Stress Mental
Fuente
Así como se puede visualizar un escritorio cargado de papeles, y en desorden, así tal cual siento mi mente; con la desesperación que causa un stress por derramar las letras e ideas que se van acumulando en el cerebro, se hace un torbellino de ideas en cada andar, al acostarme, al ir en el automóvil, pensando en las cosas de la vida, y por la situación actual de mi país.
Tengo el deseo de hacer crítica del gobierno, de la hiperinflación galopante y desenfrenada que acaba con la tranquilidad mental del venezolano, en víspera del ambiente con calor navideño, recuerdo con vehemencia y tristemente llega la comparación a mi mente. Las familias segregadas, una vez más se desarrolla la imagen del último diciembre en que compartimos toda la familia junta, hace 3 años vi a mi querida madre bailar al son de Billo´s, una coreografia improvizada acompañada por mi hermana con su esposo, mientras se colocaba los platos en la mesa para servir la anhelada cena de tradición, las hallacas de mi cuñada, unas de mi hermana, y otras mias; el pan de jamón, la ensalada de gallina, el pernil, el dulce de lechoza, y la torta negra navideña (sin chocolate), cada uno de estos platos tratando de llevarse el rol protagónico en la mesa, ocasionando una algarabía muy particular , una mezcla de sabores en el paladar que atentan con el vaciado del plato.
Hoy en día, salgo a las calles y solo veo rostros afligidos y tristes, cargados de un stress mental, una fuerza interior que va llenando de desesperanza el agobiante transitar, hombres y mujeres con mascaras prestadas, no son dignas de un venezolano, más que la diáspora que ha arropado nuestro país, ha sido el país que emigro antes que la población en general, ¿que pasó con mi tierra? ¿Que pasó con mi país?, ¿A donde te fuiste amada mía?
Anhelo el abrazo de mi familia, pero sé que donde están, Dios les ha dado el cuidado necesario para salir adelante, a los que quedamos aún dentro de las fronteras, tenemos un propósito, mantener la fe y la esperanza en alto, así como aquellos que fungen el papel de Timonel en un equipo de remo, dándoles porras y estimulando a los remeros a alcanzar la victoria. Cada noche después de orar, le doy gracias a Dios por renovar mis fuerzas, por hacer fuerte mis debilidades (que son bastantes), por darme la oportunidad de ver desde primera fila la nueva Venezuela, por hacerme parte de ese proceso regenerativo que se esta gestando de manera consciente.
Y así espero poder reconectarme con los folios, con las letras y con mi hoja en blanco para llenar los espacios con la tipografía digital e ir descargando ese tumulto de artículos acumulados. Gracias por ser parte de este espacio dedicado a las letras.