El Vacío
Me levanto errante en este lecho caduco, escucho un zumbido, un día más en la atroz rutina que consume el alma y deteriora el cuerpo. El despertador en la sobremesa no deja de repetir el mismo sonido incansable, lo ignoro, me pongo de pie y me dejo guiar por mis alocados pensamientos, por un segundo soy libre de las cadenas de este mundo, llegando a preguntarme ¿Qué soy, quién soy?
Una voz susurra tiernamente en mi oído mientras tomo la típica ducha matutina, el agua helada se desplaza por cada parte de mi cuerpo haciéndome estremecer, nada fuera de lo común. Pero el susurro permanece, aquella voz extraña e irreconocible sigue hablándome mientras intento ignorar su existencia, me hace dudar, me hace pensar que he perdido la cordura a la cual me había atado con estas pesadas cadenas. Pienso que todo es parte de una locura intencional, causada por mi fatiga… En realidad creo que solo deseo estar loco, para poder escapar de mi aburrida existencia.
Pasan las horas en un ciclo que parece nunca acabar, ellos me llaman, yo acudo, realizo las actividades solicitadas, recibo “dinero” como pago para luego retirarme a un nuevo oficio. Una y otra vez sin descanso, sin ser mi propio jefe, sirviendo a otros que como yo, nacieron de una mujer y fueron colocados en sus brazos. ¿Qué nos diferencia, que nos hace especiales o diferentes? Al final todos somos esclavos.
El día transcurre sin novedades, voy a mi lugar secreto para así dormir una siesta, me sumerjo en los brazos de Morfeo. Navego en las olas del mundo de los sueños y creo estar viendo un lejano recuerdo, hombres luchando, masacres desenfrenadas, vidas en calma, de completa compresión, silencio, nada… Vacío, un agujero consume mi mente mientras intento huir de los recuerdos que dolorosamente me acercan a una verdad irremediable que me niego a aceptar, que prefiero evitar. Aunque solo me engaño a mí mismo, al menos así tendré el poder de seguir sonriendo, de seguir fingiendo que soy feliz.
Despierto de mi ensueño, me encuentro de nuevo en la camioneta que conduzco para la transnacional “Moviendo fronteras .C.A”. Su lema ha sido el mismo desde su fundación. “Movemos desde un átomo hasta un continente, presente lo que se presente, estaremos con su orden al día siguiente”. Admito es muy llamativo, lo que me sorprende es que aun tras tantos años, aquella última frase, jamás haya fallado. De algún modo siempre todo se entrega en máximo 47 horas.
Recibo una llamada, era de emergencia aparentemente, necesitaban que buscara una carga en la sede de la compañía, a treinta minutos de donde me hallaba y la llevara a poblado llamado Errante a más o menos 2000 kilómetros. Era mi primer trabajo importante en años, así que me dirigí a toda velocidad a recoger la carga, después de todo los encargos a tanta distancia suelen acarrear una paga considerable.
Al llegar a la central había una gran caja, era de caoba pero estaba pintada de negro, se hallaba encadenada y poseía unos extraños pero llamativos tallados tribales que reconocí vagamente. Desconocía a ciencia cierta a que dios adoraban o para qué propósito servirían. La monte en el camión para tomar rumbo a Errante, otro aburrido día de servicio en mi monótona existencia, en mi rutinaria vida. Las preguntas vuelven una vez mas ¿para esto nacimos, solo somos marionetas del sistema? ¿Meros siervos de aquellos que se creen con poder por el mero hecho de tener dinero o un cargo? Malditos idiotas.
El camino no hace más tentadora la oferta de seguir despierto, pues la ruta hacia Errante no está llena de más que de praderas que además están muy alejadas de cualquier camino principal, ahora que lo recuerdo había escuchado el rumor de que nadie quería hacer esta entrega, que solo por eso me habían llamado. ¿Habrá alguna razón o será mera superstición? Quizá solo pienso demasiado, después de todo para el magnate no somos más que peones reemplazables que trabajan por una miseria de salario, mientras el infeliz se llena los bolsillos con tratos multimillonarios.
El camino es insoportablemente tranquilo, lo cual es tenebroso de cierto modo, por suerte tenía mí disco de Peace, Love and Russian Roll. El cual había adquirido con mucha suerte de un intercambio con un amigo de la llamada madre patria, Rusia, país hermoso y amplio. Deseo conocerlo algún día, es uno de mis grandes anhelos, en fin mis pensamientos no son más que desvaríos de una mente perturbada. Veo el sol ponerse al alba y la carretera oscurecer a cada metro de que recorro, este viaje se hace más horrible con cada minuto que pasa.
