RE: Concurso de Microrrelatos de Terror #MicroTerror256 - Semana 1 - Pérfido
Precisamente, Kafka hace muchos años escribió microcuentos y no era NINGÚN vago. La gente puede ofenderse púes sugieres que brevedad es igual a pereza.En mi caso, me gusta escribir como consecuencia de que disfruto leyendo, no soy lector de microcuentos y hace tiempo que los cuentos dejaron de ser mi principal lectura.
Hay que entender un par de cosas, la primera, hay lectores que leen para entretenerse (como yo) y otros que leen para decir que han leído. Por lo mismo, hay escritores que escriben para entretener y otros para presumir.
Entonces, si quiero entretener, en primer lugar debo asegurarme de captar la atención de mi lector y no aburrirlo, podría intentar escribir Los Hermanos Karamazov pero ¿Para qué? ¿Quien lo leería? ¿Valdría la pena intentarlo si sé que no estoy capacitado aún?
No es pereza, es simplemente que los tiempos son otros y los lectores también, apenas disponemos de tiempo y pedirle a un lector que dedique media hora, una hora, una semana... de su tiempo es presuntuoso, sabiendo que aún tengo mucho por mejorar.
Entonces, simplemente haz lo que quieras, escribe como quieras pero recuerda siempre que tu primer deber como escritora es entretener a tu lector de la mejor manera que puedas porque si no lo haces, jamás serás leída.
Verá... Los que usted llama "microcuentos de Kafka", tenían bastante más de 5.000 palabras. Cuentos como En la colonia penitenciaria o La metamorfosis seguramente superan las 20.000. Como ve, nos movemos en rangos que superan, por mucho, las 246 palabras de este concurso. Por lo tanto aplicar el prefijo micro- a unos y otros, indistintamente, resulta poco acertado. Si los de Kafka eran "microrelatos", ¿qué son estos? ¿Micro-microrelatos? ¿Nanorelatos? ¿Milirelatos? De seguir así pronto acabaremos por proponer concursos de palabras, o de letras, o de silencios.
La tendencia actual que internet promueve no es sino la de transmutar el arte del relato corto en la técnica del epigrama narrativo.
Sobre si Kafka era o no era un vago no voy a decir nada, ya que me parece que sería hablar a la ligera. Como nota documental sí consignaré que Kafka no era un escritor especialmente prolífico. Su única gran obra, El proceso, quedó inacabada.
Y no se equivoque, ni 5.000 palabras es demasiado largo, ni hay necesidad de que todo relato tenga esta extensión. Lo que sí es sano es percatarse de que esta microcultura no responde a un propósito estético unívoco, sino a otros motivos mucho más pedestres.
Lee "El Buitre", 243 palabras en su traducción al español, lea "La verdad sobre Sancho Panza", "Déjalo" y alguno más se me escapa. Léelos, adelante.
Que no te agrade algo no implica que esté mal y que no conozcas de algo no significa que no existe. Pudiste tranquilamente investigar de lo que hablaba antes de intentar dar una clase magistral, pero preferiste sentarte a escribir una respuesta muy meditada, muy bien redactada pero equivocada.
Por cierto, creo que llegado a este punto de la conversación deberías pensar en participar en el concurso "Callemos antes de parecer más tontos" patrocinado por mí. Yo también participaré.
Estará equivocada mi respuesta, quizá, pero no ha sido usted capaz de rebatirla.
Yo no doy órdenes, ni mando a nadie que haga esto o lo otro, que lea esto o lo otro, pero sí le invito a releer el último párrafo de mi anterior mensaje. Diríase que se lo ha saltado, quizá por leer demasiado deprisa, no sé. Lo repetiré con otras palabras: no hay nada malo en escribir epigramas narrativos de 250 palabras, pero lo contraproducente, lo viciado, es establecer ese formato como estándar dorado.
Hoy en día los grandes relatos de la literatura clásica no podrían ser presentados en prácticamente ningún certamen. Ni Kafka, ni nadie, puede negar ese hecho.