Bueno, ojalá tenga suerte. | Emigrar de Venezuela

         Hoy me despierto positiva, amorosa, con mucha fe en que suba el sbd y con ideas geniales para mi podcast en el servidor de @cervantes (proyecto que me ha llenado, semana tras semana con mucha alegría). Hoy es domingo, tengo vacaciones y nada podría salir mal.  

        Sin embargo, mi crisis migratoria vuelve. Ella no es constante, es algo que me pasa cada mes o dos meses, dura una semana y luego desaparece. Pero esta vez, me pegó durísimo, me cayó a coñazos con el recuerdo de todos mis amigos y familiares que ya no están en el país. Una de mis mejores amigas (que está en Chile) me escribió al despertar con un mensaje de “vente chama, te quedas conmigo así sea en la sala de mi casa” y eso causó un sinfín de emociones.   

        Todos quieren ayudar, y eso lo agradezco, inclusive tú que lees este post y le das upvote, estas aportando a esta meta.  

         Entonces empiezo a planear, y me consigo con la lista de cosas que debe hacer uno para emigrar. Mucho más allá de los documentos y la plata, seguro necesitaré:   

• Despedirme de mi casa, mis padres, mis mascotas y prácticamente de todo lo que conozco.
• Empacar todos mis sentimientos, cultura y recuerdos.
• Adaptarme a nuevos dialectos, comida y clima.
• No llorar tanto y ser una mujer grande de una vez por todas.

         Lo cual me causa mucha ansiedad, como habrán leído en mi post anterior, las responsabilidades y los cambios de la adultez me aterran. Pero debo afrontar esto de una vez por todas.

         A partir de ahora me comprometo públicamente a crecer, de manera orgánica y sin dejar de lado todo lo bueno de mi infancia, en ser de los “adultos buenos” y sobretodo de los “venezolanos buenos”.  

        Es un reto grandísimo al cual me enfrento, lo sé, y más que suerte, como lo expresa la cita del principio, va de un compromiso gigante conmigo misma, a no decaer, a esforzarme por lo que quiero, a mejorar día a día, a dejar de una vez por todas de procrastinar, y un montón de otros retos personales.

        Sé que puedo hacerlo y sé que puedo contar con esta grandiosa comunidad cuando sienta que mis fuerzas han disminuido.