Introducción en construcción

Aún me parece extraño eso de presentarme. Mi nombre es Daniela, pero ese sólo mi nombre, mi edad es sólo un número y lo que no tengo no me define. La siguiente presentación ha esperado salir de mi garganta por mucho tiempo, lo que le impedía salir era el nudo que yo misma amarré y es hora de desatarlo. Esta decisión es el resultado de ciertos acontecimientos que me han impulsado al vuelo, sin importar lo que el vuelo signifique y lleve.

Estoy en construcción, delineando cada centímetro de pies a cabeza, condenada a nunca terminar. Las horas siempre traen algo nuevo para adornar mi línea de tiempo y eso me gusta. Desaté ataduras y acerté en darle importancia a lo que yo decida, la lejanía del futuro dejó de alertarme, decidí que el tiempo y yo podemos cimentar lo que me espera y lo que no, ¡Que me sorprenda!

No soy un prototipo, soy mi prototipo, soy la antología de los momentos que colecciono, las personas que he besado, las canciones que bailo en la ducha , las risas que él me ha dado, mis fallos, mis retos cumplidos y olvidados, lo que escribo, siento ,pienso y probablemente lo que como.

Mi yo y yo nos llevamos de maravilla, la palabra aparentar no está en nuestro diccionario, entiendo la mitad de un partido de fútbol y a veces dejo libros empezados. Aprendí que no tengo la obligación de corresponder a quien me propone amor infinito, que puedo decir NO cuando me plazca. Y aunque me ha costado, logré deducir que soy la única directora, protagonista y espectadora de mis acciones, entenderlo me ha hecho libre. Sé que Merezco lo que deseo, corto de raíz lo que no evoluciona, sé también que el cambio es mi mejor amigo y una vida al límite es la única manera de aceptar la muerte.

No, no puedo encarcelarme en círculos, presentarme o definirme.
Se explica y clasifica lo que ya está terminado y yo nunca lo he estado.