Amores accidentados: La pelea por la mesa
Me aumentaron el límite de crédito de la American Express, una tarjeta tan inútil como el Viceministerio de la Suprema Felicidad. Conozco un sitio en el que la aceptan. Pido en la caja y espero sentado en la mesa del restaurante hasta que salga el pedido. Se tarda más de 20 minutos, me paro a ver que pasa.
Vuelvo a la mesa. Hay alguien sentado.
-Pana, yo estaba acá sentado.
-Yo llegué y aquí no había nadie.
-Me paré un momento de la mesa para ver si el pedido estaba listo.
-Mala suerte.
Trago grueso
-Mira la hora de compra en la factura,
-No me interesa.
Ya con la arrechera de a toque
-Yo no sé cómo vamos a hacer, pero yo voy sentado aquí.
-Pues yo no me pienso parar.
-Pues comeremos juntos entonces.
Ninguno quiso tragarse el orgullo. Mi pedido llegó y el de él también. Nos sentamos a comer a la defensiva.
-Esta mierda está fría.
-Párate a cambiarla, pues.
-Si me paro me vas a quitar la mesa.
-¿Vas a seguir, mano?¿Quieres que nos caigamos a coñazos?
-Lo hubiéramos hecho hace media hora. Por algo te sentaste.
-Anda a cambiar la vaina esa pues.
-¿Me vas a guardar el puesto?
-Si no confías en mí, no podemos tener nada.
-¡Ay papá! Yo sabía que por ahí venían los tiros. Te regalo la mesa. Buen provecho.
****Pasa una hora****
****Suena mi celular***
Número desconocido:
"Para la próxima, no anotes tu número de verdad en el recibo de pago...y tampoco lo dejes en la mesa en la que te vayas a sentar. Un placer"
PD: ¿Pa cuándo me metes en una novela Mónica Montañés?