En este post encontrarás mi experiencia personal como atleta en Venezuela ¿Discriminación? ¿Dudas? ¿Subestimación?

Nota: Aquí no encontrarás la historia del Pole en Venezuela, eso lo dejaré para otra ocasión.

La burbuja social

Antes que nada vale la pena aclarar, esta es sólo mi percepción personal sobre este tema por lo que debo dejar en claro la simplicidad de mi mente en el colegio y bachillerato: “No lo entiendes: investiga” “Te da flojera investigar: acéptalo como algo que existe y sigue con tu vida”

Sin embargo era lo suficientemente inocente ( familia retrógrada y conservadora) como para saber qué eran las strippers pero no qué hacían o por qué lo hacían, es difícil de explicar pero así era mi cabeza en ese entonces.

Por lo que cuando compañeras lejanas de primeros años de Bachillerato comenzaron a hablar de Pole y a colocar fotos en su perfil del PIN del Blackberry era como “ah mira…bueno, sigo con mi vida” Insisto 0 interés y al mismo tiempo estaba ciega y sorda a lo que otros pensaban de ello. Cuando el primer susurro: “Mira las fotos y lo que pone” llegó a mis oídos simplemente asentí con indiferencia.

Tiempo después, el Pole volvió presentarse ante mi con una amiga de 5to año de Bachiller que me invitaba a practicarlo, dado un prejuicio debido a mi físico decidí no aceptar (esto lo desarrollaré en otro punto)

¿A qué me refiero con burbuja social?

Pues que, cinco años después (2015) de éstas breves experiencias. Decido, debido a las influencias de mi primera Jefa; quien se convertiría en mi instructora, inscribirme en mi primera academia de Pole Sport y allí la burbuja que tenía con respecto al Pole se revienta…

Comentando con mis compañeras polerinas y mi instructora inician los esbozos que
rompen mi burbuja: “la gente cree que somos strippers” “Creen que esto es otra cosa” “Creen que porque uno hace esto es chica fácil” . Y allí pude notar que intencionalmente mis allegados no hablaban del deporte que practicaba, como si fuese una especie de secreto a voces dado el qué dirán.

Fue un golpe total para mi ver cómo había gente que sólo tenía una visión tan desdeñosa de este deporte, cuando desde mi perspectiva era solo algo lejano que para mi se había convertido en arte.

La Mentalidad de Abuelita

Debido a mi trabajo supe que para el año 2015 se habían realizado una cantidad increíble de competencias alrededor del mundo y se había establecido una línea entre el deporte y los clubes nocturnos.

Pero claro, ¿Cómo explicarle eso a las señoras mayores conservadoras? Una ardua tarea, de hecho, puedo atreverme en comparar muy por encima el pole con la homosexualidad “Todo está bien, mientras no lo tenga cerca” si lo miramos desde un punto de vista altamente simplista, esto es lo más cercano a lo que pudiese compararse teniendo en cuenta las grandes diferencias una de la otra.

Muchas señoras mayores e incluso muchas jóvenes en mi país ven al Pole como un acto de rebeldía y lascivia, creen incluso que sólo funciona para atraer hombres. Pero ya en la actualidad, gracias al avance que este deporte tiene a nivel competitivo esta mentalidad ha disminuido considerablemente.

Por lo que a lo que la mentalidad de abuelita respecta, por ahora es muy difícil disiparla por completo. Incluso puede que la vivas cuando comiences esta disciplina, hasta que llegue el momento en que tu cuerpo, tu ánimo y tu carácter cambien notablemente a mejor y es allí donde comienzan a aceptarlo.

Los “Masculinos” y las “Masculinas”

“El Pole es para Mujeres” “Cooo… tu novia hace Pole uuuujuuummm” “No vale, yo no hago eso yo no soy m…”

¡JE-SUS-CRISTO estos machos alfa pelo en pecho lomo plateado! No son muchos pero cuánto ruido hacen. Es que no me cabe en la cabeza cómo una generación que creció viendo bailar a John Travolta puede asumir que todos los Pole Dancers son homosexuales, a ver, alma de cántaro, en esta bella disciplina hay de todo…incluso niñas y niños, hay competencias infantiles a partir de 7 años así que verle el lado sexual al Pole por completo mas allá de estar mal, llega a ser incluso asqueroso.

“Pero si usas tacones de aguja, bailas exotic, o haces tal o cual movimiento provocativo no te quejes de que pensemos esto” esto va por aquí porque es una de las cosas típicas que suelen decir los masculinos y masculinas pero lo explicaré más adelante.

