"Recuerdo que dolía... Mirarla dolía".

Era una noche cálida y húmeda, aproximadamente la 1:00 am, habían nubes en el cielo pero no las suficientes para tapar el resplandor de la luna que brillaba para quien la necesitara esa noche, y allí estaba Alex... Un joven de 26 años, sentado en una colina viendo el horizonte de una manera penetrante, pues esa noche había algo que no dejaba en paz a Alex. 

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Él estaba atrapado en el amor pues no sabía cómo sentirse exactamente cuándo escuchaba de ese tema. Había tenido muchos amores en su vida, aunque ninguno esta presente,  hay algunos que nunca olvidara y siempre llevara cerca de su corazón, Alex pensando en su vida se dio cuenta que la única mujer que verdaderamente amo era su mejor amiga "Samantha”, pero ella nunca sintió lo mismo por él, se fue a viajar por el mundo y nunca supo más de ella, dejándole un gran dolor en su corazón. Esa noche... en esa particular noche, Alex comenzó a extrañarla, su vez comenzó a sentir algo en su pecho y recordar como sucedió todo. Habían pasado ya 5 años desde ese momento… Alex conocía a Samantha desde hace 11 años, desde que la conoció sabía que ella seria alguien muy especial en su vida, pero también sabía que aquella chica no lo veía de la misma manera por lo que decidió guardar lo que sentía y ser su amigo, fue su confidente y consejero en el amor, cada vez que el joven revivía  esos momentos solo le venía la mente un pensamiento profundo que decía “Recuerdo que dolía… Mirarla me dolía”.   Se preguntaba así mismo si fue su culpa que Samantha no estuviera con él, si fuese hecho las cosas de manera distinta quizás ella fuera reaccionado de otra manera, pero no importaba lo que Alex pensara... Pues estaba firmemente seguro de que todo pasa por una razón y si termino así... Pues así debía terminar.   Pero no podía evitarlo, pues él había tenido dudas sobre muchas cosas en su vida… Pero nunca sobre Samantha, no podía evitar sentir esa ansiedad como si ese tema no lo fuera a dejar en paz nunca. Miro a la luna que en ese momento lo acompañaba en su dolor y justo ahí le preguntó, "¿qué he hecho con mi vida a mis 26 años?" "Samantha hizo su vida y se olvidó de mí, a pesar que la consideraba mi mejor amiga... Ella simplemente se fue, ¡¿Porque yo no puedo hacer lo mismo?!" Le exclamaba a la Luna con lágrimas en sus ojos y la mano en el corazón. A la mañana siguiente cuando abrió los ojos, entendió que era lo que debía hacer, quería emprender un viaje para encontrar esa parte que el sentía con ansiedad que le faltaba, empaco sus cosas y corrió hacia el aeropuerto, encontró que salía un vuelo para Roma-Italia… Así que lo tomo sin dudar, ya estaba cansado de dudar en su vida. 

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En el momento que llego, tomo en sus manos su libro guía y comenzó a caminar por la ciudad visitando todos los lugares que encontraba, al caer la noche… Rento una habitación en un hotel, a medida que la noche avanzaba la luna se hacía más grande, entonces la miro y a pesar de aun sentir esa ansiedad, le sonrió y se fue a dormir.

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Alex continúo su viaje, luego de algunos meses termino en Irlanda, pues de chico siempre quiso conocer ese lugar… Alquilo una moto y comenzó a explorar tan hermoso e intrigante lugar. Se dirigió a “Los Acantilados de Moher”, pues las vistas hermosas eran uno de sus sitios preferidos, camino hacia allí la moto se quedó sin combustible por lo que tuvo que caminar, en el camino se le vino “Samantha” a la mente, se dio cuenta que desde que comenzó su viaje no había pensado mucho en ella y que ya la estaba olvidando, al llegar al acantilado, logra observar a lo lejos una hermosa joven, estaba sentada contemplando el paisaje.

