Al Norte del Sur

Soy ciudadano Venezolano, nací en este país hace 49 años en la ciudad de Maracaibo, que con la excepción del año escolar 83-84 ha sido mi ciudad de residencia durante toda mi vida, amo a este país pero estoy sumamente avergonzado de los que lo habitamos. Tengo, por decirlo de alguna manera, consciencia política a partir del quinquenio presidencial de Luis Herrera Campins, periodo que fue protagonizado por el llamado viernes negro, el cual no fue más que la primera devaluación de nuestra moneda la cual hasta ese momento era una de las más fuertes de todo el continente Americano y de gran parte del mundo. Una gran mayoría de mi generación y de generaciones anteriores, coinciden que a partir de allí comenzó la debacle económica de Venezuela, casi siempre que en cualquier conversación de tinte político entre venezolanos de a pie, se habla de las causas de la situación económica de mi país, la mayoría responsabiliza a los Gobiernos de los últimos casi 50 años de lo que vivimos hoy día, pero es de mi pensar que el problema va mas allá de las decisiones políticas y económicas ejecutadas en las ultimas 5 décadas, la responsabilidad recae en toda la ciudadanía, ya sea por ejecución o complicidad en la infamemente conocida “Viveza Criolla”.

Recuerdo perfectamente las palabras de mi padre hace ya muchos años, era yo adolecente y en una conversación me dijo “a este país lo está matando es la actitud de su gente, es muy lamentable que lo que marca pauta en la forma de enfrentar el día a día aquí sea la frase, Todos los días sale un idiota a la calle, el que lo consiga es de él”, y eso es lo que nos está destruyendo como nación.
Pienso que uno de los grandes ejecutores de esta mal llamada “viveza criolla” es sin duda alguna el difunto presidente Hugo Rafael Chávez Frías, solo que el no vio a un idiota en la calle y decidió aprovecharse de el, si no que vio en mas 30 millones de venezolanos a una cuerda de idiotas de quienes aprovecharse y lamentablemente lo logro. Los venezolanos, no todos claro está, pero si una gran numero, anda siempre en búsqueda de oportunidades, pero no para desarrollarse, educarse o crecer, si no de aprovecharse, sacar ventaja, quedarse con una tajada, etc. Recuerdo un sketch de un programa cómico que hacía alusión a esto con la frase que se repetía cada vez que lo transmitían “Y cuanto hay pa eso” mientras el personaje en cuestión se frotaba entre si los dedos de una mano, dejando claro que lo único importante de cualquier proyecto que se pensara era cuanto le iba a quedar, como puede crecer y desarrollarse un país con gran parte de sus ciudadanos pensando así. Esto lo vio muy claramente Hugo Chavez, no digo que desde un principio su proyecto fuera ese, que desde los tiempos de su conspiración en las fuerzas armadas para dar un golpe de estado su impulso fuese sacar provecho de una coyuntura de desgaste social, moral y económico, porque el formaba parte de esa coyuntura y lo que lo movía era la venganza y la impotencia de ver como una elite política y económica se enriquecía mientras la pobreza aumentaba cada día mas a todo lo largo de Venezuela, y eso fue lo que a pesar de haber sido el líder de una insurrección militar que dejo un saldo de varios centenares de muertos, gran parte de la población vio con buenos ojos su accionar, porque interpretaba lo que ellos también sentían, impotencia, desgaste y sed de venganza hacia esa elite político-económica.