En general una cosa que me agrada de la mentalidad venezolana es el “tu por tu lado y yo por el mío” por lo que, como dije antes, son muy pocas las personas con esta mentalidad pero hacen mucho ruido y realmente molestan, es el equivalente a salir a la calle y que te silben: incómodo, desagradable y asqueroso.

En fin para culminar el gran punto que engloba la discriminación del pole en mi país, en este, según mi experiencia, falta poco para eliminar la mala percepción de esta disciplina a nivel general. Renegando estos pensamientos a mentes retrogradas o simple ignorancia.

El Prejuicio que sí hay que erradicar POR COMPLETO

Siempre hay que aceptar un hecho: no importa lo que hagas, siempre serás criticado. Seas atleta olímpico, pintor, músico, youtuber y un gran etc. Por lo que la percepción que tu entorno tenga de lo que hagas no suele ser algo de mayor relevancia mientras no te hagas daño a ti o a los demás

Entonces ¿Cuál es el prejuicio más aborrecible?

Pues el prejuicio que tenemos sobre nosotros mismos.

Sí, así es. Ésta disciplina me enseñó que los límites te los pones tú (o si tienes algún problema grave que te impida practicar), de hecho, me había mantenido al margen de esta disciplina por una sencilla razón: No me sentía bien con mi peso.

Y ahí viene el camión de prejuicios a botar toda la basura: “¿Qué hace esa gorda o gordo en el tubo?” “¿Tú crees que con mi peso pueda subir…mira que yo soy grandecita?” “¡Soy demasiado débil/delgada mis brazos no aguantarán!” “O sea…a mi me gustan las mujeres, y yo no quiero bailar…quiero hacer las cosas de fuerza y eso” Estas frases son solo espejos de nuestras inseguridades ¿Cuál es la mía si me lo preguntan? “Me voy a ver ridícula si hago esto” y hablo en presente porque tras cuatro años que llevo entrenando y dos de ellos siendo instructora me ha perseguido constantemente pero es la motivación que me lleva a seguir adelante.

¿Cuál es mi recomendación para una persona mayor de edad de cualquier género y de cualquier preferencia sexual, que haya comenzado esta disciplina y aún así se sienta extraño?

Realizar un taller o curso de Sensualidad.

BUUUUUT WAIT KATHERINE ¿Qué pasa con la discriminación y los prejuicios y ñiñiñi?

Pues, ahí está el punto que dejé en el aire antes. Asistir a un taller de sensualidad, no es imprescindible para un atleta de Pole ni para un asistente activo sin embargo te ayudará:

1. A sentir tu cuerpo, aceptarlo tal cual es.
2. A mover esa fibra pícara que todos tenemos dentro.
3. A saber que al momento del taller, todos nos sentimos igual, tenemos un profesor o profesora que se mueve de forma increíble y nosotros estamos rígidos pero al mismo tiempo ¡Eso no importa porque todos somos iguales!
4. Disfrutar el momento, ver en el espejo a la persona maravillosa detrás de toda la inseguridad, ver la verdadera belleza que hay en ti.
5. Compartir un momento íntimo con tu pareja: se crea una conexión al momento de bailar para él o ella, te diviertes, ambos disfrutan y es genial. Y además, siendo tan consciente de los primeros puntos, si esa pareja no disfruta ese momento, te critica, si no está conectado contigo… AAAAAMIGA o AAAMIGO deje a ese ser. Que usté está capacitado para volver loco o loca a otro que sí valore su esfuerzo, su amor y su dedicación. Solo tú sabes cuánto esfuerzo te llevó a poner en práctica todo lo que aprendiste, por lo que esto te enseñará a valorarte.
   

Pero Katherine…soy hombre, hetero…y pues me incomoda un poco.
Dos palabras, amigo MAGIC MIKE. Puedes ser hetero y moverte de forma increíble en una clase de sensualidad. Sin embargo Puedes buscar, para sentirte más cómodo, cursos o talleres impartidos por strippers o pole dancers hombres, uno de mis instructores es de ese mundo y créeme que él procuraría que te sientas lo más cómodo posible y te diviertas que es lo importante.

Como dije antes esto no es un requisito mínimo, ni nada parecido, pero para una chica que estaba completamente insegura de su cuerpo, quien no sólo había rechazado esta disciplina si no la gimnasia por su inseguridad le ayudó muchísimo. Si no es tu caso, disfruta tu clase regular y recuerda: conocer tus límites es el primer paso para superarlos.

Para resumir, la primera persona que debe dejar atrás los prejuicios y dudas sobre entrar en esta disciplina no es el vecino, no es la familia ¡eres tú! Acéptate, lánzate ¿Qué puedes perder?

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