Concurso Cervantes: 8ª Entrega - FRANCISCO DE GOYA. Saturno devorando a su hijo
Oscuro y cavernoso entorno, sombras tétricas, siluetas infantiles delatan hechos abominables; sonidos de mordiscos, que junto a gritos complementan aquel ambiente. Un titán, actor material de aquella atrocidad, desprende y engulle extremidades, porciones grandes y pequeñas, no calcula sus mordidas, simplemente desea desaparecer a sus vástagos. Su mirada se pierde mientras realiza aquella tarea, la sangre brota de sus labios, traga y vuelve a morder, posee un afán que no le permite detenerse.
Qué poderosa razón lo lleva a realizar ese aberrante acto, ideas nefastas rondan en su cabeza, controlan y motivan sus acciones; devora a su propia progenie, acaba con su linaje con cada bocanada. Saturno es su nombre, y la ambición se ha convertido en su perdición, delirantes deseos de poder consumen su alma, ha perdido su juicio, rindiendo de tal manera honor a su título de titán. Indiferente al acto que lleva a cabo, solo ambiciona el poder prometido.
Su hermano le ha conferido el poder de reinar, pero para ello debe cumplir un pacto, el cual le condena a no poder criar a sus hijos. No obstante, no se limita a engendrar, tiene varios hijos con su esposa Rea, el deseo puede más que cualquier cosa, y procrea descendencia, varios pequeños son el producto de la unión de estos dos seres, criaturas condenadas a ser el platillo principal, el festín de su desalmado padre. En una caverna profunda se produce un banquete, engulle uno por uno.
Rea cual madre procura la salvedad de sus hijos, y logra resguardar a tres de ellos, cuyos nombres son Júpiter, Neptuno y Plutón, otros los han criado; oculta a su delirante esposo aquel acto de amor maternal. No pasa mucho para que el hermano de Saturno se entere de lo ocurrido, de nada ha servido el acabar con su prole, pues junto a su a su esposa son encerrados, perdiendo así el reinado obtenido.
Situaciones inexplicables ocurren en el devenir de los acontecimientos, Júpiter ha crecido, quién se iba a imaginar que aquel pequeño salvado de las fauces paternas resultaría liberándolo. Tal circunstancia en efecto ocurre, pues el joven le hace frete a su tío derrotándolo, y restituyendo a su despreciable progenitor en el reinado. Más aún este no muestra gratitud, su mirada delirante le delata, el ansiado poder que ya posee gracias a su hijo no es suficiente.
En un arrebato de su aciaga locura pretende matar a Júpiter, este gracias a su destreza en combate logra repeler su ataque y vencerlo, no teniendo otra alternativa más que desterrarlo; en consecuencia el joven resulta ostentando el poder en el reino del cielo. Lo cual da como resultado, muy a pesar del deseo destructivo de Saturno, que su descendencia reine.
Tanto rasgar y trozar a su progenie de nada le sirvió al ambicioso Saturno, todo lo destruyó, con todo arrasó, y sin nada se quedó. Obtuvo el favor de su hijo y aun así prefirió atentar contra él, pérfido titán la maldad de su corazón fue su perdición. Fue castigado con la mortalidad y expulsado a su suerte.
Concurso patrocinado por el witness @cervantes. No te olvides de votarlo en la siguiente página: http://www.steemit.com/~witnesses
Buen nivel Macondo, metiendo miedo, madre mia...;D Saludos.
Jajaja, gracias. Saludos @tonimarco
Esta muy interesante tu publicación @macondo una forma tenebrosa de interpretar la pintura pero muy acorde al momento. Esta bueno.
Gracias por leerla. Bienvenido a mis publicaciones. Saludos @jfernandez