Escuchó un estruendo en el compartimento de carga… Lo dejo pasar mientras subo el volumen de una de mis canciones favoritas de este álbum. You Are The Revolution. Extasiado empiezo a cantar la canción y me pierdo en sus versos, el tiempo pasa sin notarlo y la repito varias veces hasta hartarme.
Las horas pasan, el disco se acaba y lo vuelo a colocar, canto a todo pulmón, el sueño que me consumía se desvanece con cada verso, veo la Luna llena iluminar un valle en el horizonte… Qué raro… No recordaba que hubiera un valle en esta zona, incluso en los mapas dicen que esto es planicie… ¿Qué sucedió aquí? ¿Que podría ocasionar un agujero tan enorme?
Un estruendo en la parte trasera del camión de nuevo, empiezo a cuestionarme el por qué esta encadenada aquella caja negra… ¿Sera por esto que todos rechazaron la oferta? Que importa, no tenía más que aceptarla… Si no lo hacía sería despedido. A fin de cuentas no puedo evitar ser otro esclavo de este sistema corrupto y pútrido.
Las horas transcurren y llego a un motel a las afueras del pueblucho llamado Errante. Decido ir a dormir sin más, a pesar de que las condiciones son deplorables, ni siquiera sé cómo este lugar se llama a si mismo motel, sinceramente parece más un establo. Ya mañana entregare el paquete, después de todo solo han pasado unas 12 horas desde que me hice cargo de la entrega, 15 desde que la solicitaron, el tiempo me sobra.
- Algo no está bien y lo sabes…
- ¿Quién demonios eres y donde rayos te encuentras?
- ¿Es necesario que conteste?
- No realmente, pero sería agradable saber con quién rayos hablo.
- Entonces no importa… destruye esa caja, si llega a Errante, la tragedia se repetirá, como hace 5 años.
- ¿De qué rayos hablas? ¿Qué mierda hay en esa caja?
- La muerte. Un ser transdimensional… destruye la caja, o prepárate para morir a manos de la bestia.
-Lo hare entonces…
- Hahahaha .
- ¿De qué demonios te ríes, acaso te parezco un chiste? – La voz no volvió a contestar –; Pff…
Me despierto en la cama como si nada hubiera pasado, fue solo un sueño después de todo. ¿Pero de verdad fue solo un sueño? Un sentimiento extraño me recorre la espina, corro hacia la camioneta agobiado por un extraño miedo, la caja negra sigue allí, encadenada como la había dejado pero esta vez noto algo raro, se está moviendo, por primera vez en muchos años siento miedo, siento pavor. ¿Qué rayos hay dentro de esa caja? Parece que no fue solo un sueño.
Debo cumplir la entrega, así que pago el motel de la mala muerte y me voy tan rápido como puedo para entregar en Errante este extraño paquete. No veo la hora de deshacerme de esa extraña caja y su contenido pernicioso, todo sea por la paga que me permite alimentarme, tengo un mal presentimiento, pero no caeré en las supersticiones que osan nublar mi juicio.
Me sorprende lo lúgubre que se ha vuelto Errante desde la última vez que estuve aquí hace solo 10 años. Busco a Luke y a Mérida, pero no encuentro a nadie. Ni siquiera al anciano loco llamado Tomas o al viejo José que solía sentarse a las afueras y contar historias en la plaza. Saco la caja de la parte trasera del camión y la llevo a la plaza. Todo sucede muy rápido, apenas lo noto pero una voz resuena en mi cabeza. ”Te lo advertí, no quisiste escucharme”. Las cadenas se rompen y un haz de luz blanca surge de uno de los edificios alrededor, quedo segado por un instante y un dolor inconmensurable golpea mi pecho.
Un vórtice me consume y sella en la caja… Este es el fin de mi vida… Pude evitarlo, pero a fin de cuentas, ya me había convertido en otro esclavo del sistema al que tanto detesto. La caja se tambalea mientras me lleva aún más profundo, no puedo alejarme de su centro gravitacional, intento gritar, pero todo es en vano, mi voz ha desaparecido al igual que mis ganas de seguir viviendo.
Ahora estaba hueco, a punto de morir. Podía sentir el vacío que me había estado consumiendo todos estos años, esto no es un adiós…"Pudiste detener la masacre." Me repito a mí mismo una y otra vez... Pero no lo hice, ahora pagare con mi vida pero no me iré solo, la vida de cientos de miles de hombres más será también un sacrificio para lo que sea que me consume. Un grito ahogado hace resonar mi nombre, las cadenas desechas de la caja ya abierta se sujetan a mis tobillos.
