MADRE MUERTE ESTÁ CERCA- CUENTO DE TERROR- FINAL

Llegó a las 11:05 de la noche a su cuarto, intentando pensar en prepararse para su trabajo y así calmarse un poco, preparó algunas cosas para el día que caí llegaba, entró a su habitación cerrando la puerta, quitándose los zapatos se tiró sobre la cama, puso música a bajo volumen mientras lentamente cerraba los ojos para descansar. Cuando estaba en el umbral de los dulces sueños, un ruido afuera de su cuarto lo despertó. Había un extraño olor fétido y sintió que alguien corrió por el pasillo afuera de su cuarto. Así que preguntó ― ¿Hay alguien afuera?

No había respuesta, pero se escuchaban ruidos extraños de cosas que se movían, quitó la música de su celular y rápidamente llamó a uno de sus amigos, pero repicó la llamada sin que nadie contestara. Intentó con el número de su madre, pero pasó lo mismo.
Al cabo de un momento no se escucharon más ruidos, así que decidió abrir la puerta para mirar. La abrió con lentitud pasmosa y notó que al fin del pequeño pasillo algo alumbraba, prendió las luces del pasillo y se acercó.

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Era el altar de su tío Dornam, estaba bien dispuesto con las velas negras, el mantel negro y la estatua, pero tenía una nota sobre él. Marco la tomó y leyó en ella, mientras sus manos temblaban: “Lo siento querido sobrino, Madre me pidió un sacrificio para que después de mi muerte esta persona elegida, sufriera de la crueldad amorosa, de su benignidad y por eso te ligué a muerte, al unir mi foto a la tuya con ese cordón. Ella enviará a la pequeña Jary, una de sus emisarias. Pronto nos veremos…"

De pronto alguien corrió entrando al cuarto y escuchó que desde allí, el teléfono celular sonó indicando que su mamá le llamaba, así que corrió a contestar ― mamá, mamá ¿estás ahí?― Y junto a la mesita de noche estaba la pequeña Jary, mirándolo fijamente y apagando la luz le dijo: “Muchos no temen a la muerte, porque saben que hay tras ella”― y diciendo esto apagó la lámpara.

Aunque Marco intentó escapar, la pequeña demonio lo tiro a la cama, la cual se tornó de un color rojizo y humeaba, y un portal al más allá se abrió; de donde salieron muchas manos que lo halaban mientras laceraban su carne. Los gritos de nada sirvieron.

Irrumpió en la alcoba la madre de Marco, quien con algo en la mano y levantándolo dijo: ―Suéltalo demonio. ― Es mío― contestó Jary― A la hora de mi llegada, quien esté enlazado a la foto de Dornam, es mío. ― ¡Pues mira quien está en esta foto!― y lanzó lo que tenía en su mano, eran las fotos unidas por el cordel y mientras caían el cordón rojo se quemó y dejo ver que el retrato de Dornam estaba unido a la foto de la madre de Marco.

Y sin preámbulos, Jary se lanzó sobre ella―Maldita― le gritó ― ahora sufre el paso a tu muerte. La tomó, se lanzó con ella contra el techo e introdujo su enorme lengua en la boca de la casi muerta, y mientras la ahogaba, Marco solo podía mirar casi inmóvil.

Por la puerta del cuarto apareció la lánguida figura del anciano aquel que seguía a Marco, con la seriedad de la muerte dibujada en el rostro, mientras en el techo de la alcoba los brazos salían para arrancar piel de la madre de Marco y para trasladarla al reino de los muertos.

― ¿Me recuerdas?― Gritó. Jary levantó su rostro y dijo: ― Reconozco esa voz― Volteó a mirarlo, y dejó a la señora sostenida en el techo por las manos que salían del otro mundo. ― Tienes una cita con la muerte postergada hace mucho, servidor de la muerte. Rompiste tu pacto con Madre Muerte y seré grandemente recompensada si te llevo ante ella.

― Sé lo cruel que eres pequeña demonio, pero déjalos a ellos, no puedo decir que no tengo miedo porque sé lo que viene, pero hazlo ya. Se abalanzó el demonio sobre el vetusto y todo quedó en silencio.

Marco y su madre fueron encontrados al borde de la muerte, con múltiples heridas en su cuerpo, y tras 1 mes de estar en estado de coma retomaron el conocimiento.
El dictamen de la policía:
“Fueron golpeados brutalmente y robados en el cuarto de Marco por integrantes de alguna secta satánica”.