Creo que la creatividad es algo que depende mucho del entorno social en el que nace la persona, mas que de algún condicionamiento genético. Las circunstancias determinan mucho los aspectos en los que fijamos nuestra atención. Las circunstancias juegan un papel doble. Pueden constituirse en un agente que nos empodera con el conocimiento necesario para que emerja en pleno nuestra creativad. También pueden funcionar como el mecanismo que permite la fijación de nuestra atención, el enfoque en aquello que amerita el uso de nuestra fortaleza creativa. En el primero de los casos, creo que sin conocimiento previo, se dificulta sobremanera el advenimiento de nuestras destrezas creadoras. De nada sirve la inteligencia si no le precede un conocimiento que le permita operar. Y dicho conocimiento solo puede emerger de la experiencia propia o de la ajena. En cuanto al segundo de los modos en los que las circunstancias influencian la creatividad, es apreciable el grado en que esto ocurre cuando vemos que ésta posibilita las condiciones necesarias para imprimir la premura que podría requerir de nuestra respuesta creativa. En resumen, las circunstancias sirven de puente que vincula nuestra experiencia con el entorno que demanda nuestra intervención; escenario fundamental en el que surge toda creatividad. Todo lo anterior es posterior al nacimiento y, por tanto, ajeno a toda influencia heredable.