Amor en tiempos de crímenes
Ella estaba quieta, mirando el horizonte. El frío de la arena tocaba sus pies. No había más que el sonido del mar, y algunos nubarrones anunciaban que sería un día lluvioso.
Está tratando de recordar cómo pasó. Un cuchillo, rojo, sus gritos, rojo, su sangre, roja, su ira, roja, la habitación del hotel, roja. Imágenes confusas de aquel que puede alegar padecer de alguna enfermedad mental ante un juzgado para asi librarse de parte de la condena. Ella era abogado.
Un día fue defensora, ahora es la criminal. Exactamente cómo empezó todo es algo dificil de explicar. Ella lo visitaba seguido a su celda, porque era su cliente. Quizás escuchando la historia de su vida, tan llena de inocencia, tan llena de pureza, seguramente le conmovió y así fue como se compadeció de ver a un hombre "inocente" tras las rejas.
Estaba completamente decidida a sacarlo de allí, y lo logró. Resulta, que en un mundo feliz la mejor forma de salir de la cárcel era contrayendo matrimonio. La felicidad tiene su precio, y parece ser uno muy alto si lo que se desa es construir la sociedad más feliz.
Dejó pasar algunos días y noches también, hasta tomar la dura decisión de casarse con su asesino. Era la libertad prometida. Ya podía imaginarse tomando el sol con él en alguna playa de Hawái, sin preocuparse por la línea del bikini perfectamente depilada, sin estar obligada a tener el peso ideal. Pues, en Mundo Feliz, una mujer soltera debía cumplir con ciertos estándares felices.
Estos estándares felices te indican bajo los parámetros que debes vivir a lo largo de toda tu existencia. una mujer soltera nunca debe pasar de una perfecta talla 6, ni bajar de una talla 5, porque sería anorexia y eso también está condenado. para contraer matrimonio necesita una casa, un carro y un perro debidamente registrado en notaria. Además, de presentar constancia médica que certifique que estés apta para ser la futura esposa feliz.
Si, un poco de libertad para ambos no sonaba nada mal. Si se miraba de cerca, ella se libraría de muchos problemas y él saldría de su cárcel, ¿Qué podía salir mal?
Tomó la decisión una tarde de abril, mientras se mostraba en cuerpos perfectamente esculpidos la última colección de Gucci. Tomó su abrigo y abrió la puerta rumbo a la joyería más cercana. Luego de la liberación, lo correcto era que las mujeres propusieran matrimonio, ustedes saben por el asunto del heteropatriarcado.
Cerró la puerta no sin antes volver en el tiempo con un recuerdo, de cuando fue modelo.... un cuento que quizás explica el rojo de su futuro.