Un día cualquiera
Me siento en un banco, a la sombra de una acacia, mimosa, porque está en flor. Preciosa plaza de la ikastola más vanguardista de la ciudad. En un local de dicha plaza nos reunimos para orar la iglesia evangelista. Local que tiene otra salida por la plaza de atrás que no es tan bella como ésta.
Compré el cuaderno en el bazar de aquí al lado que también tiene otra puerta a la avenida. Me atendió un señor chino que después con apetito se dispuso a comer su arroz del desayuno.