¿Creer o no creer en Dios? La Apuesta de Pascal
Como ya sabemos, los religiosos casi siempre suelen usar falacias a la hora de refutar un argumento. La apuesta de pascal es una de esos argumentos que trata de convencer a los no creyentes de que se debe creer en la existencia de Dios. Basado en que se debe llegar a una conclusión por medio del azar o mejor dicho, apostando.
¿De qué se trata este planteamiento?
Nos dice, que no se sabe con certeza de que Dios existe, lo racional o más inteligente es apostar que si existe. La razón es que, aun cuando la probabilidad de la existencia de Dios fuera extremadamente pequeña, tal pequeñez sería compensada por la gran ganancia que se obtendría, o sea, la gloria eterna.
El argumento nos plantea cuatro escenarios:
- Puedes creer en Dios; si existe, entonces irás al cielo.
- Puedes creer en Dios; si no existe, entonces no ganarás nada.
- Puedes no creer en Dios; si no existe, entonces tampoco ganarás nada.
- Puedes no creer en Dios; si existe, entonces no irás al cielo.
Sin extendernos mucho en el tema y hacerlo fácil de comprender, lo resumiremos un poco.
Supongamos que Dios existe y una persona cree en él, por miedo, este Dios, debería castigar a dicha persona por haber llegado a la conclusión de su existencia por conveniencia y no por un razonamiento lógico, esta estaría siendo hipócrita. Caso contrario a una persona no creyente, ya que es honesto y valiente al mantener su posición firme de no creer. Simplemente al encontrarse con este ser diría "No tenía ninguna prueba de tu existencia".
La apuesta de pascal, no considera la existencia de otros dioses. Solamente el Dios judeocristiano, con lo que caería en la falacia lógica del falso dilema. ¿Qué es el falso dilema? Es cuando se presentan dos puntos de vista como únicas opciones posibles y sin considerar que puede haber otras opciones alternativas. Por esta razón, el argumento de pascal, no puede ser utilizado con otras creencias religiosas, ya que de creer en el Dios abrahámico, no salva de caer en algún otro infierno de otra religión.
En conclusión, la felicidad no es algo que debe estar unido con la creencia en Dios. Al contrario esta puede reducir la felicidad, limitándonos y privándonos de muchas cosas. La vida hay que disfrutarla al máximo. Como ya sabemos, todo en exceso es perjudicial, pero siempre y cuando todo se haga con precaución, está bien.
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