¿Se habla armenio en el norte de España? (Conferencia) Segunda parte

in #spanish7 years ago

Puede ser que esa glosa emilianense[3] esté escrita en turco antiguo, o en cualquier otro idioma, y se trate de otra “ostraka”.
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http://www.vallenajerilla.com/berceo/aznar/glosasemilianenseseneuskera.htm

Después de lo visto, ¿quién sabe…? Hay derecho a dudar de que sea euskera de la Edad Media. En todo caso, la antigüedad contrastada del códice donde se encuentra no va más atrás del siglo XI de nuestra era, o sea, que la glosa escrita en ese supuesto euskara, puede ser del XII o del XIII o, incluso, más tardío. Para concluir esto, no hace falta metodología matemático-científica: “glotocronológica” con ecuaciones diferenciales de Morris Swadesh, al que el maestro Eugenio Coseriu ya ha criticado con fundamento.
No obstante, y dicho entre paréntesis, a pesar de los pasos fallidos de algunos de los planteamientos del método Swadesh no es mi intención descalificarlo y prescindir de su aportación a la ciencia lingüística, porque sigue siendo útil para comparar las lenguas y abrir caminos que conduzcan a hipótesis válidas e, incluso, a concluir algunas teorías lingüísticas.

Durante mi último viaje por países asiáticos, cuando llegué a Armenia, me interesé por el idioma y probé si las cuatro palabras que conozco del idioma vasco, coincidían en la fonética y el significado con las correspondientes en idioma armenio. Deseaba comprobar por mí mismo, in situ, lo que me había enseñado hace casi cuarenta años el Dr. Pensado Tomé en las clases de la Universidad de Salamanca: la similitud del Vasco con los idiomas del Cáucaso. No era similitud lo que había, sino que eran iguales o con una diferencia mínima en la calidad vocálica de algunas palabras.

Al regresar a mi casa, repasé los libros y apuntes de la carrera
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y añadí otras lecturas de artículos que no conocía, sobre glotocronología y demás ciencias auxiliares de la lingüística actual. Repasé el “Vidos”, el “Coseriu”, y hasta el “Lausberg”, mis libros de texto; volví a reaprendérmelos de memoria como en nuestros viejos tiempos universitarios. Y leí todo lo que pude sobre el vasco y el armenio.

Y volví sobre el pergamino de marras, al que, cuanto más acercaba la lupa más se me desvanecía.

Seguí investigando y llegué a conclusiones sorprendentes, hasta que ya no me hacía falta mi pergamino, ya fuera verdadero, ya fuera falso. Sólo me había servido de él como punto de partida para despertar la chispa en cuanto al viraje que ha de tomar la senda de las investigaciones lingüísticas con respecto a la antigüedad de la lengua de Sabino Arana.

Como la posibilidad de que alguien, bromista o falsificador intencionado, haya introducido pergaminos falsos entre los archivos de las catedrales es altísima, habría que sentar la hipótesis de que es falsa su antigüedad, por si acaso… lo que tenía que haber hecho mi profesor Koldo Mitxelena cuando le asaltaban dudas acerca de la antigüedad del idioma vasco. No obstante, siempre consideré que era un lingüista riguroso y honesto.

Entonces no se podía entrar a investigar en archivos y bibliotecas de la Unión Soviética, y mucho menos, habiendo sido cruelmente perseguido por el régimen de Franco, por lo que Mixtelena se urgía, a sí mismo, en confeccionar ese esperanto artificial del “Euskera Batúa”, aglutinando los rasgos, según se entresaca de mi escrito, del armenio, del georgiano y de otras lenguas kartvelianas, que trajeron los canteros medievales huyendo de los que, en el Cáucaso, los perseguían a muerte; y, sin embargo, en la actual Francia y norte de la actual España —no hace falta denominar con las subdivisiones medievales— eran considerados como dignísimos artesanos encumbrados socialmente, aunque a duras penas pudieran hablar unas palabras de latín, idioma que en esos siglos estaba derritiéndose en desgajamientos provenzales, aragoneses (entiéndase también catalán), leonés, gallego y castellano.
Yo me pregunté: ¿habrán perdurado en mayor cantidad en el armenio y georgiano de los cultos y organizados canteros medievales de los siglo X y XI?

Recordemos que únicamente las riberas de los ríos de toda la Península, con escasos vanos transitables entre las tupidas selvas, estaban pobladas por indígenas que, si bien solamente el reyezuelo vestía con pieles toscas y los súbditos desnudos, ya articulaban palabras tales como “rrasko”, “rruguiu”, “vaika”, “barro”—evito las transcripciones fonéticas— y tantas otras palabras primitivas, pertenecientes a guturalizaciones o a articulaciones laringales comunes a todos los hombres primitivos, y otros modos expresivos cuasi-articulados, con las que nuestros ancestros hispanos llamaban a la pareja cuando deseaban amarse o se invitaban a dar un paseo por la playa observando el sol y la luna imaginando solamente que aquellos luceros, como seres superiores, los observaban y les proporcionaban luz calor y vida. Hasta bien entrada la Edad Media, otros reyes rubios y conquistadores no empezaron a usar pieles de armiño en sus capas blancas con pintas negras en las puntas de los rabos.

En tiempos de Michelena, también en Salamanca, escuché una conferencia sobre la belleza literaria en la Biblia, allá por el año sesenta y tantos, a un fraile dominico de San Esteban. Éste no sólo recitaba de memoria a Tito Livio, a Jenofonte, el Gilgamesh o el libro del Génesis en hebreo. ¡Qué bárbaro! ¡Era un lingüista de los de antes! Descifraba jeroglíficos egipcios y todo el cuneiforme que se le presentara. Al terminar de recitar los capítulos del arca de Noé, comunicó tal emoción que levantó al auditorio como el mayor divo de la ópera de Bayreuth y arrancó en el público el más caluroso aplauso. ¡Menuda retórica!