Debo confesar que yo fui uno de los tantos Venezolanos que nos vimos representados por Chavez, que creímos en un proyecto, en un discurso, en una bandera que luego de 7 años al poder pisoteo y escupió a su antojo, si, a partir del comienzo de su segundo sexenio es que Hugo Chávez comienza a mostrar su verdadero proyecto de vida, mantenerse en el poder por el resto de su existencia, esto sin importar lo que tuviera que hacer y como buen intérprete del dicho maquiavélico “el fin justifica los medios”, se valió de cualquier clase de artimaña, trampa, delito y sociedad con cualquiera fuera Dios o diablo que le ayudara a lograr su objetivo.
Chávez en su campaña utilizo algo que claramente funciono, dile a la gente lo que quieren escuchar, después que nos embrujo con su labia y logro que muchos no solo lo siguieran, si no que prácticamente se enamoraran de el, lo vieran como un salvador, un mesías, alguien que entendía sus necesidades y anhelos, cuáles? El “Cuanto hay pa eso”. A través de dadivas fue enamorando a muchos y esos eran sus grandes aliados para cuando todo cambiara, el nos lo dijo claro y raspao como decimos aquí, y en varias ocasiones. Poco tiempo después de haber tomado posesión en un acto popular de calle junto al líder y Presidente de la Revolución Cubana Fidel Castro, dijo estas palabras, les prometo que en menos de 20 años estaremos navegando los mismos mares de felicidad de Cuba, para los que no están enterados en el 2017 varias embarcaciones o botes fueron vistos navegar llenos de venezolanos con rumbo hacia Aruba, Curazao, Republica Dominicana, etc, tal cual los famosos botes que llegan a las costas de la florida en los estados unidos llenos de cubanos en busca de una mejor vida, varios años después en otro acto popular Chávez dijo estas palabras “no importa que andemos descalzos, no importa que no tengamos que comer, aquí de lo que se trata es de defender la revolución a costa de lo que sea”, el 2016 y 2017 la pobreza extrema, desnutrición, escases de medicamentos, desabastecimiento de alimentos, etc; a crecido a niveles nunca vistos en ningún país Sur Americano. Chávez podía estar hasta 7 horas parado en una tarima hablándole al pueblo, y entre un cuento y otro que encantaba a la gente, lanzaba esas palomitas que muchos nos empeñamos en interpretar y decir cosas como “ es que lo que él quiso decir fue esto u esto otro”, pero en realidad lo que él quería decir era exactamente lo que estaba diciendo. Por supuesto muchos deben estar pensando pero es que el no es el culpable de la crisis económica financiera mundial del 2008, ni del desplome de los precios del petróleo, ni muchos otros factores que pudieron incidir en la crisis que hoy día estamos viviendo, pero el si es culpable de no esmerarse en cambiar la mentalidad oportunista del venezolano, ni de cambiar la economía mono productora que tanto critico en su campaña del 98 y que hoy día somos más dependientes de la renta petrolera que en toda la historia republicana del país, de convertir a muchos venezolanos en unos vagos improductivos por estar esperando las dadivas del Gobierno, el es culpable de haber multiplicado de manera geométrica la mentalidad de “Viveza criolla” poniéndonos unos contra otros en nuestra casa. Seguro estarán pensando pero Chávez ya murió, hace ya 5 años que esta es Maduro, señores bien lo ha dicho en repetidas ocasiones el mismo Nicolás Maduro, “yo soy el hijo de Chávez y estamos viviendo el legado que nos dejo”.

Muy lamentablemente mi país va en franco camino al colapso, muchos hemos tratado de enmendar nuestro error al haber votado por Chávez en el 98, creyendo que se daría un cambio para bien, pero nos equivocamos y ahora hemos participado en marchas de oposición, hecho campaña a favor de un cambio, hemos tratado de cambiar la mentalidad de muchos que aun apoyan esta aberración que estamos viviendo, pero ya nos estamos cansando, cada día vemos mas difícil salir de esta situación con una oposición que pacta con los oficialistas en los momentos más cruciales, con la mirada cómplice del resto de las naciones que conforman este continente. Estamos a merced de un grupo conformado por delincuentes, oportunistas, narcotraficantes, asesinos y de un grupo de cobardes que a lo mejor no están del todo de acuerdo con la situación, pero consiguieron la manera de sacarle provecho económico a esto y por lo tanto se conforman, ya que ellos son unos vivitos criollos.

Me entristece tener que admitir que la única salida que veo para buscar una vida mejor para mi esposa, mi hija y yo, es salir de aquí rumbo a otro país. Ya estamos en un punto en el cual no podemos ayudar a nuestro país si no nos ayudamos a nosotros mismos primero, cada día que pasa las posibilidades de hacerlo son menos. He cometido muchos errores en mi vida, y sumado a situaciones que han estado totalmente fuera de mi control me han llevado a una situación de crisis grave, de por si mis pertenencias son pocas, no tengo casa propia, vivimos en un anexo construido en el techo de la casa de mis suegros, el único activo de algo de valor con el que cuento es un carro con el que trabajo de taxi, que por cierto esta cada día más deteriorado porque lo que logro producir apenas alcanza para comprar comida. No sé de donde sacare el dinero para pagar el traslado a el país que tengo como objetivo, pero espero que la vida me dé la oportunidad de poder hacerlo, y ruego a dios que algún día pueda ver a mi país sano y con sus habitantes trabajando por el desarrollo y las paz que tanto necesitamos y así regresar a este pedazo de tierra ubicado al Norte del Sur.