El amor como principio para evitar el resquebrajamiento social.

En medio de una profunda crisis que ha venido carcomiendo los pilares que sostienen la economía del país, ocurre paralelamente un fenómeno que a mi parecer es mucho más grave que la debacle económica que vivimos.

Este fenómeno al cual me refiero, es una especie de resquebrajamiento social que la postre es el problema más nocivo para nuestra sociedad, las crisis económicas son más fáciles de superar que las crisis sociales. Es mas fácil salvar una economía maltrecha si se da un viraje en el modelo económico y se emplean las medidas y políticas adecuadas, pero que pasa cuando el problema ya no es el económico sino el social, cuando una sociedad empieza desmoronarse producto de la perdida de valores y principios inherentes a sus ciudadanos?

El desarrollo de un país se debe en gran medida al desarrollo de su sociedad, y si esta en vez de evolucionar se debilita en una vorágine de desculturización y degradación de los valores que nos caracterizan como humanos, nos estamos enfrentando a un serio problema que sera muy difícil de erradicar aún cuando cambiemos al gobierno de turno.

La desvalorización de una sociedad no esta asociada solamente a un sistema de gobierno, es responsabilidad intrínseca de nosotros como individuos que formamos parte de ella, para ser ciudadanos debemos primero saber ser humanos, y para ser humanos debemos respetar el más grande de los principios que del debe rehuir a nuestra especie que es el AMOR.

El amor a nuestro prójimo y el amor propio, quien ama a su prójimo ha desarrollado primeramente la capacidad de amarse así mismo como persona, una persona que se ama no traiciona su dignidad y tiene claros los principios de convivencia armónica dentro de una sociedad. Una persona que se maneja en el amor jamas quebrantará los valores que le fueron inculcados en el hogar y que forman parte de su integridad, como cimientos constitutivos de su personalidad.

Cuando a alguien que ha llegado a madurar en este aspecto le toca enfrentar situaciones en la cual se vulneren sus ideales y convicciones, actuará con el más claro razonamiento para no caer en un conflicto consigo mismo. Actuará basado en su sistema de valores y no traicionara su esencia aún cuando vaya a beneficiarse de las acciones que lo contrarien.

Lastimosamente esto no siempre es así y muchas personas terminan actuando en función de los beneficios y principios que deben regirlo, al hacer esto sacrifican su integridad si es que realmente la han tenido.

Muchas veces se debe al hecho de que esos valores no han sido inculcados de forma adecuada en el hogar, otras veces al hecho de responder a una mente débil que se deja llevar por el impulso y la tentación de obtener prebendas aún en detrimento de lo que para ellos es moralmente aceptable.

Los ideales y principios nos definen como personas, y si somos capaces de traicionarlos, nos traicionamos a nosotros mismos.

Es por ello que menciono que primeramente debemos arraigar el amor propio, para practicar el amor a nuestro prójimo.

Una persona que ama y defiende sus ideales es propensa a cultivar el amor hacia los demás de forma efectiva.

Quien ama a su prójimo, respeta a sus semejantes, práctica la solidaridad, ayuda a los demás de forma desinteresada y se rige por un profundo sentido de justicia. Una persona que ama a su prójimo se preocupa por su entorno y se apropia los problemas que le rodean aunque no lo afecten directamente, pero sabe que como individuo de una sociedad debe ser parte de la solución de los mismos y no muestra indiferencia ante ellos.

Si todos y cada uno de los ciudadanos que hacen vida en una sociedad fomentaran este amor al prójimo tanto como el propio, no habría lugar a flagelos como la corrupción, delincuencia, desigualdad.

En cierta forma esto suena como algo utópico y difícil de alcanzar, debido a que no podemos moldear la mente de los demás para que se apeguen al principio del amor y la solidaridad.

Aunque no podamos decidir por los demás, podemos hacerlo por nosotros, y en la medida en que cada quien se aboqué a estas convicciones, estará rescatando esta sociedad, le estará diciendo al mundo que no todo esta perdido, y que aún existen personas justas y de buen corazón que luchan incansablemente por mantener lo que nos diferencia de las otras especies que habitan el planeta, el AMOR.

Volviendo a realidad Venezolana, para nadie es un secreto que enfrentamos uno de los momentos más difíciles de nuestra historia republicana, pero la actitud que tomemos y el enfoque que le demos a las cosas es lo que nos ayudara a salir adelante, que reine el amor y la solidaridad, no dejemos que nos roben nuestra esencia de ser un pueblo jovial, luchador y sobre todo solidario, no dejemos que nos roben nuestra humanidad, no dejemos que nos roben el amor. Dios los bendiga.