Elemental Mente, Tierra - Capítulo 6

    Aquella habitación, mi habitación, era cada vez mas cómoda y me sentía mas tranquilo. De pronto, tomé una de las piedras que suelo coleccionar y la apreté con fuerza.

- ¿Sabes? ahora me vas a preguntar sobre mi elemento favorito, ya casi puedo escucharte diciendo *¿Que es para ti la tierra?*, y la verdad es mi elemento favorito puedo hablarte horas sin parar.

   Hice una pequeña pausa para suspirar y continué:

- Colecciono piedras, colecciono muchas cosas en realidad, pero las piedras me gustan mucho, tengo piedras del día que casi muero junto a mi papá, del último lugar donde vi a mi abuela, del primer lugar donde trabajé, y así; Suelo llevarme piedras de sitios que quiero recordar, antes las tenía en un jardín Zen que me regaló mi mamá, y pues ya no está conmigo, se quedó el jardín y parte de mi alma...

    Me observaba con tristeza, pero atento a cada una de mis palabras y con un gesto de su mano, me indicó que continuase.

- Pues ya te digo, es mi elemento favorito y es con el que mejor me siento, a diferencia del agua, este es firme, es fuerte, es resistente y puede ser duro como una roca o moldeable como la arcilla, y hacer de los más pequeño como un grano de arena, un enorme desierto. Aquí es que considero esta la vida de verdad. Si pudiese elegir no ser agua, sin duda creo que sería como la tierra.

- ¿Con quién dirías que asocias la tierra?

- Con mi papá y lo digo sin duda alguna, desde pequeño he querido ser como él, es mi héroe. Vamos soy todo lo contrario, pero ya lo dije antes, incluso el agua tiene el lecho marino, esa tierra que le da la estabilidad, es la base de todo.

    Respiró fuerte, como respira una persona llena de tristeza y me interrumpió diciendo:

- Supongamos que no quieres ser agua, que quieres ser como la tierra. ¿Que debiste hacer? cuando tuviste cerca el aire.

    No voy a negar que su pregunta me golpeó directamente en el alma, pero no podía hacer mas que responder con toda mi sinceridad:

- Ser menos rígido y dejarme mover como las dunas, aprender a cortar el aire a tiempo en las cosas que no quiero cambiar. Si tan solo pudiera regresar en el tiempo y hablar con mi yo del pasado, le hubiese enseñado a que sin dejar de ser fuerte y resistente, a veces los cambios no están mal, y que aunque la arena se mueva con el viento, no deja de ser algo inmensamente grande cuando se junta.

    Lo vi llorar, tenía una lágrima en su rostro y fue cuando comencé a comprender un poco más...