Usar el 100% del Cerebro (Segun ''Lucy'')
Por Pilar Quijada
Desmontando a ''Lucy''
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El mito de que solo utilizamos el 10% de cerebro surgió en los primeros años del siglo pasado. Su popularidad es sólo comparable a la de otro muy extendido, en el que se basaba un divertido anuncio.Tenemos un lado racional y analítico, localizado en el hemisferio izquierdo, y otro más creativo, situado en el hemisferio derecho.
En las dos últimas décadas la neurociencia ha dado pasos de gigante. Gracias a las técnicas de neuroimagen se ha abierto una ventana para la observación del cerebro «en vivo y en directo», que ha desmoronado viejas creencias. «Lo de usar solo un 10% del cerebro es algo impreciso que la neurociencia no considera en el sentido de que haya recursos neurales que no se utilizan. Lo que sí se sabe es que cuando faltan partes del cerebro, por lesiones o malformaciones congénitas, el resultado es un peor funcionamiento. No parece que haya nada que sobre o que no se utilice», señala Francisco Claro Izaguirre, profesor titular de Psicobiología de la UNED.
Es más, en las imágenes obtenidas del cerebro, ninguna zona del cerebro carece de función ni está permanentemente inactiva, ni siquiera mientras dormimos. Incluso durante el sueño el cerebro lleva a cabo tareas tan importantes como consolidar la memoria.
Presión evolutiva
Otra razón «de peso»:con su kilo y medio, el cerebro supone el 2% del peso corporal. Pero consume nada menos que el 20% de la energía del el organismo. Mantener el 90% de sus células inactivas sería un coste desmesurado desde el punto de vista evolutivo.
Tampoco es un avance tener un control absoluto de todo, y menos del metabolismo, como en la película, explica:«En el cerebro no todo está conectado con todo. La consciencia y el control voluntario conectan sólo con algunas funciones que, una vez aprendidas, como las destrezas motoras de un músico, se automatizan y se hacen subconscientes, liberando esos recursos para otras funciones, como hacer música. ¿Qué sentido tendría tener el control voluntario de la temperatura corporal, el latido del corazón o del pH de la sangre, salvo quizá ahorrarse el turismo eutanásico a Suiza?», apunta.
Este experto sugiere que los supuestos "superpoderes" de Lucy que vemos en la película no serían más que el delirio que experimenta la protagonista después de que la droga que lleva oculta en su estómago pase accidentalmente a la sangre.
Besson asegura que su argumento es creíble y avalado por algunos científicos. Entre ellos el neurólogo Yves Agis, uno de los fundadores, junto con el propio cineasta, del «Instituto del cerebro y la médula», de París.
El neurólogo, señala la nota de prensa de la productora, “ayudó a Besson a andar en la cuerda floja que separa la realidad teórica de la imaginación, y empezó a darse cuenta de que la creatividad del cineasta no estaba tan alejada de la verdad científica”. “Es lo que más me gusta de la película, los hechos reales”, resalta Agid. “Por ejemplo, se habla de la cantidad de células en el cerebro, del número de señales que produce una célula cada segundo. Al utilizar estas cifras, Luc imprime una dinámica fascinante a la historia. Desde luego, cuanto más avanza la película, más se ficcionaliza, y así debe ser. Pero es perfectamente creíble porque, en parte, está basada en la realidad”.
Fuente de Informacion
ABC Enlace