Una muerte en retrospectiva-Mi primera historia de suspenso y misterio :D

Que fácil es contar historias felices y momentos de alegría en nuestras vidas. pero ocurre con frecuencia que estos una vez contados se van junto con la sensación mientras que por el contrario al narrar una historia o acontecimiento triste, pues, este perdura por minutos o incluso por horas en nuestras mentes y llega hasta a cambiar el panorama, el contexto que vivimos.

siempre pensé en cómo sería contar mi propia muerte a otra persona. Era algo que me intrigaba poder hacer. Al estilo de aquellos autores que dejan cartas anticipadas sobre cómo será el momento en que dejarán este mundo. Me hacía muchas preguntas, por ejemplo ¿cómo sería mi muerte? ¿sería algo triste para mi o los demás? ¿que causaría en las personas que conozco? y todas estas preguntas parecen tan absurdas o poco interesantes para mi ahora que estoy muriendo -aquí- en una calle concurrida del boulevard Crosswood, exactamente entre la 5ta y 6ta transversal que conecta con dicho boulevard. Dejar de preguntarme estas cosas para pasar a una sola interrogante y la cual no estaba referida a la muerte como tal fue algo extraño pero es quizas la unica pregunta a la cual le tengo respuesta antes de partir, ¿había tenido mi vida alguna razón, significado o propósito? podía responder que si, es lo que le da valor al momento en el cual me encuentro ahora mismo pero dejaré en tus manos el decir si cumplí o no con dicho propósito.

Para que puedas tener una idea de cómo llegué a donde me encuentro ahora es necesario que entiendas que no soy un sujeto supersticioso pero sí de mente abierta a las posibilidades de que ocurran cosas que conozco y cosas que bien me son totalmente extrañas y desconocidas pero no por ello imposibles o irreales.

CAPÍTULO I: Un sueño o un vistazo al futuro

Voy caminando por la calle frente al edificio Safecard, el más alto de toda la cuadra, totalmente de vidrio negro, lo cual impide que la luz se cuele dentro de sus recintos y evita a su vez las miradas de los curiosos transeúntes que circulan fuera del mismo. siempre me dije que ese edificio escondía algo en sus muros, no se notaba pero mi intuición me lo decía, me ponía intranquilo pasar cerca de allí. De pronto un suave olor a chocolate caliente me hace alejar mi mente de aquel edificio; en el fondo sabía que sigue allí, pero el aroma a chocolate y galletas de la tienda en la acera de enfrente me llamaba y era difícil para alguien tan adicto a los dulces como yo el poder ignorar las delicias que preparan en OrigiDonuts. sus puertas estaban abiertas de par en par, sirviendo delicias al público que entraba en ella. El semáforo cambia indicando que puedo cruzar hacia la otra acera, hacia la fuente de aquellos olores dulces y tentadores.

Es extraño que la tienda siga abierta a estas horas ya que comúnmente cierran sus puertas temprano; ya muy cerca de la entrada de la tienda escucho a mis espaldas un estruendo, un ruido ensordecedor muy fuerte de vidrios y metal siendo impactados por algo, seguido de esto vienen los gritos y personas corriendo a mis espaldas, en la dirección contraria a la que yo camino. decido voltear para saber qué ocurrió y veo un cuerpo sobre un auto hecho pedazos. El techo del vehículo se encuentra aplastado y cubierto de sangre. Otros transeúntes y yo nos acercamos. La víctima es una chica de cabello corto color naranja muy vivo, un color que casi siento que puede brillar en esta noche, lleva labial color rojo y sus ojos son de color miel, vaya combinación de colores que percibo pero en cierto modo había armonía en ese rostro. De pronto vienen preguntas a mi las cuales no se de donde han salido, interrogantes como ¿conozco su nombre? ¿algo me hace pensar que es una total desconocida pero al mismo tiempo está esa sensación de familiaridad y creo que estoy a punto de pronunciar un nombre, empieza con D o quizás con S, pero no termino de decirlo y comienzo a ver todo cada vez más borroso como si tuviera mucho sueño de forma repentina ¿pero cómo es posible? no puedo quedarme dormido frente a un cadáver en medio de la calle. Esto es inusual pienso. Vuelve a mi el rostro de la chica y me pregunto si ella me conoce o bueno si me había conocido antes de esto. Sigo viendo borroso y me cuesta contestar el montón de preguntas que repentinamente mi mente comienza a hacer ¿Quién es ella? ¿Cual es su nombre? ¿Por qué me es tan familiar? y viene hacia mi un destello de luz el cual no se de donde proviene, cegando mis ojos al fín y haciéndome despertar de golpe. Estoy sentado, pero ¿como? si hace segundos estaba frente al edificio Safecard y frente al cadáver de una chica que no conozco. Debe de haber sido un sueño muy vívido.
tenía evidencia para respaldarlo, evidencia como papeles arrugados por mi cara en el escritorio sobre el cual me quedé dormido apoyando parte de mi rostro y la otra evidencia era que de hecho si me dolia el lado izquierdo de la cara. Quién sabe cuántas horas habré estado dormido allí. Pero volviendo al sueño tan extraño y realista que tuve, no puedo evitar pensar en ello y en aquella mujer. Ahora solo me pregunto si ella existirá o si será invento de mi imaginación al soñar.

Decido ponerme de pie y camino lentamente a la cocina donde dejó la taza de café que había estado bebiendo, el cansancio se ha ido y siento que no volveré a dormir, al menos no por esta noche. Luego de pasar por el escritorio y apagar el computador decido despejar mi mente un rato, la pregunta es ¿como? la ventana de mi pequeña habitación me llama, como si un canto de sirena me atrajera sin yo poder resistir. Poca luz de un poste a las afueras de la residencia entra por la misma e ilumina parte del techo de la habitación, apenas lo suficiente como para ver dos agujeros de bala en este, supuestamente causados por el inquilino anterior.

Autos van y vienen, algunos pasan muy cerca de mi H. Davidson Street 500 que heredé de mi padre, pero ninguna le hace daño alguno. De repente comienza a volver a mis ojos y todo mi cuerpo un agotamiento y nuevas ganas de dormir en mi cálida cama y me dispongo a hacerlo. Cubro todo mi cuerpo con una cobija sin dejar ninguna parte de este expuesta al frío de la noche que entra como una rafaga de aire helado por la ventana. Veo el techo blanco de la habitación, el cual de repente se torna negro y está hecho de vidrio oscuro, es el edificio Safecard lo que se encuentra frente a mi ahora…