Una sensación terrible se apodero de mí y la criatura monstruosa salió de la caja, dientes filosos sobresalían de una boca enorme. Aquella dentadura era tan grande que no podía mantener los dientes dentro de su boca, un rugido abisal emergió de la bestia. Mi cuerpo se estremeció, sentí la agonía una y otra vez presionando mi pecho, mis ojos apenas podían mantenerse abiertos, el dolor era insoportable. Su voz inentendible me resulta familiar, el rumor... Acheron… Por Dios ¿Qué he hecho? "Nos condenaste, nos condenaste a todos." Responde la voz en mi cabeza.
Escucho gritos de desesperación, de miedo, mi mente se torna turbia. Todo es mi culpa, no fui capaz de enfrentarme al sistema, no fui capaz de acabar con el vacío que me consume día tras día. Y ahora un vacío mayor nos consumirá a todos, por la avaricia que ha crecido en mi corazón. Deje que el sistema me corrompiera, no soy más que otro eslabón perdido en la cadena de la codicia, un esclavo que por dinero ignoro todas las advertencias habidas y por haber condenado al mundo a la oscuridad eterna.
No sé en qué me he convertido, siento el vacío crecer en mí ser, siento la duda creciente carcomiéndome la conciencia. Todo se vuelve negro durante un instante, escucho un último grito gutural y de pronto una luz emerge. Como el haz de luz de un faro, la campana de la iglesia del pueblo resuena. Entonces una luz de dudosa procedencia nos ilumina cual sol de mediodía, siento paz e incertidumbre durante unos instantes.
Desperté de nuevo, el vacío en mi…Se había llenado, veo la caja encadenada. Estoy de nuevo en la entrada del motel, no sé qué pasa. Pero no pienso dejar que aquella oscuridad me consuma de nuevo. Busco la escopeta recortada bajo el asiento del conductor y descargo seis cartuchos a la caja. Su negra madera se astilla haciéndose pedazos mientras un humo morado se dispersa en el aire. Luego le paso el camión tres veces por encima, hasta dejar solo astillas y un polvo grisáceo en el suelo, siento libertad…Pero miedo e inseguridad al mismo tiempo… Veo algo oscuro surgir de las cenizas, ojos rojos formarse y mirarme acompañados de una sonrisa perturbadora.
Por un minuto pienso en las consecuencias del asunto, siento algo de temor pero siento también vida, como nunca la había sentido antes. Esto es terrible, todo se vuelve sombra, olvido… Lo que observo… Y... Yo…Sé que me despedirán… Pero prefiero sentirme libre y hacer lo que creo justo, que sacrificarlo todo, por un sistema al que considero ineficaz. Después de todo no he sido más que un marginado en esa empresa a la que he dedicado los últimos diez años de mi vida.
Al regresar a la empresa y explicar la situación me tacharon de loco, me despidieron después de todos esos años solo me otorgaron la mitad de lo que me correspondía. Mi resentimiento por aquella junta directiva, injusta y déspota solo crecía. Los quería muertos, a todos y cada uno de ellos por un instante desee haber dejado a la criatura viva solo para que les hiciera pagar…
"Te puedo dar el poder…"
Entonces empecé a preguntarme, si yo no me hallaba dentro de ella, en una especie de Matrix. Sucumbiendo a sus designios en un reino onírico irreal. Mientras la criatura devastaba la tierra a sus anchas, pero no importaba… Ya nada me importaba, yo solo deseaba olvidar, tanto el pasado como el futuro, deseaba vivir con lo poco que tenía... esta maldita existencia vacía.
Sinceramente aquellos incidentes empezaron a borrar la poca cordura que quedaba en mí, el vacío en mi pecho volvía a crecer… Volvía a sentirme hueco y sin propósito, así seguí por varios años hasta que un día de la forma más inesperada apareció una mujer, similar a la que atormenta mi mente cada día, similar a la que ha estado en mis sueños desde que tengo memoria.
"Todo es ilusión…"
Su piel morena era despampanante, su visión fue efímera, pero el tiempo paso y dos chicas con una contextura similar me llevaron a un reencuentro con Dios. Sentí que renacía… Pero a aquella chica… No podía sacarla de mi mente, estaba… Enamorado o eso creo ¿qué es el amor después de todo? Fue como un flashback, la historia de hacía más de 10 años volvía a repetirse con los mismo protagonistas. Siento un vacío en mi pecho que se extiende más allá de los límites de mi razón. Escucho la voz de nuevo, aquella misma maldita voz que arremete contra mi cordura una y otra vez con el fin de volverme loco.
"Somos todas marionetas, simples títeres en un juego macabro que inicio al principio del tiempo…Disfruta tus cadenas."
