Comentario sobre la batalla de Balaclava - 25 de octubre de 1854 - Primera parte

Este artículo pretende ser una opinión con respecto a lo que puede ser el peor desastre militar para el Imperio Británico, y a la vez, una de sus mayores glorias. Todo acontecido en un breve espacio de tiempo.

("The thin red line", cuadro de Robert Gibb, 1881)

La guerra de Crimea

El mar negro siempre ha sido una de las mas codiciadas plazas militares por su ubicación. A lo largo de la historia se lo han disputado los más diversos contendientes. No voy a centrarme en los detalles geopolíticos y su contexto histórico, sino mas bien, quiero remarcar algunas curiosidades que me parecen dignas de mención en los años que llevo investigando este particular hecho.
Luego de un período relativamente extenso de paz en Eurasia, se volvían a agitar las aguas de la discordia con similares protagonistas de lo que fueron las guerras napoleónicas. La diferencia es que las alianzas cambiaron por completo, y los que antes fueron acérrimos enemigos, se convirtieron en poderosos aliados. El Imperio ruso, tomó posiciones estratégicas en Moldavia y Valaquia (de donde era oriundo Vlad Tepes, Dracula. Drácula significa, "hijo de Dracul", antiguo miembro de la orden del dragón. Pero eso es otra historia mas larga...), cosa que puso muy nerviosos a los británicos, y mandaron emisarios para llegar a un acuerdo que nunca se pactó. Esto fue el comienzo del conflicto.

Tal es así, que los británicos forjarían una alianza con el Segundo Imperio Francés del emperador Napoleón III, sucitando mis primeros interrogantes, debido a que poco menos de 40 años antes, Inglaterra y Francia estaban enrroscadas en la mas sangrienta guerra europea hasta esos días. Casualmente, el consejero personal del emperador francés (y ex presidente de la II República francesa elegido democráticamente), era un Rothschild. El Barón James Mayer de Rothschild, también conocido como Jakob Mayer Rothschild. Hay abundante información sobre este importante y oscurísimo personaje.

El imperio británico, el segundo imperio francés,  el imperio otomano, y el Reino de Cerdeña, medirían sus fuerzas contra el imperio ruso.

(Jakob Mayer Rothschild)

Los oficiales británicos

Los protagonistas de esta batalla, determinarían uno de los mas absurdos capítulos de la historia bélica. Lord Raglan, Lord Lucan, Lord Cardigan, el coronel James Yorke Scarlett, Sir Colin Campbell, y el capitán Nolan, fueron los principales actores en el teatro de operaciones. Lord Raglan había luchado junto a Lord Wellington durante algunos años, y debido a ello, le nombraron como General para dirigir las fuerzas expedicionarias, a pesar de no tener experiencia al mando. Su carrera militar fue creciendo mas por su longevidad que por sus tácitos dotes tácticos. 

Lord Lucan, fue el comandante general de la caballería. No pudo elegir a sus subordinados, y este hecho probablemente desencadenaría el desastre. Su cuñado, Lord Cardigan, había sido destinado a dirigir la caballería ligera, y sentían desprecio el uno del otro. El otro subordinado de Lucan, el Coronel James Scarlett Yorke, estaba al mando de la caballería pesada. Era un aristócrata borracho y mujeriego, no muy querido ni por su familia, y que había ejercido un cargo como miembro del Parlamento para Guildford, sin hechos remarcables durante 4 años (1837-1841). Ya era hora de que hiciera algo glorioso, y así lo consiguió.

El capitán Nolan, era un excelente jinete de temperamento irascible, y propenso a la insubordinación, como se quiso dar a entender con el paso del tiempo. Sirvió en el 10º regimiento de húsares austríacos, siendo hijo de un diplomático británico de baja estopa. A decir verdad, a pesar de su juventud tenía experiencia militar, y como teórico, había escrito un libro de caballería que instó al ejército británico a cambiar sus sillas de montar por unas diseñadas por él. Es tan extraña la situación en la que se lo retrata, que realmente dudo de su plena veracidad.

(El capitán Nolan)

La batalla... y el gin tonic

En el contexto de esta guerra, que también sufrió cuantiosas bajas por las pésimas condiciones en las que viajaron las tropas británicas en los ya entonces obsoletos barcos de vela, se había usado un paliativo contra la malaria: la quinina. La quinina es especialmente amarga, y anteriormente los británicos destinados en la India, la mezclaban con ginebra para "suavizar" su gusto. Aquí hago un breve inciso, había nacido el gin tonic en medio del caos exopolítico...

