¡Shh...! Haga Silencio, Por Favor..!
Fuente Para el poblador de una ciudad pequeña o grande, no debe resultar extraño relacionarse con los ruidos que le dan "vida" común. Resulta familiar que atraviese el ciudadano un bosque de altos postes de donde penden cables, como que fueran lianas sobre las calles y así avancen por la ciudad, allí los cables alimentan de energía eléctrica a equipos de sonidos y aparatos que repliegan diversos sonidos difíciles de interiorizar. Por si fuera poco, en la calle se vuelve mucho mas complejo: oímos el ruido de los vehículos avanzar pesadamente sobre el asfalto y a los vendedores ambulantes gritar sus promociones. El ultimo resguardo parece ser dentro de un transporte publico, y sin embargo, el ciudadano se ve amenazado por la estridencia de la música movida elegida por el conductor. Nosotros mismos, a veces, somos parte de este coro distorsionado contra el orden. Cumana, ubicada en el oriente de Venezuela, es una ciudad de pequeñas dimensiones, lo que debe hacer que reflexionemos acerca de su espacio publico y sobre los efectos de la contaminación sonica a la cual somos sometidos sus habitantes, la razón nos permite comprender hasta que punto tenemos paciencia en cuanto a los ruidos molestos. El bombardeo sonoro al que nos hemos referido no es mas que una pequeña y resumida muestra de lo que acontece en nuestro día a día, el problema es sencillo de definir: somos una ciudad ruidosa. Indiscutiblemente, requerimos de asistencia pronto. ¿como resolver estos ataques? pues sencillo, siendo mas conscientes. La cortesía sonora es sencilla de aplicar en cualquier parte del mundo, considerando que no necesitamos mas energía que bajar el volumen de nuestras acciones: usted y yo tenemos derecho a ser escuchados y respetar no cuesta nada.! Un mundo mejor si es posible, aportemos nuestro granito de arena todos los días , por la convivencia y la paz ciudadana.