Danza de ciudades

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Después de cinco días sin ningún tipo de noticias en la radio aficionado que habían sido el último refugio. Los víveres, empezaron a escasear, pasábamos los días mirándonos los unos, empezamos a racionar el agua, el calor, empezaba a ser insoportable.

Día 15:

El hedor, lo inundaba todo, no podíamos obviar los muertos acumulados en la habitación más lejana a la sala de estar donde nos acumulabamos los siete super vivientes. Éramos ocho, pero Sneather nos parecía sospechosamente saludable, lo registramos, tenía un número suficiente de latas de comida acumuladas bajón un baldosin del cuarto de los muertos, superaba la náusea y comía tranquilo, pero le pillamos, decidimos no matarle, escuchamos sus pasos rondando la vivienda, apenas cinco minutos, luego otra vez el interminable silencio.

Día 45:

Quedamos cuatro, aunque La señora Gebbels, no parece que le quede mucho, llevamos días oyendola hablar en sueños, necesita antibióticos que no tenemos, le damos el agua que no tenemos, refrescamos su frente con paños, a veces musita mamá mamá y sonríe. Ha dejado de respirar hace un rato, apenas hemos podido meterla en la habitación de los muertos.

Día 60:

He decidido irme, Inma no iba a poder acompañarme, le he dejado los víveres que quedaban y la mitad del agua,armas y los medios electrónicos por si existe posibilidad de contacto. He partido en la noche, en el inmenso rojo, debo seguir buscando, no todo puede estar así, tiene que haber sitios menos afectados, con gente, con alimentos y sobre todo explicaciones, tengo que saber quién demonios desencadenó esto.

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