Vivir el día a día no es una labor tan fácil como pensamos, hay personas que viven en el pasado, todavía recordando sus momentos de gloría, amores pasados o remordimientos que le quitan el sueño en la noche... otros, vivimos más en el futuro, en lo que haré, a donde iré o a donde quiero estar dentro de 5 años.

Si bien es cierto, el pasado nos hace ser quienes somos para lograr en el futuro nuestras metas, digamos que entra el dicho de "siembra y cosecha" o "trata al projimo como a ti mismo", muy acertado y llevarlo en el día a día, puede servirnos para crear relaciones más fuertes, amistades espontaneas, encontrar el amor y oportunidades únicas en la vida.

Y es que los panoramas cambian de un momento a otro, al tener un semblante alegre y cordial a la hora de ir a la tienda o mejor aún, atender en una tienda. Nunca he entendido a los que trabajan atendiendo en caja o en algún ministerio, empresa o servicio público, todos parecieran padecer algún tipo de patologia que no les permite ser educado, cortes o tan siquiera responder el saludo de los clientes.

También debemos reconocer que muchos son intensos o llegamos con el calor del Zulia en la frente, por lo que el tener una sonrisa en el rostro queda a un lado y esperamos que de igual manera nos traten con respeto, animo y de paso nos resuelvan los problemas.

Pero que sabor, color o aroma tendría la vida, sin los altibajos y sorpresas?

Ayer tuve una videollamada con una apreciada amiga, que cambio su vida radicalmente, su casa, su país, por un nuevo rumbo, por una mejor calidad de vida... cosa que no es fácil, no solo emocionalmente sino también la capacidad financiera para poder tomar la decisión con una hija abordo. Luego de un rato hablando, me pregunta que como va todo.

Le respondí tan alegremente que no concordaba con la situación... bueno amiga, aquí estoy, sin celular porque con un bajón se me quemo, estoy usando una tablet prestada y el wifi del vecino, jaja además de eso amiga, estrenando un jabón líquido como mi nueva crema dental. Amiga pero no te precupes, le dije.

Pensemos un poco, estamos vivos, siempre buscamos un motivo para celebrar, seguimos sacando un chiste de cualquier cosa, nuestro sentido del humor esta intacto y sobre todo extrañando lo nuestro, lo que fuimos y lo que queremos ser.

Ahora las colas son un habito mas que una necesidad... para echarle la gasolina al carro, nos llevamos una mesita, un par de sillas y el domino, por lo menos la pasamos bien mientras esperamos.

Y es que al mal tiempo buena cara... este tiempo que pasamos, gris, díficil y deprimente, no será para siempre, pronto veremos la luz y un país levantandose con esa alegría que nos caracteriza. Contando anecdotas y de como ayer se nos cayó el techo y hoy ya lo levantamos... cambiemos corrupción por justicia, delincuencia por bondad, misería por abundancia, ignorancia por conocimiento, salgamos a trabajar, a construir un país, nadie lo hara por nosotros.

Hoy dedico mis líneas a un país que es feliz como cultura, teniendo todo en manos irresponsables, malintencionadas y deshonestas... aún no pierdo la esperanza de verte renacer como el Ave Fenix.

Venezuela, no sigamos dando el pescado sin antes educar al pescador y enseñarlo a pescar.