Los días y las noches transcurrieron con los años, de vez en cuando aquel vacío abisal volvía a mi corazón, logrando que mi pecho se estrujara de forma terrible. Pero un amanecer de un 2 de Octubre de un año del que no poseo memoria, aprendí una valiosa lección. Y fue justo conociéndola más a fondo, a aquella despampanante chica de piel morena, que resulta ser la más grande inspiración para mi corazón que aprendí a ver el mundo con otros ojos.
El dejar ir nuestro pasado es lo más importante… Sobre todo cuando debes aceptar la cruda realidad. ¿Pero olvidar no lo es también? Aparentemente el olvidar no es más que un imposible sueño tonto. Por otro lado la aceptación del querer y la imposibilidad del obtener, son verdades que llevo como puñal clavadas en el pecho. Clavadas ahora a lo más profundo de mí ser y mi subconsciente, navego en las aguas difusas de mis sentidos aun dormidos, soñando con un despertar etéreo, mi pecho arde, mis ojos duelen, me siento agotado como jamás lo había estado, ¿qué me sucede?
"Despierta, joven…"
La imposibilidad se vuelve posibilidad ante el esfuerzo inagotable del hombre, pero en este caso no posee importancia. Planeo envejecer, alejarme de todos, luchar por este ideal, que no es más que eso, un ideal. Y quizá algún día, quizá en otra vida, ser digno de ser más que tu amigo. La plena idea de esparcir la doctrina que creo correcta me pone en jaque, mientras la idea de tenerte a mi lado, crea un jaque mate a mi mente y corazón, situación que me irrita de sobremanera.
Pero a sabiendas de que es imposible, huyo de ti, de tu relación y tu felicidad, pues verte feliz me hace feliz. Pero el verte con otro me hace daño, más del que seré capaz de expresarte. De pronto me siento vacío de nuevo, me carcome el alma este sentimiento. Siento que no soy más que un hombre muerto luchando por estar vivo, sabiendo que su motivación carece de todo sentido.
"Todos ya estamos muertos por dentro… Acepta la oscuridad."
Caigo en un vacío abisal, olvidando lo que me rodea, mis propósitos, mis metas, olvidando todo lo que soy, fui o seré. Los años transcurren a la par que mi locura incrementa. Dolor, sueño, miedo… Estoy hueco… Hueco de nuevo, por un sentimiento perdido. Perdido en abismo inconmensurable al cual no puedo hacer referencia cierta… No deseo aceptar la oscuridad que me consume, señor déjame ser tuyo…Una vez más, Dios sálvame de esta oscuridad penetrante.
Crece el vacío, recuerdo a la bestia que presencie en Errante y de nuevo me pregunto si esto no es una Matrix. Incluso aquel acto de destrozar la caja. Pareció tan impropio de mí, no dejo de pensar en eso y la simple idea me está volviendo loco…
"Mírate al espejo, todo está... Perdido."
Me despierto, todo fue un ensueño o eso me hace creer. No sé qué es correcto, que ha sucedido… Olvido… Todo. Incluso quien soy. Viví una aventura, me enfrente a dragones, demonios y bestias, conocí amores, palidecí antes los desamores para a final de cuentas nada haya sucedido, no conocí a nadie, no me aleje de este miserable trabajo, no destruí a la bestia. El monstruo me había consumido. Me hallaba en su terrible mundo onírico, atado ahora a su voluntad, siempre atado a su asquerosa y repulsiva voluntad.
Pero de nuevo todo fue un sueño, ya no sé qué es realidad y que es ficción. Vivo atormentado por recuerdos que no se si son míos o de alguien más, la duda me atormenta con cada minuto que pasa. No sé qué soy, ni quien soy. Pero sé que Dios existe y al menos eso logra reconfortarme de un modo u otro, además las memorias de aquella chica, por algún motivo incomprensible son imborrables, no lo entiendo o tal vez no deseo hacerlo.
Mi vida pasa frente a mis ojos, todo se difumina y un estallido de luz hace presencia, la bestia, las sombres empiecen a desaparecer. Al fin despierto libre del ensueño eterno, solo para descubrir que cada uno de mis recuerdos, si sucedió… Ya como un anciano me veo en la plaza de Errante y veo a un anciano Luke, que arrastra una pierna coja acercarse y tomarme de la mano.
Respiro, lloro de forma melancólica, mi alma se encuentra hecha trizas, pero al menos ahora soy libre. Libre del vacío, de la empresa y de todo aquello que me molesta. ¿Cuántos años perdí atrapado en el pensamiento de la bestia, mientras vivía dos vidas simultáneas, o mejor dicho ninguna vida?
