⚠️ 💧 Lo que le ocurre a nuestro cuerpo cuando dejamos de tomar agua

En esta ocasión les traigo este artículo que he completado tras un cuidadosa investigación y en colaboración con amigos médicos. Su intención es revelar qué le ocurre a nuestro cuerpo cuando nos encontramos en el lamentable estado de la deshidratación: ¿Qué nos ocurre si no ingerimos agua? ¿Qué le ocurre a nuestro cuerpo? Claro está, no solamente me refiero al agua aquí, sino a toda sustancia o bebida que la contenga, llámense jugos ("zumos", como dicen los hermanos españoles), refrescos (sodas) o quizá té, café, etc.

Bueno, en principio, el resultado final no será nada alagüeño, ya que ¡nuestro cuerpo está formado entre un 60% y 70% de H₂0! (en una persona adulta). Pensemos en nosotros mismos como un balde de agua ambulante, con una porción de "materiales otros" junto a nosotros. Esto es un argumento de peso para que estemos permanentemente "recargando nuestro suministro" de agua.

Aunque seamos unos recipientes agua vivientes, ¿para qué exactamente necesitamos y usamos el agua? Pues, el vital líquido es responsable de que nuestro organismo funcione apropiadamente, puesto que transporta las hormonas y los nutrientes esenciales hacia donde necesitan llegar. También lubrica nuestros globos oculares, amortigua nuestras articulaciones, regula nuestra temperatura corporal, entre otras importantes tareas. En la imagen siguiente puede verse la proporción de agua en distintas partes o funciones del cuerpo de una persona adulta:

Vemos que somos agua, literalmente hablando. No obstante, lo normal es que desechemos gran parte de esa agua a través de la orina, concretamente cerca de 1,5 litros al día. También perdemos agua a través de la defecación y la sudoración, por lo cual de alguna forma tenemos que estar conscientes de cuándo deberíamos incrementar nuestra ingesta de agua.

Para ello, nuestra sabia madre naturaleza nos ha provisto de una sensación: la sed. Es una función a cargo de una región ubicada en el hipotálamo, conocida popularmente como "el centro de la sed". Ella está en permanente comunicación con una serie de "sensores" en los vasos sanguíneos a fin de monitorear el nivel de sal y demás sustancias, y saber qué tan hidratada está la persona. De esta manera, si su nivel de hidratación está por debajo de lo ideal, el cerebro le indicará que necesita tomar agua ¡y ya!

Ok, ok... Entonces... ¿Qué ocurre si una persona no ingiere agua? ¿Qué pasa si de alguna manera se le imposibilita satisfacer esa necesidad? Bien, probablemente sabe que podemos vivir mucho más tiempo sin ingerior alimentos, pero sin agua ¡no llegaremos a una semana!

El primer y más evidente síntoma de la deshidratación es la boca seca, seguido de que el color de la orina se torna en un tonalidad oscura con un fuerte hedor, puesto que el organismo intenta conservar más los fluidos.

Al cabo de uno o dos días, la persona dejará de orinar. Poco a poco, tendrá dificultades para tragar, sufrirá de espasmos musculares y probablemente experimentará nauseas. También tendrá una inusual insensibilidad al dolor.

Puede incluso que la persona deje de tener hambre, ya que el cuerpo le baja la prioridad a la digestión, puesto que esta última no es tan prioritaria ante la urgente necesidad de ingerir agua.

En este punto, el cerebro comienza a encogerse y a tener un grave daño de sus funciones, con lo cual la persona puede volverse delirante. De hecho, según algunas investigaciones, muchos pacientes de edad avanzada (los abuelitos) que sufren delirio, tenían deshidratación en primer lugar. Y esto tiene más sentido al saber que el cuerpo de las personas de la tercera edad está compuesto en un 50% de agua, puesto que no puede retener muchos líquidos, razón por la cual debemos estar pedientes de la hidratación de estas personas.

Si la deshidratación se mantiene unos días más, la piel podría tornarse en un color azulado o grisaceo y con toda seguridad se arrugará. Esto debido a que el cuerpo deja de enviar agua a la piel, tratando de mantenerla para funciones más importantes. Como consecuencia, no tenemos pérdida de calor, el cual se acumula en nuestro interior empeorando la situación.

Después de tres a cinco días sin ingerior agua, el cuerpo comenzará a "desconectar los órganos" y eventualmente al mismo cerebro, provocando la muerte del sujeto.

Una historia un poco triste, pero que le ocurre a las personas que por distintas razones pasan por períodos prolongados de deshidratación. Las personas que practican ejercicio físico, los adultos mayores, los pacientes diabéticos o con medicamentos no controlados, entre otros, pueden sufrir deshidratación leve o moderada si no reponen sus reservas de agua.

Pero también hay casos de deshidratación en el mundo por causa de las pocas fuentes de agua potable que hay. Parecerá increíble, pero las reservas de agua dulce que hay en el mundo son menos del 3% de toda el agua que hay en el planeta, que está mayormente salada en los mares. De esa pequeña fracción de agua dulce, ¡la mayoría está congelada! (en los glaciares y capas de hielo) o sino, está bajo la tierra en forma de acuíferos. Esto significa que tenemos sólo un 1% de agua para nuestro consumo, razón por la cual debemos saberla valorar.

En un próximo artículo les hablaré más sobre estos aspectos, de momento espero esta información les haya sido de utilidad y para la reflexión.