Recuerdos con sabor a vida, o quizás muerte:
La brisa ligera revuelve algún que otro cabello de mi coleta alta, camino sobre el pasto verde que me cosquillea las zonas descubiertas de los pies, el sol llameante deslumbra entre las infinidades de tumbas tendidas en el lugar, pero, para mí, solo importa una.
Esa que en un día lluvioso contemplé desde el refugio de un abrazo protector, sin importarme el ruido de mis sollozos o la hinchazón de mis ojos debido a tantas lágrimas derramadas. Esa misma, que me hizo comprender que ella ya no estaría en mi habitación cantándome y ni siquiera mirándome a los ojos.
La de granito que reposa en medio del terreno, con vivos girasoles y rosas rojas cubiertas de rocío adornándole, algún que otro pétalo perdido yace sobre la misma y una sonrisa triste se dibuja en mi rostro. Al memorar tal día gris de Abril, sintiendo el hueco que se profundizaba en mi pecho y el inevitable sentimiento de soledad.
Me dejo caer en frente, con la vieja cámara entre mis manos y sumida en un viaje a los recuerdos, aquellos momentos vividos desde que era una niña y me refugiaba en sus brazos dulcemente. Las lágrimas descienden, sin ni siquiera percatarme de tal cosa, suele suceder muy a menudo, tras cada comida, en cada sitio frecuentado anteriormente juntas, pero sobre todo en la soledad que impregna la casa desde su partida.
Soy consciente de que, en su momento, le regalé tantas sonrisas y amor puro, pero, sin remedio alguno, cada vez que la recuerdo no puedo evitar pensar que pude haber dado más. Ahí queda todo lo que pudimos haber dado y nunca dimos, por miedo, o quizás descuido, absortos de la rutina y el pensar que los segundos pueden volverse eternos mágicamente. Luego afrontamos la inevitable decepción de darnos cuenta de que no es así, de que el tiempo pasa tan deprisa que no es capaz de tomarse la molestia y decir: “¡Oye! Voy avanzando ¿Qué esperas?” .
Entonces caemos en cuenta, la vida es tan solo un suspiro digno de vivir y saborear hasta lo más insignificante, tras ella no quedan más que el roce de recuerdos que inmediatamente se transforma en vacíos, acarreando consigo la alegría absoluta de momentos tan efímeros como la brisa que alguna vez llegó a rozarnos. Se dibujan en tu mente como una nube esponjosa que te hace sonreír, inclusive, con lágrimas en los ojos. Y aquí estoy, intentando sonreír, con tantos recuerdos con sabor a vida, o quizás muerte, queriendo poder contarle cada uno de mis días como los viejos tiempos, pero ya no queda nada, tan solo la brisa fresca que seca mis lágrimas, tan solo el deseo inevitable de observarle una vez más, de susurrarle un adiós aterciopelado sobre la frente y recordarle cuánto la amo. Y está más que claro, las personas son tan solo un soplo de aire que nos roza apenas segundos.
"En un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar, así que no temas, disfruta cada persona importante a tu lado, el tiempo avanza y arrastra consigo la vida efímera de cada uno de nosotros."
Hermoso y emotivo trabajo, muy inspirador, te felicito.
Muchas gracias, Kantos. Un abrazo
Un poema muy doloroso. A todos nos pasa eso.
Si, es triste
Un suspiro y pasa sin darse cuenta
Exactamente, amigo
excelente escrito...
Gracias
bello escrito, cargado de dolor pero a la vez con tanto amor, mientars leia llegaba a la mente imagenes de mia buela ya fallecida, cuanto la extraño, pensar que en vida nunca supe expresarle lo mucho que la amaba y admiraba...que lindo encontrarse con estos relatos, muchas gracias por compartirlos
Hola, casualmente también hablaba de mi abuela, que más que todo fue otra madre para mí, esos seres deberían ser eternos. Entiendo tu sentimiento y gracias por el apoyo
Deberian ser eternos mi linda, asi es...gracias a ti por tomarte el tiempo para responder mi comentario
Al igual que tú, siento que pude haberle dado más de mí. Gracias por tus lindas palabras, un beso grande
un beso para ti
Lograste tu objetivo, se siente lo que quieres transmitir. Hermoso.
Saludos
Muchas gracias, nena
La vida es tan breve que hay que beberle con pasión hasta el último sorbo.
Exactamente, como dije, en un abrir y cerrar de ojos todo puede cambiar
Waooo me tocaron tus palabras. Son tan hermosas como profundas, el mensaje y las emociones que transmiten son espectaculares.
Me emociona saber eso, nena
Y aquí estoy, intentando sonreír, con tantos recuerdos con sabor a vida estas palabras me han tocado.
Es bueno saber que lo que escribo llega a sentirse.
Un escrito con sentimiento, es verdad la vida es un suspiro.
Gracias, nena