Coincidimo plenamente en una sospecha similar. Cuando leí a la viceministra de riesgos decir que no habían heridos ni muertos por fuegos artificiales, ella los presentó como un logro pero era una consecuencia de la crisis. Parece que pronto dirán que vencieron la obesidad de esta forma. Algo similar podría estar pasando con las bolsas plásticas. Sin embargo, y muy lamentablemente, no estamos en un ranking positivo por eso, porque durante los años que he cubierto la fuente ambiental como periodista he visto que se han agravado varios temas, que además científicos como Jon Paul Rodríguez del IVIC y Provita habían estudiado en los 80 por la crisis que llevó a El Caracazo y lo mismo en el libro "Tierra plana, caliente y atestada": cuando la economía cruje también la naturaleza. En nuestro país los índices de deforestación son altísimos por la minería ilegal, que se ha acrecentado desde 2011 llevándonos a la epidemia de malaria, por la relación de los zancudos con los inmensos claros que dejan las "bullas" o minas abiertas por propulsión de agua de ríos. Algo similar ha pasado con la contaminación del Lago de Maracaibo y de Valencia. La crisis elevó los incidentes de tuberías rotas o no reparadas desde 2009 cuando se expropiaron los contratistas que lo hacían, mientras en el segundo, mientras se ha mantenido o disminuido el vertido de aguas negras por lo mismo que dices (menos población, menos consumo, restricción del servicio), han empeorado las condiciones de las plantas de tratamiento y potabilización, lo que ha llevado a un nuevo mal, que el agua viene muy poco potabilizada y con exceso de químicos para tratar de mejorarla. Pero lo que me preocupa es que siendo el último país en reciclaje, energías verdes y uso de la bicicleta, nos han obligado a ser ecologistas por caída del consumo pero no por conciencia, así que el "rebote" de consumismo, que sigue en nuestro ADN social, podría ser peligroso cuando se recupere la economía...