Nuevamente iniciamos el juego, donde mi cuerpo desnudo está reposando entre sábanas blancas, esperando mi verdugo con ansiedad de tomar mi cuerpo, al llegar comienza por la espalda respirando mi cuello como demostración su hostilidad, logrando así, erizar cada parte de mi piel. Toma con besos mi cuello, para humedecer mi tacto y agitar mi respiración, puedo sentir como sus delicados besos, bajan lentamente por mi espalda y suben nuevamente con ternura, además de tocar cada parte mi cuerpo con sus manos gruesas y curiosas. Me hacen sentir la fricción que producen nuestros cuerpos desnudos, como el calor corporal que me incita imaginar infinitos episodios de masoquismo, que me hacen sonrojar, escucho salir de su voz una frase delicada que logra, sin duda, controlarme. “Te amo”.

     Esa frase provoca mi aceleración cardíaca, muevo mi rostro hasta ver sus labios carnosos para entregarle con un beso intenso mi cuerpo y alma entre sus brazos. Que contienen una feroz bestia salvaje con ganas de devorarme con anhelo. Me volteo y puedo apreciar su cuerpo dotado con grandes músculos, su pecho rígido, pero cálido y su riguroso abdomen con sus fuertes brazos que me hacen sentir débil e indefensa. Comienzo a besar su cuello con la intensión de escuchar su disimulada respiración agitada, incitándome a esforzarme más, algo que me exalta, sigo avanzado tocando entre besos delicados, su fuerte pecho y su lindo ombligo escondido en su ardiente abdomen, consigo volverlo loco, sin poder ocultar su placer.

     Hasta llegar a su bóxer marcado que implora ser descubierto, algo que me produce nerviosismo, pero lo toco suave y ligeramente por la superficie entre la tela, sintiendo con ansias, el probar y conocer más de su cuerpo.

     Mi sentido del gusto está logrando saciar su tan desesperada necesidad, al sentir como su cuerpo se extrémese, su respiración entre cortada y su constate agitación reflejan el disfrute, además de ver como sus fuertes piernas se contraen repetidamente, puedo observar como sus manos se inquietan, para tomar mi cabello y así conseguir dominio de mí, escuchando sus provocaciones excitante. Me detengo, para colocarme encima de él, y así apreciar con plenitud sus labios rosados, ojos claros y su expresión rígida, pero tan necesitada. Comienzo lentamente mientras lo veo morderse sus labios y mostrar el goce sublime que le produzco.

     Miro con detalle su rostro expresando placer, su cuerpo comenzando a sudar, además de su intenso movimiento de cadera, al igual que sus sensuales piernas que se agitan en momentos. Consigo alimentar su cólera y no puedo evitar ver su rostro sin tener la necesidad de besar entre mordidas su mentón y boca sin modales y me dice con su voz ligada al orgasmo, “Que delicia tu cuerpo” que provoca inestabilidad de mi cuerpo y cordura, lo sujeto del cabello y le muerdo su hombro, pecho y cuello dejándose marcas rojizas que lo excita aún más, me abraza con tal sentimiento con si fuera un abrazo de despedida.

     Me voltea y comienza un movimiento que muestra con sinceridad su naturaleza salvaje, mi cuerpo siente cada golpe, al igual percibo sus piernas entrelazadas con las mías, dejando que mis sentidos tomen por completo el control, logro sentir un excitante placer que comienza desde la punta de mis dedos, hasta mi cuello que resulta ser un calor intenso, me deja parcialmente suspendida en el placer por varios minutos, algo sin duda, poco inexplicable, pero que mi cuerpo libero con un orgasmo intenso, sonoro, dejo por completo exaltado mi amante, que al igual se unión conmigo al orgasmo.

     Nuevamente me abraza y se recuesta reposando entre las caricias y miradas de nuestros cuerpos cansados del maravilloso encuentro... Al cabo de unos minutos comienzo a sentir sueno que me hacen posar en su pecho para descansar pacíficamente.