la carga era para una planta el estado Miranda, nunca había ido ahí, pero eso es lo bueno de este trabajo que vas conociendo lugares de aquí y de allá, lo cierto es que estando en la cola para cargar me indica el supervisor que estoy en la programación del domingo, eso me molesto mucho porque quería pasar el domingo en mi casa, además el sábado en la noche tenía un cumpleaños en la cuadra y seguro había cervezas. No valió de nada mi insistencia, así que me fui a la casa a esperar el domingo, y de paso no me podía trasnochar porque tenía trabajo.
Llegue a mi casa después del mediodía, mi mama había hecho la comida que más me gustaba arroz con pollo y tajadas, con un pollo que yo mismo le había llevado el día anterior y me dijo: “mire mijo le hice la comidita que más le gusta”. Yo estaba feliz con eso, después me acosté a descansar con mi hija que solo tiene 3 años y es muy inteligente y bella, yo sé que todos los padres dicen eso de sus hijos, pero en este caso es la verdad, mi hija, eso es lo que más me aflige de irme ahora, dejarla tan pequeña, ojala que siempre me recuerde así feliz como quedamos en la foto que nos tomó la mama con su teléfono.
En la noche del sábado pensé llamar para decir que estaba enfermo y tome el teléfono y maque el número de mi supervisor, al repicar la primera vez, corte la llamada y decidí ir a trabajar, pensé en los viáticos que ya me habían pagado y mi hermano había dicho que me iba a acompañar. Entonces iría ir a trabajar el día de mi muerte.
Ese día domingo me levante muy temprano, me bañe con esa agua helada del pipote, mi mujer me hizo arepita con queso y café de desayuno, me despedí de ella con un abrazo y un beso y le dije “cuídame a la niña”, en ese momento no sabía porque.
Llegue al sitio de carga en el muelle, me entregaron mis papeles y así sin mucha novedad pase la gandola por la tolva cargaron el tanque de soya, luego por la romana a pesar la carga y listo a encontrarme con mi destino, mi hermano ya me estaba esperando en la avenida para irse conmigo.
En el camino íbamos conversando mientas escuchábamos música, hicimos planes que lo que queríamos hacer más adelante mi hermano apenas había cumplido 20 años y tenía muchas ideas de cosas que quería hacer para ganar dinero.
Ya faltaba poco para llegar al destino donde debía entregar la carga, detrás de mi venían otros compañeros, pero yo iba de primero en la caravana, quería salir temprano, pasamos un túnel en la autopista, la unidad comenzó a tomar mucha velocidad pues era inclinada la vía, quise disminuir la velocidad, pero no pude porque cuando el carro está cargado y toma velocidad es muy difícil detenerlo, no sé si hice lo necesario para evitar aquello que paso a continuación. Vino la curva y ya no pude controlar más el carro entonces me fui contra la defensa, lo que recuerdo fue a mi hermano gritar “MANO QUE PASA” luego nos volteamos, sentí mucho dolor por los vidrios y el metal clavándose en mi cuerpo.
Luego nada.
Ese era el día que me tocaba morir, no estaba consciente de ello pero las cosas que hice me hacen pensar eso, además porque estoy tranquilo y puedo irme hacia la luz blanca, aun no consigo a mi hermano sé que también murió ese día, pero no sé si era su día. Lo cierto es que trabaje el día que me toco morir
PD. Primera historia que escribo que no es una anécdota propia, el accidente al que hago referencia ocurrió con una de las unidades de mi trabajo, las fotos son reales, las tomo un compañero, espero les guste el relato.
Wow! Sorprendente anécdota, como cautivas a quien la lee dándole esa perspectiva, me encanto, triste. Espero seguir leyendo tus trabajos. Saludos!
Gracias Isaac, me alegra mucho tu comentario porque me da ánimos de seguir.
entonces si hubo un fallecido? ohhhh!!! Esperemos mas!!!
@adri525 hubo dos.
Waoo gran relato aunque triste pero es muy interesante, osea murió el y su hermano?? y donde esta el hermano? podría estar vivo porque no lo encuentra.
Hola @norbe, primero que nada gracias por leerlo, el accidente es real y ambos hermanos fallecieron, lo demás referente a las ultimas horas del conductor lo invente yo para este post, y el relato lo hace el después de muerto y no consigue a su hermano porque están en un plano diferente y el hermano debe andar vagando por algún lado o ya pudo haber transcendido no se, queda en la imaginación del lector
Tu relato me dejo algo nostálgica, que mal les haya sucedido eso.
Hola @rouscelin gracias por leerme, si de verdad es triste.-