Independientemente de las discusiones entre paleontólogos y exegetas, la belleza literaria de los capítulos ocho, nueve y once del Génesis, que comentaba, es inigualable entre los textos antiguos de la Humanidad. Después del diluvio universal: “se cerraron los manantiales del abismo del mar y las cataratas del cielo…” “… Y el arca, el día 27 del mes séptimo reposó sobre los montes de Armenia …”[4] ¡Ojo, que dice: los montes de Armenia!

En el cap. 10 se narra la descendencia de Noé y termina diciendo: “Estas son las familias de Noé, repartidas en sus pueblos y naciones. De estas (familias) se propagaron las diversas gentes en la tierra después del diluvio.

Y empieza el capítulo 11 diciendo: “- Todo el mundo hablaba una misma lengua y empleaba las mismas palabras”. “…se llamó Babel (que quiere decir confusión): allí, en efecto, el Señor confundió la lengua de los hombres y los dispersó por toda la tierra”.

Después de leer el ingente trabajo de Alfredo Trombetti,[5] sólo puedo sorprenderme ante las conclusiones lingüísticas que llevan a asombrarse doblemente al cotejarlas con la excelsa literatura del libro del Génesis arriba citado, lo que, a su vez, apunta a sostener la teoría de la monogénesis de todas las lenguas del mundo, entroncando así con la teoría sostenida por Michelena y sus discípulos, profesores de las “ikastolas”, que de sus enseñanzas han bebido.

Da la impresión, dados los resultados monogenistas a los que han llegado Michelena en su día, y hoy Lakarra, Gorrochategui y otros entusiastas vascólogos, de que pretenden considerar el euskera como la protolengua de la humanidad, de que parten del mismo axioma que la Biblia, como si se tomaran al pie de la letra la Sagrada Escritura del Génesis, y de que no dudaran en establecer que el euskera, el armenio y otras lenguas del oeste del mar Caspio fueron la misma lengua desde Adán y Eva hasta la Torre de Babel, y desde la Torre de Babel empezó a fragmentarse.

Con una coctelera así, en la que agitan la teoría de la monogénesis mezclada con un poco de fundamentalismo religioso y algo de exclusivismo protagonista, el cóctel está servido: la lengua primigenia del ser humano en su sentido más literal y exento de toda exégesis es el pre-protovasco o el pre-protoeuskara, como se gusta en llamar modernamente.

Pero con los nuevos estudios e investigaciones tanto de lingüistas como historiadores, etólogos, sociólogos, biólogos e, incluso, matemáticos como el mencionado Morris Swadesh, se ha dado un viraje de ciento ochenta grados al punto de mira, hacia una poligénesis de las lenguas.

Es curioso que el armenio y el georgiano tengan, aparentemente, más parecido con el euskera que entre sí, cuando, en realidad, los hablantes de ambos idiomas en Armenia y Georgia son pueblos fronterizos. Y sin embargo, por el método Swadesh, el armenio no da parentesco con el euskera. Por la fe ciega en este método “científico-matemático” es por lo que han apuntalado su inmovilidad los defensores de que el idioma vasco y el armenio hablado en el Cáucaso no mantienen relación; y que si en algo se parecen algunas palabras, habrá sido por contagios y préstamos lingüísticos de unas lenguas a otras en el discurrir de las lenguas creadas por poligénesis.

Sin embargo, hablando de los idiomas del Cáucaso, veamos una curiosidad toponímica: en Georgia existe un monte Gorbeya como el monte más alto de Bizkaia y Alaba. El macizo de Gorbea —obsérvese la proximidad fonética Gorbeya-Gorbea— es uno de los enclaves con gran significado para los vascos, que además de reunir el incentivo de la verde naturaleza, está estrechamente ligado a la historia de Vizcaya. Su altura y localización le otorgaron el privilegio de ser uno de los cinco montes bocineros, desde donde mediante cornetas y hogueras se enviaban mensajes al pueblo.

También en Armenia existe el monte sagrado Ararat (como la sierra Aralar entre Alaba, Gipuzkoa y Alta Navarra) y también un monte de nombre Gora (que significa “montaña, altura” en el idioma de la zona armenia y “gora” significa "arriba" en euskera).


Notas:

[3] Glosa emilianense Nº 60: Dos frases que no se han llegado a descifrar con absoluta certeza, y se sigue dudando del idioma en el que están escritas. Los lingüistas vascólogos sostienen que están escritas en euskera.

[4] “El Arca de Noé”.
Mes de nisán, (más o menos, marzo o abril)

[5] Trombetti A. “L’unità d’origine del linguaggio”. Bologna. 1905.

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felicitaciones buen post
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A ty hombre muy buen post... interesante

Hola @jgcastrillo19 me ha interesado muchísimo tus publicaciones ya que mi prima es nieta de un vasco y actualmente se casó con un hijo de un armenio. Entonces dije yo que tema tan interesante. Y realmente es importante conocer todo lo que tú dices ahí. Gracias por tu publicación.

Hace falta que jóvenes investigadores lingüistas, sigan esta línea de investigación.

Mucha información necesaria para el desarrollo del mundo.

es interesante tu reporte acerca de armenia ,,me han dicho que aprender la lengua armenia es dificil,es una tierra con aires de lo sagrado

El pico volcánico Ararat es el pico sagrado, reivindicación de los armenios, hoy propiedad de
Turquía. Es el famoso y bíblico monte Ararat donde se depositó el arca de Neó después de diluvio universal, según la Biblia.

Excelente articulo, le darè resteem. Super interesante. Gracias por compatir!

Gracias. Seguiré hasta el final de la conferencia.

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