Cartas del pasado - Recuerdos de un amor.
14 de junio de 2015
El último deseo de mi esposo antes de morir fue que yo leyera todo lo que guardaba en su baúl, pero hasta hoy he tenido fuerzas de leerlas. Quiero que conozcan ahora al maravilloso hombre con el que me casé, con el que viví, y con el que estaré después de acá. Me he sorpendido leyendo cada una de las cartas que no me entregó, y hoy, casi un año después de su muerte, me siento mas enamorada de él que nunca.
6 de noviembre de 1981.
Solo tu sonrisa espóntanea hizo de mi día algo distinto. Pensé que el insituto sería un lugar horrible, que sacaría lo peor de mi. Pero tu, chica desconocida, hiciste que todo se revolviera dentro de mi cuando te vi, y cuando me viste me sentí torpe, olvidé como poner un pie delante del otro e incluso olvidé como articular oración alguna. Que estupido soné cuando dije mi nombre ante toda la clase. Y todo fue tu culpa. Aún no conozco tu nombre, y no logro borrarte de mi pensamiento. Quizá sea efímero, y mañana te olvide.
Tu piel blanca como una nube desprende una mágica esencia. Tu voz es suave como el viento y tus ojos ¡Ay tus ojos! Esos ojos me llevaron al Edén por un instante. Tus hermosos cabellos son tan brillante que pasé las horas divagando entre las mil y un maneras en las cuales mis manos podrían escurrirse entre ellos como suaves hilos de seda.
Nunca olvidaré este primer dia en el que te vi, este dia en el que te has vuelto mi inalcanzable sueño. Inalcanzable porque ya otro se siente a tu lado y acaricia tus cabellos. Inalcanzable porque nunca tendré el valor de entregarte esta carta. Inalcanzable porque te sientas muy por delante de mi, sin saber que yo te miro, y que te miraré, incluso sabiendo que me ignorarás. Tal vez mañana sea un mejor dia y tenga el valor de saludarte y preguntar tu nombre.
Me siento culpable de no recordar ese dia en el que le inspiré a escribir aquellas palabras tan hermosas sobre mi. Han pasado treinta cuatro años de ese dia, y no evito pensar en tantas cosas que sucedieron luego, en su torpeza, en su timidez, en su ternura, pero sobre todo en su amor y en su perseverancia. Porque no fui fácil, e incluso así el logró enamorarme de a poco, a su manera, siendo él. Un suceso que ni él mismo esperaba que sucediera, y aun así lo intentó.
Muy buena historia, y el post, una mujer muy enamorada de su esposo y ese baúl mágico es la unión de ambos. saludos.
Me alegro que te haya gustado. Un saludo.
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Simplemente hermoso.
Muchas gracias por tu comentario.