Casi la mitad de los caballos habrían muerto en el transporte de tropas (por eso de que no es buena idea darle ginebra a los equinos). Otros miles de soldados corrieron la misma mala fortuna. A todo esto, los rusos se habían retirado de Valaquia y Moldavia, y una de las principales causas del conflicto, se habrían zanjado con este hecho. Pero la campaña siguió.

Para el Coronel Scarlett, la ingesta de quinina no fue óbice. Su fanatismo con las bebidas blancas lo llevarían a lo mas alto del panteón militar británico. En la mañana del 25 de octubre, las tropas ya estaban dispuestas para comenzar las hostilidades. Aunque no existía ningún plan de ataque, y los aliados estaban mermados, continuaron con la ofensiva. Su misión, era tomar Sebastopol, lejos ya de las premisas con las que habían embarcado. Luego de una sangrienta escaramuza donde Sir Colin Campbell había actuado con maestría y bravura en la batalla del río Almá, y de un asedio fallido a Sebastopol, las tropas de la coalición se encontraban al borde de la llanura de Kadikoi, a la vera de las colinas Causeway.

(Colin Campbell)

El puerto de Balaclava, estaba defendido por la nonenagésimo-tercera brigada de Highlanders, al mando de Sir Colin Campbell. Sobre las colinas Causeway, había 6 baluartes turcos con cañones de 12 libras británicos. Los turcos, según los ingleses, eran soldados de honor. Pero al recibir el primer cañonazo ruso, a las 7:30 am, los turcos habían abandonado sus posiciones en los baluartes. Los rusos rápidamente tomaron posiciones sobre los bastiones aliados, para luego usarlos contra la infantería de la coalición. La situación británica era desesperante.

(Mapa de la batalla en la media mañana, momento de la aparición de Sir Scarlett Yorke)

La carga de la brigada pesada

Lord Lucan, viendo como se sucedían las desgracias, ordenó al coronel Scarlett que cubiera la posición que defendía Sir Colin Campbell en Kadikoi con sus 8 escuadrones.  Llegando a la posición que tenía que defender, cambió de idea, desobedeciendo el mando de Lucan. El teniente  general ruso Ryzhov, con 8 escuadrones de caballería, en superioridad numérica y motivado por la retirada de los turcos que defendían las posiciones de los cañones en las colinas Causeway, comienza una carga cuesta abajo de cuatro escuadrones, contra la 93 de Colin Campbell, y otros cuatro contra lo que había sido unas horas antes, el campamento de la brigada ligera al mando de Cardigan. Es vox populi que Colin Campbell, ordenó a sus hombres a "morir de pie". Los otros cuatro escuadrones rusos, al mando de Ryzhov, dudaron en lo alto de las colinas.

En este momento, el coronel Scarlett Yorke, tuvo una iluminación divina de tintes suicidas y megalómanos...

Scarlett, avanzó hasta el abandonado campamento de la brigada ligera de caballería británica, divisando a no más de 100 metros al enemigo ruso.  Junto a su ayudante de campo, un trompetero, y el teniente Elliot,  comenzaron una carga imposible, cuesta arriba, tal vez motivados por su paliativo contra la malaria. Con no más de 500 hombres que no dudaron en seguirle, comienzan una carga ladera arriba ante la atónita mirada del Teniente Ryzhov y sus subordinados, quienes los esperaron estáticamente. Los scots greys, y algunos valientes, les acompañaron en tan osada y etílica carrera hacia la muerte. Es probable que la ginebra ayudara a optar por tan demente decisión.

(Sir Scarlett Yorke)

Scarlett, luchando con su espada en mano, fue herido en un brazo al tomar contacto con los rusos, pero aún así sus desordenadas tropas tomaron los baluartes e hicieron retirar a los confundidos rusos.

Esta absurda maniobra, puso a Scarlett en el parnaso bélico de los británicos, que desde entonces, le rinden homenaje en todos los libros de historia siendo que ningún historiador pueda explicar la locura de ella. Había comenzado la leyenda.

(NOTA: esta es la primera parte. Espero que disfruten leyéndola tanto como yo al escribirla.  Que alguien la lea al menos, y que la tecnocracia os acompañe)