Para ser honesta, en Caracas hay mil y un opciones donde ir a tomarse un buen café. Si decidiera colocarlas todas en un solo post, éste sería infinito, te aburrirías, me dejarías de leer y ¡NO!, esa no es la idea. Así que en esta oportunidad te hago algunas recomendaciones dentro de un área más reducida: Lo Palos Grandes, una zona que poco a poco se ha ido transformando en el punto de encuentro gastronómico de la ciudad.

Este local está inspirado en la película francesa homónima. En sus nuevos y ampliados espacios convergen aires de un clásico bistró franco, pero con un toque de modernidad y eclecticismo. El sitio es muy lindo y acogedor. Su personal muy atento y siempre con una sonrisa. En cuanto al tema que nos atañe, tienen todas las variaciones habidas y por haber de cafés, ya sean fríos o calientes. Uno de mis favoritos es el café bombón. Te lo sirven una mini jarrita de esas que están de moda, ¡imposible no querer tomarle una foto!

Como de café no solo vive el hombre, en Amelié también tienen una oferta de postres bastante sabrosos; entre ellos puedo recomendarles el oreo cheesecake y la torta de chocolate oscuro (es sencillamente un orgasmo en la boca).

Lo bueno: comparado con otros locales y siendo conscientes de la situación país, no es tan costoso y el ambiente es agradable (ideal si quieres impresionar alguien sin desfalcarte). Además, todos los cafés vienen con una galleta de mantequilla. Lo malo: no tienen estacionamiento y en las horas picos es imposible conseguir mesa.

¿Cómo llegamos? ¡Fácil! Están en la avenida 1. Si vas en metro, te bajas en Altamira y caminas en dirección Centro Plaza, en la primera esquina (donde está la torre Cavendes) subes como unos cincuenta metros y está un edificio como de cuatro pisos llamado Venita y voilá, llegaste.

Sin irnos muy lejos de Amelié está Páramo café. Es mucho más pequeño que su vecino con aire francés, de hecho creo que tiene capacidad máxima para veinte personas. La decoración es industrial chic, acogedora y un tanto cálida. Tienen cafés fríos, calientes, tés e infusiones (tienen hasta un café frío con coco, que por mi salud estomacal yo no me atrevo a probar). Uno de los grandes atractivos de esta cadena cafetera es que sirven el café en vasos de cartón con tapas, como lo hace cualquier cafetería fuera de Venezuela. Para acompañar hay opciones dulces sencillas, como maxi cupcakes, galletones o paninis.

Lo bueno: están dentro de la torre Cavendes, así que tienen estacionamiento. Lo malo: en mi opinión, no es lo mejor para comer, pero es un espacio para conversar y farandulear con esos vasos.

Si llegar a Amelié es fácil, a Páramo es cosa de bebés. Están en toda la Av. Francisco de Miranda, en el sótano de la torre Cavendes.

Franca es Franca, como lo dice su eslogan. Este local, con sucursales en Los Naranjos y Las Mercedes es uno de los clásicos y referentes al momentos de tomarse un buen café en la ciudad. Como es característico del estilo de esta cafetería, es bastante iluminado, con grandes ventanales, mucho (demasiado, diría yo) blanco. Desde que entras los ojos se salen con todas las cosas sabrosas que muestran en su vitrina. Los cafés los hay en todos los estilos e incluso puedes comprar su propio grano molido para prepararlo en casa. Ahí soy fan del clásico marrón. Me lo preparan en su punto y bien cremosito.

¿Y para comer? Pues tienen opciones variadas. Por lo salado, croisants, quiches, napoleones y polvorosas de pollo (mis favoritas, su sabor me recuerda a la Navidad). En cuanto a los postres, su especialidad son las tortas sencillas, pero muy bien hechas y con una apariencia que hace que quieras hincarle el diente a todas. Casi siempre pido la de zanahoria con cobertura de yogurt o la de auyama.

Lo bueno: en Franca todo, eco: TODO, es rico y tienen buena atención. Lo malo: no es la opción más económica, pero tampoco es que dejas un órgano en la cuenta. No tiene estacionamiento.

Ajá, ¿cómo llegamos? Fácil, ¿recuerdan la calle que sube a Amelié? Si, esa misma, la Avenida 1. Allí también está franca. Si vas caminando, subes derechito, pasas un semáforo y vas a ver en la esquina un bodegón, inmediatamente después viene un local de comida al wok chiquito rojo (imposible no verlo) y adosado está Franca. Está muy cerca de Centro Plaza, así que te puedes estacionar allí y caminar hasta el café.

Los Palos Grandes es grande, hay muchas opciones, pero acabo de darme cuenta que este post se me ha hecho muy largo, así que resumo otras opciones: La Casa Bistró (cerca de la plaza), su café es gourmet y el grano es perteneciente al barista criollo Pietro Carbone, allí también puedes desayunar y su brunch de fin de semana es de muerte lenta. Dentro de Centro Plaza hay una nueva opción: Tostao, ambiente industrial y café bastante aceptable (no pidan latte vainilla). Los más saludables pueden optar por Prana Juice Bar. Honestamente, a mí no me gusta, pero aquellos que sean pro de lo fit, cero lácteos, sin cafeína (y sin nada de lo que ahora es malo) esta es una opción idílica.