Ahora ya anciano, recapacito sobre todo lo sucedido… Me duele la cabeza, Luke intenta hablar conmigo, pero no estoy de humor para diálogos por ahora pero aun así decido contestarle, después de todo es el único amigo que me queda.
- Madre mía, estarás tonto Abe, ¿Cómo se te ocurre no hacerle caso a la advertencia del viejo José?
- Esa voz… ¿Era de José? – Digo muy cansado y sin ánimo.
- ¿Quién si no? Le contactamos desde el más allá, la caja debía destruirse antes de tocar Errante. Y luego traer los restos aquí para destruir a Acheron de una vez por todas.
- Lo siento… Yo, apenas y puedo recordar… ¿Cuánto tiempo estuve en el subconsciente de Acheron?
- Alrededor de 30 años viejo amigo, solo mírame, ya no soy el niño que el que solías pasar horas jugando a la consola.
- Tienes razón. Perdona mi locura, pero ¿Y la sra Mérida?
- Ella… Murió hace treintaicinco años en el incidente, pero ayudo hoy.
- ¿Hoy? ¿Qué quieres decir con eso?
- Estuvimos haciendo rituales tribales, acompañados de danzas, cánticos y alabanzas, para poder librarte de la oscuridad del vacío, su espíritu como el de todos los que perecieron en las manos de Acheron se hicieron presentes.
- Gracias… Yo no sé qué… Decir.
- No hace falta, hemos sido amigos desde que tengo memoria.
- Gracias Luke.
Me ayuda a levantarme… Resuelta que viví todo aquello dentro de la ilusión de aquella bestia, pero a ella la había vivido muchos años antes… Empecé a recordar y las lágrimas llenaron mis ojos, pronto se deslizaron por mis mejillas. Un vacío se estaba llenado, mi cordura estaba retornando. Mi corazón una vez más yacía desquebrajado, como lo había estado la primera vez que la vi en brazos de otro hombre.
Mas aquella experiencia onírica, acompañada de las innumerables voces crepusculares y la ayuda de los seres realmente vivos. Me lograron despertar de un letargo en el que estaba cayendo dormido. Me enseñó una verdad escondida en lo intrínseco de mí ser. Una verdad que habla del amor, de las proezas y la verdadera grandeza que habita en el espíritu de todos los hombres.
Debes superar no tus miedos pero si tus contradicciones. Debe comprenderte a ti mismo si anhelas comprender algo fuera de ti. Debes vivir una existencia efímera para aprender a valorar una experiencia eterna. Somos seres impíos, susceptibles a todos los males de esta tierra. Pero debemos resistir y ser la falange, la vanguardia, aquellos que se encargaran de expurgar el mal de este mundo .
"¿Qué es realidad que es sueño? Ser y no ser…"
La gran lección. Nunca abandones un sueño, jamás desfallezcas ante la adversidad y sobre todas las cosas... Jamás te olvides de su existencia… Pues esta es eterna y en la gloria de su seno se halla el verdadero regocijo de la gracia plena. Somos piezas funcionales de un sistema universal que somos incapaces de comprender. Por ello caemos ante tentaciones vagas, como el dinero y el ansia de poder que constantemente nos consumen.
Abramos los ojos, amémonos unos a otros, llenemos aquel vacío que ha infectado nuestros corazones con lo único que puede satisfacer tal necesidad. El amor, pero no cualquier amor. Hablo del amor perfecto que proviene de una fuente de inestimable apreciación, de un ente maravilloso al que llamamos simplemente Dios.
"Sucumbe ante la sagrada corte…"
- La oscuridad ya no es rival para mi alma… Y no debe serlo para ustedes, mi último aliento de vida está a la vuelta de la esquina… ¿Con quién hablo?
- Ya has perdido, ya has sucumbido a mi oscuridad.
- No… tu no… Jamás volveré a tus sucias garras.
- Es demasiado tarde ahora.
- No… Dios está conmigo y mientras este aquí, no tienes ningún poder sobre mí.
- Patética criatura mortal, eres insignificante.
- Yo puedo serlo, pero tú no tienes poder aquí, porque la voluntad de Dios habita en mí.
- Solo observa a tu alrededor… Todos creen que has sucumbido a la locura.
La bestia tenía razón, la gente me observaba como si fuera un viejo hablando disparates, me señalaban y se burlaban de mí… Pero estando a punto de morir nada me importaba. Recordé las palabras del señor que en mi mente fueron colocadas. Cerré los ojos esperando el último aliento que se hallaba en mi pecho.
“El tiempo efímero ha acabado, se libre a mi lado, de las injurias e injusticias de tu viejo legado.”