Hombre destruído
Todo lo que somos, todo lo que tenemos es únicamente nuestro. Solo tú y yo sabemos todo lo que hemos logrado juntos, en este camino torrencial donde nos discriminarían, donde nos señalarían simplemente por el hecho de ser.
Estando juntos somos fuego, somos luz. Podemos escalar la montaña y alcanzar la cima mil veces, si nos los proponemos. Lamentablemente no hemos escalar más, no hemos podido admirar nunca más el esplendor del mundo desde las nubes, porque ya no te puedo tener aquí.
Te he extrañado, te has llevado parte de mi ser. Aunque sé no ha sido tu culpa, sé que te han obligado a irte, a alejarte de todos los que te amamos.
Y me arrepiento de muchas cosas, pero lo más que me arrepiento es no reconocernos, es no decirlo, es no abrirme al mundo y decir cuánto te amo. Hoy ya es tarde, ya no estás conmigo, y todo lo que quería decirte simplemente quedó en mi mente.
Sentía que tu vida era mía, pero me equivoqué, me la arrebataron y sin siquiera tenerla en mis manos.
Cada noche de felicidad, de risa y de besos quedará en mi memoria, y no sé si conozca a alguien como tú. No puedo saber si amaré a alguien como te amé a ti, o como te amo a ti. Nuestros besos quedarán en mi memoria. Las caricias que nos dimos poco a poco se borrarán de mi cuerpo. Y no hay marcha atrás, jamás la habrá.
Hoy estoy rodeado de muchas personas, todos te lloran, todos te extrañan. Casualmente, muchos de esos que tanto daño te hicieron hoy aclaman tu vida, expresan la gran persona que fuiste. Pero nadie te conoció como yo, solo yo sé todo lo que fuiste realmente.
Tus hijos pasan ante mí y solo ven a un compañero de trabajo, no tienen ni idea de quién soy. No es como que quiera que me abracen pero quería representar más en tu vida que un simple extraño. Quisiera ser yo quien de unas palabras por ti, quien diga delante de todas estas personas que te amo, que siempre te recordaré. Sin embargo solo soy un asiento al final de la fila, del que nadie se fija.
Veo como tu pequeña hija da sus palabras, no la escucho realmente, luego la veo a ella, a tu esposa besarte una última vez. Ese beso debía ser mío, tu siempre debiste ser mío.
Te marchaste y dejaste el corazón de un hombre destruido.
Muchas veces dejamos de lado nuestros sentimientos verdaderos por el qué dirán. Las personas viven dobles vidas, haciendo daño a quienes no lo merecen y a sí mismos.
Abramos nuestro corazón y seamos auténticos, la vida debemos vivirla en el presente, enfocándonos en crear nuestra propia felicidad.
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