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Cuando se acercaba a la joven se percató que esta lloraba, pero al llegar el corazón le salto pues era Samantha aquella joven con lagrima en su rostro. Ambos no podían creer lo que veían, amigos reencontrados después de 6 años, ese día rieron mucho e intercambiaron historias de su vida. Samantha le contó que la razón por la que lloraba era porque mañana se iba a casar pero tenía dudas y no sabía qué hacer, al momento que Alex escucho esto el tiempo se detuvo y volvió su ansiedad… Ese sentimiento que pensó que había olvidado, pero se dio cuenta que jamás la olvido, se dio cuenta que no importaba el tiempo ni la distancia, su corazón siempre seria de ella. Alex en ese momento se sentía destrozado, así que se levantó y se dio media vuelta, sus ojos comenzaron a derramar lágrimas sin que él se diera cuenta y le dijo “Samantha me tengo que ir, muchas felicidades por tu boda y te deseare siempre lo mejor desde el fondo de mi corazón, no sigas llorando por tus dudas, solo haz lo que tu corazón te diga”. Antes de irse la joven le toma de la mano y le da un papel en el cual está el sitio y hora donde tendrá lugar la boda… Sin nada que responder Alex sigue su camino. 

La mañana siguiente empaca para irse de Irlanda, a pesar que solo paso un día allí para él fue un lugar que le trajo mucho dolor del pasado, en el aeropuerto mientras esperaba su vuelo, se le sienta al lado una pareja de ancianos, estos comienzan a hablarle luego de percatarse de aquel joven triste que tenían sentado en el asiento vecino, después de unos minutos Alex les pregunta “¿Cómo se enamoraron?”, a lo que la pareja contesta… “Éramos mejores amigos desde hace años, un día ella confeso lo que sentía por mí, yo no sentía lo mismo, así que dejamos de ser amigos porque se volvió incomoda la amistad, al tiempo descubrí que me sentía igual que ella pero pensé que ya era demasiado tarde, me fui a vivir a New York y un día por obra del destino nos encontramos en una cafetería, leíamos el mismo libro, esta vez no quise dejar pasar más momentos así que quien confeso su amor esta vez fui yo, desde entonces hemos estado juntos”. 

Alex salió corriendo, tomo un taxi, esperando que no fuese demasiado tarde, cuando llego al lugar ya no había nadie… Él no lo podía creer, el destino le coloco al amor de su vida justo en sus narices y fue incapaz de hacer algo, con lágrimas en los ojos sale del lugar y se percata de un lago de aguas muy tranquilas que esta justo al lado, cuando se acerca logra ver una joven con vestido de novia al lado de un árbol, él no podía creer lo que veía… Era Samantha, corrió hacia allá y ella se sorprendió al verlo… 

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. “¿Qué haces aquí?”

. “No me case” 

. “¿Por qué? 

. “Porque le hice caso a mi corazón…Y esto no es realmente lo que quería, tu  ¿Qué haces aquí?”

. “Vine a impedir tu boda” 

. “¿Por qué?” 

. “Porque te amo y nunca deje de amarte… Y realmente ¿Qué es lo que quieres?” 

. “A ti… Al tiempo me di cuenta que también te amaba pero pensé que ya era demasiado tarde” 

. “Jamás es demasiado tarde para el amor verdadero. Habría esperado por ti mil años”   

A veces llegan personas en nuestra vida que no sabemos si son las correctas, nos llenamos de dudas y no sabemos cómo sentirnos respecto a ellas… Como también hay personas que desde un primer instante están seguras sobre como sentirse sobre alguien, la cosa es queridos lectores… Que quizás el amor de nuestra vida ya paso y no nos dimos cuenta, que nos podemos haber enamorado de la persona equivocada y enfrascarnos que esa persona es la “ideal” pero no es así. Así que vivan la vida como más les guste, que si esa persona que es para ti no está contigo de alguna u otra manera lo estará sin importar el tiempo o la distancia, yo creo firmemente en el amor verdadero y el destino.    

Historia creada por mi.