El necesario renacer humanitario.

La persona que salió esta mañana de casa no es la misma que regresó a escribir estas palabras. Desperté como cualquier otro día, mas temprano de lo usual, así que decidí aprovechar el día e ir a observar gente o situaciones a ver si podía escribir o dibujar algo. Vi que había agua, lo cual es algo como un lujo en Venezuela y me di una buena ducha, desayuné y me preparé para salir. Mi vecina, una anciana de unos 75-80 años, como todos los días la vi sentada en una silla tomando los primero rayos de sol, hacia mucho frío y me pareció lo mas inteligente. Mi timidez social no me dejó darle los buenas días (como casi siempre) y solo le dirigí una sonrisa rápida y seca, ella me saludó con su falso interés pero aun así pudo articular mas de una palabra.

Antes de salir vi que había una actividad que el gobierno preparó en la plaza Bolívar, me pareció una buena oportunidad ya que habría muchas personas que irían por curiosidad o por compromiso, sabia que allí encontraría nuevos rostros, lo que para mi significa: nuevos retratos. Llevaba la basura que saque de mi casa, la dejo en la esquina ya que quitaron todos los containers del perímetro y ese es el punto de encuentro de los desechos de mis vecinos y nuestro. Al acercarme vi que había un perro husmeando con la nariz, había pasado un tiempo que no veía un perro de la calle por aquí, no sabia si preocuparme o alegrarme al respecto, se escuchan muchas cosas de lo que sucede con los animales en Venezuela, deseé que encontrara algo rápido, dejé la basura y caminé hacia el metro.

El siguiente punto de encuentro para la basura queda a unos 30 metros del metro antes de entrar, un camión recoge esa basura una vez al día, pero antes de recogerla siempre se pueden ver al menos 3 personas urgando en la basura, estos se preguntaban entre sí si habían encontrado algo interesante, me quedé pensando, ¿buscaban comida o cosas que la gente desecha para ellos venderlo? Cualquiera de las dos puede ser una posibilidad. Detallé a unos de los hombres y lo reconocí, hace unos meses pasó por mi casa y tocaba las puertas preguntando si teníamos ropa para donar, yo le dije que no aunque si tengo unos pocos trapos que no uso y tampoco pienso usar que están en buen estado, pero los he guardado porque quiero venderla y usar ese dinero para mi emigración, sin embargo me dejó pensando que esa persona tal vez necesite ese dinero mas que yo que lo usaría para algo material, y el tal vez, lo usaría para poder comer. Hace unos días compré un pan, el mas caro que he pagado, y afuera de la panadería estaba un indigente viendo hacia la nada, pensé que en darle un poco de mi pan, pero había sido muy caro como para desperdiciarlo y solo seguí mi camino sintiéndome mal porque sabia que era un humano a el que estaba dejando atrás, tratándolo como un trapo sucio y poniéndo mi ser por encima del suyo, ¿que derecho tenemos de sobreponernos a los demás? Me tomó solo unos 5 segundos decidir que no le daría nada, quizá ese pequeño acto de amabilidad habria hecho que esa persona no viera al vacío y le habria dado un pedazo de luz en su vida.

Pensé lo mismo con los hombres que estaban en la basura y la forma en que todos caminábamos rápido hacia el metro para dirigirnos a nuestro destino, ignorandolos, porque estamos sumergidos en lo nuestro y la situación de pobreza nos ha vuelto personas abúlicas y obtusas, personas misántropas. Personas llenas de vida con muchas circunstancias sociales sobre nuestras vidas que nos hicieron egoístas hacia los sentimientos de los demás, para no sentir dolor nos cerramos en nosotros y bajamos la mirada ante la situación humanitaria. Me gusta creer que aun hay bondad y que podemos hacer aunque sea un acto de amenidad al día para no sentirnos miserables y alimentar nuestro propio ego, tal vez ese acto de soberbia propia sea el pedacito de luz que otro ser vivo necesite en su vida para poder seguir. Matamos para comer, para sobrevivir, para defendernos... Eso es lo que nos decimos o nos hicieron creer, las masas fueron imponiéndose sobre la individualidad de las personas. siempre he tenido la duda humanitaria de como podemos vivir con nosotros mismos cuando tenemos a nuestro alrededor tanta miseria, siempre nos sobran cosas materiales pero nuestra avaricia no nos deja ver mas allá de nuestros ojos y creemos que el dinero es mas importante para el alma que la existencia de otra conciencia, otro humano u otro ser vivo, ¿tal vez estemos esperando un cambio esencial en el mundo que nos haga ser menos inhumanos? ¿acaso no vemos que el único enemigo es el que no combatimos dentro de nosotros? La meta de la persona que se acuesta en mi cama esta noche es hacer, por muy pequeño que sea, un acto de desprendimiento amable para con el ser que me necesite mañana, tal vez un simple "buenos días" haga la diferencia en la vida de alguien mas.